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Conferencia Bíblica Internacional reúne a teólogos adventistas en Roma

El encuentro contó con más de 100 presentaciones y terminará el día de mañana.


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Por Costin Jordache, director de comunicaciones y editor de noticias, Adventist Review.

Más de 400 asistentes reunidos en la cuarta Conferencia bíblica internacional. (Foto: Adventist Review/Adventist World)

Más de 360 teólogos adventistas del séptimo día, profesores de educación superior y administradores de la Iglesia se han convocado en Roma, Italia, del 11 al 21 de junio para la cuarta Conferencia Bíblica Internacional (IBC, según sus siglas en inglés). El encuentro, que ocurre cada cierto tiempo, busca explorar un tema en particular asociado con estudios teológicos a través de la presentación de papers, paneles de discusión y redes profesionales.

El evento es organizado por el Instituto de Investigación Bíblica (BRI, por sus siglas en inglés), que existe para “promover el estudio y práctica de la teología y estilo de vida adventista tal como lo entiende la iglesia mundial”, al proveer recursos teológicos basados en la investigación y por “facilitar el diálogo dentro de la comunidad teológica adventista”.

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En Roma, el tema elegido es la escatología, una palabra que significa literalmente “la enseñanza de las últimas cosas” y describe el estudio de los eventos de los últimos días y temas asociados. La elección del lugar junto con el tema es significativa, explica el director del BRI, Elias Brasil de Souza. Representada como las piernas de hierro en el épico sueño de Nabucodonosor, Roma, representando tanto el poder secular como el religioso, juega un papel importante en la narrativa profética. “No deja de ser significativo que nos encontramos precisamente aquí para asistir a una conferencia sobre escatología”, escribe Brasil de Souza en el panfleto del programa del evento.

Como parte de la introducción, Ted Wilson, presidente de la Iglesia Adventista, saludó a los académicos, compartiendo su profundo interés en el tema. “Lo que me motiva, me anima, me mantiene avanzando a la meta es el pronto regreso de Jesús”, dijo Wilson, “Creo que será un momento extraordinario, enfocándonos en un tema extraordinario”.

¿Qué es la escatología adventista?

Las presentaciones plenarias comenzaron con Ángel Rodríguez, ex director del BRI, proporcionando una visión de la intersección de la teología adventista y la escatología en general. Rodríguez proporcionó un análisis dividido en siete partes de la escatología adventista, enfatizando el rol central de la Biblia. “Ya que el plan divino ha sido preservado en las Escrituras como depositarias de la revelación especial de Dios, las Escrituras son nuestra única fuente de información canónica sobre la escatología apocalíptica”, explicó Rodríguez. “Cualquier discusión adventista sobre la escatología debe estar basada en y fluir del texto bíblico”.

Rodríguez añadió que “es cierto que también tenemos los escritos de Elena de White, que en muchos casos complementa algo de la información bíblica, particularmente con respecto al cumplimiento histórico de las profecías, y proporcionan una visión teológica significativa sobre el tema, pero esta información solo enriquece la información bíblica y nunca debería tomar su lugar”.

Entre otros puntos, Rodríguez explicó que la escatología adventista debería ser “comprendida como esperanza en el sentido de la espera de la expectativa de la llegada del bien del Señor”. Otros puntos elaboraron sobre esto, enfatizando que “la escatología y el futuro que esta anuncia es la obra exclusiva de Dios a favor de su creación y no el resultado del ingenio humano manifestado en el progreso social, científico y tecnológico, o el uso de técnicas de auto mejoramiento”.

Rodríguez continuó su descripción de la escatología adventista al declarar claramente que es cristocéntrica, y que enfatiza “el poder salvífico de la cruz” así como también “la mediación [de Cristo] en el santuario celestial y su regreso en gloria”. Esta visión cristológica de la escatología, dijo Rodríguez, no solo se interesa por el futuro, sino que también impacta el presente. Él introdujo el concepto de la ética escatológica, que define como “un estilo de vida cristiano determinado por la presencia y la venida del reino de Dios”. Rodríguez concluyó que “la expectativa de un mundo futuro libre del dolor, sufrimiento, y muerte se personifica en una profunda preocupación por aquellos que sufren”.

Rodríguez también explicó algunos de los desafíos actuales de la escatología adventista. Entre ellos, el amor divino y la exterminación de los impíos, la aparente demora de la Segunda Venida, y la relación cada vez más desafiante entre la ciencia y la escatología. Concluyó en un tono optimista, diciendo que “mientras que la esperanza espera por la realización plena, buscamos vivir una vida santa y expresar esta esperanza en el servicio a los demás y a Dios en el cumplimiento de la misión de la iglesia”.

Escatología y hermenéutica

Una presentación plenaria igualmente fundacional en relación con la escatología y la hermenéutica fue presentada por Frank Hasel, director asociado del BRI. En general, la hermenéutica se define como un conjunto de principios usados al momento de abordar e interpretar el texto bíblico.

