Quito, Ecuador... [ASN] Los 20 años del Ministerio de la Mujer en Ecuador fueron celebrados con alegría, recordando la importancia de poner los dones y la vida entera al servicio del Salvador.

Carmita asiste fielmente cada sábado a la iglesia de La Carolina en Quito, para participar de la Escuela Sabática y el culto. Ella vive en Carapungo; una de las parroquias en la periferia de la ciudad pero ello, no ha sido impedimento para que por más de 35 años, pueda congregarse en este templo y adorar al Señor. Durante este tiempo y casi diariamente, se ha trasladado a sectores como Guamaní, La Ecuatoriana y otros en la capital ecuatoriana, para compartir los estudios bíblicos a las personas interesadas en conocer más de Jesús.

Rosita al igual que muchas otras mujeres y hermanas de la iglesia "La Carolina" y todo Ecuador, vivieron con alegría y emoción los veinte años del Ministerio de la Mujer, uno de los departamentos de iglesia que reúne el trabajo y la vida misionera de cada una de las feligreses que han decidido ser mensajeras del Señor y transmitir Su Mensaje al mundo.

Para la Departamental del Ministerio de la Mujer en el norte de Ecuador, Hna. Yesely de Carbajal; la actividad permitió que las mujeres adventistas puedan recordar el gran valor que tienen para el Señor dentro de la predicación de Su Mensaje y la misión del Discipulado. “Dios ha llamado a cada mujer para que sea responsable de llevar el mensaje a sus familias, amigos y vecinos para que de esa manera, puedan ser esas mensajeras que transmitan amor y esperanza a los que todavía no han conocido al Señor” indicó.

En casi todas las iglesias de este país sudamericano, se realizaron programas y espacios especiales para resaltar el trabajo del Ministerio de la Mujer y el porqué, ofrecer una vida de servicio al mundo es la decisión más valiosa que pueden tomar las hijas de Dios. Rosas, globos y pasteles decoraron las iglesias y templos en este día especial, donde tanto niñas, jóvenes, mujeres adultas y ancianas; renovaron su compromiso de fidelidad y adoración al Señor.

Y es que frente al desafío de predicar y llevar el mensaje de salvación, Dios llama a hombres y mujeres por igual. Un llamado sublime que debe ser aceptado con un corazón dispuesto a entregar todo al Señor, tal como en el pasado lo respondieron María, Ana, Elizabeth y tantas otras mujeres, que hicieron Su Voluntad. [Equipo ASN, Vanessa Castro y Marco Chile]