Mujer vuelve a Cristo y retomará su servicio de amor en el Club de Aventureros
Diana se reencontró con el amor divino, decidió bautizarse, para guia
En medio de la semana de Reencuentro en la ciudad de Soritor, en el noreste de Perú, Diana, una joven, tomó una decisión que cambiaría su vida para siempre. Ante la congregación de 500 personas reunidas el miércoles 27 de febrero, Diana renovó su pacto de amor y fidelidad a Dios, comprometiéndose a nunca más alejar su corazón de Él.
Su historia es un testimonio de una "hija que vuelve a casa". Nacida en un hogar marcado por el amor y la oración, sus padres habían luchado durante mucho tiempo para concebir un hijo. Fue solo después de fervientes oraciones que su madre quedó embarazada de Diana, quien llegó al mundo como un regalo de Dios para sus padres.
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Sin embargo, la felicidad familiar se vio truncada por la dolorosa decisión de sus padres, el divorcio. Diana enfrentó esta adversidad con tristeza, preguntándose por qué Dios permitiría que su familia se desmoronara. A pesar del dolor, decidió encontrarse con Jesús en su adolescencia, y decidió sellar su compromiso con Él mediante el bautismo.
Como líder del Club de Aventureros, un ministerio de la Iglesia Adventista dedicado a niños de 6 a 9 años, Diana encontró un propósito mayor en el servicio a los demás. Sin embargo, en su juventud, cedió a las tentaciones del mundo y se alejó de su fe, dejando atrás su hogar espiritual y sus responsabilidades en la iglesia.
"Hija, vuelve a Casa"
Pero la mano amorosa de Dios nunca la soltó. En un momento crucial de su vida, en camino a su universidad, Diana sintió el llamado del Señor a regresar a casa. Es allí que decide dejar atrás el vacío y la falta de dirección en su vida, y reconoció la necesidad de reavivar su relación con Cristo.
Hoy, Diana ha vuelto a la iglesia. Con un corazón renovado y una determinación firme, fue bautizada nuevamente y ha retomado su rol como consejera del Club de Aventureros. Su vida se ha convertido en un testimonio vivo del amor de Dios, y está comprometida a guiar a otros hacia Cristo a través de su ministerio de servicio.
Su historia nos recuerda que, sin importar cuánto nos alejemos, siempre hay un camino de regreso al amor y la gracia de Dios. Con gratitud y humildad, Diana nos muestra el poder redentor del amor divino y la promesa de un nuevo comienzo en Cristo.