Hasel bosquejó varias doctrinas y enseñanzas bíblicas claves (como la salvación, la naturaleza de Dios, la naturaleza del pecado, y el estado de los muertos) y sugirió que cada uno de estos temas está conectado de forma significativa con la escatología. Enfatizó que mientras las uniones se hacen cada vez más evidentes, “vemos de forma más clara que nuestra comprensión de la escatología y la hermenéutica que empleamos, afecta a una gran parte de temas teológicos”.

En ese tono, Hasel habló de los desafíos en el área de la hermenéutica y la escatología, siendo uno de los más importantes un choque de cosmovisiones. Los adventistas han apoyado una cosmovisión apocalíptica bíblica, explicó Hasel, en la cual el tiempo del fin está cercano, con varios elementos y eventos escatológicos que ya se están desarrollando. Esta línea de tiempo inminente de la acción imperiosa de Dios, que culmina con la destrucción del mal enfatiza “la naturaleza y la emergencia del estado actual de las cosas”.

En contraste, la cosmovisión moderna, con raíces en la ciencia, la razón y el progreso, defiende un proceso natural evolutivo que deja a Dios y sus acciones fuera de escena, dijo Hasel. “Si Dios no actúa sobrenaturalmente, no puede crear el mundo en tan poco tiempo”, explicó con respecto a la cosmovisión moderna. “Y entonces, por supuesto, no puede llevar a la historia del mundo a un final sobrenatural tal como lo describe la Biblia”.

Hasel enfatizó que esta cosmovisión naturalista ha afectado  y afecta a la hermenéutica bíblica, en especial a la escatología, al alentar la reinterpretación de la Escritura para, de alguna manera, reconciliar las cosmovisiones. Esto ha llevado, en parte, a modelos tales como la evolución teísta.

Como consecuencia, la teología dio espacio a la idea de que el futuro de la humanidad dependería de una mejor humanidad, continuó Hasel, y que de alguna manera, con el tiempo, el reino de Dios podría ser establecido en la Tierra. Por lo tanto, la escatología cada vez está más desconectada de las declaraciones bíblicas y cósmicas específicas y fue reformulada como una experiencia continua idealizada y personal.

Hasel también discutió otros desafíos, incluyendo el Dispensacionalismo y lo que llamó el sensacionalismo hermenéutico. “Hay una fascinación extraña con los eventos actuales e incluso un deseo febril de encontrar nueva luz, cuando se refiere a la interpretación de nuestro mensaje profético”, explicó Hasel. Advirtió que tal sensacionalismo (leyendo la Biblia junto con los periódicos) podía llevar “resultados extraños”.

Hasel terminó al tocar el tema de la escatología y nuestra conducta ética, concluyendo que “las enseñanzas escatológicas de la Biblia nos llaman a vivir de forma valiente y fiel en la cual hay una expectativa porque amamos al que prometió que volvería, porque confiamos en él, quien tiene el futuro en sus manos y porque todo el futuro no existiría sin él”.

Escatología y Ciencia

En una tercera sesión plenaria, el director asociado del BRI, Kwabena Donkor abrió aún más el concepto de evolución teísta y sus implicaciones para la escatología adventista. “El diálogo entre la teología cristiana y la ciencia es un tema teológico cada vez más importante”, desafió Donkor en su introducción.

Los que abrazan la evolución teísta, explicó Donkor, han reconciliado la ciencia y la fe al postular que Dios existe pero que ha creado el mundo usando procesos (también referidos como teológicos) naturales e intencionados tales como la selección natural.

Las implicaciones de este abordaje ciertamente afecta los conceptos de origen; sin embargo, el punto principal de Donkor fue que la evolución teísta impacta también la escatología. Esto es por la visión de futuro de la evolución. En general, aquellos que mantienen una visión evolucionista enseñan un concepto llamado “emergencia” que se define como “la aparición en la historia natural de sistemas físicos y vivientes organizados de forma cada vez más compleja a través del tiempo”. En otras palabras, el mundo continua desarrollándose (e incluso aparentemente recreándose a sí mismo) a través del tiempo.

Los que aceptan la evolución teísta, añadió Donkor, adoptan esta visión de futuro, sugiriendo que Dios no interrumpirá la historia con un evento universal y visible, pero que usará un proceso natural para “transformar” el mundo para mejor a través del tiempo. La escatología adventista, por otra parte, enseña que Dios “actúa directamente y de forma sobrenatural en el escatón, con el propósito de resolver el problema de la futilidad de la creación en una nueva creación”, compartió Donkor.

A través de su presentación, Donkor compartió varias distinciones claras entre la evolución teísta y la escatología adventista.

Concluyó que “mientras que el compromiso de la evolución teísta a la ciencia de la evolución se inclina a adoptar un abordaje de desarrollo hacia la escatología, el compromiso adventista al historicismo ve a la escatología como la obra activa de Dios en una historia profética ordenada por Dios. Estos dos abordajes son claramente incompatibles”.