Mujer se une al Impacto Esperanza regalando libro misionero y un pote de helados
Iglesia Adventista en Paraguay compartió más de 40 mil ejemplares del libro "La Mayor Esperanza"
El sábado 31 de octubre la Iglesia Adventista en Paraguay compartió esperanza a más de 40 mil personas. De casa en casa, en plazas municipales, centros de salud, comisarías y municipalidades, los participantes entregaron el libro “La Mayor Esperanza”.
Cada región organizó a sus iglesias de una manera diferente con el propósito de realizar la entrega de la forma más creativa posible. Fue así como surgió la iniciativa de Graciela, una mujer comprometida con Dios y con su misión.
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Graciela no pudo asistir a la iglesia desde que comenzó la cuarentena en el país, debido a que supera la edad permitida para participar de los cultos presenciales. Sin embargo, con un corazón entusiasta participó del Impacto Esperanza, aunque a su manera.
Ella es una emprendedora; en su casa tiene un puesto de venta de helados. Todos sus vecinos la conocen y saben que ella observa el sábado como día de reposo. Por este motivo, la heladería permanece cerrada desde la puesta de sol del viernes hasta la puesta de sol del sábado.
Nueva estrategia
Este año, al no poder participar de las actividades que la iglesia propuso, Graciela decidió realizar algo diferente para impactar a sus vecinos con "La Mayor Esperanza", con una nueva estrategia:
El sábado 31 de octubre compartió con sus vecinos una "promoción especial". Durante la jornada, a todo aquel que venía con deseos de comprar un helado, le entregaba un “Un combo de alegría” que contenía: Un pote de helado gratis y el libro misionero del año.
“Esta iniciativa fue una sorpresa para ellos", mencionó Graciela en una entrevista. "Las personas se acercaban a la heladería para comprar, pero salían con un pote de helado gratis y un libro de regalo”, comparte.
Estrategias como las de Graciela hicieron posible que miles de personas, de diferentes maneras y alrededor del país, aceptasen con entusiasmo el libro misionero "La Mayor Esperanza".
Graciela aún no puede asistir a la iglesia, pero eso no impidió que participe de este gran movimiento misionero, buscando nuevas formas de compartir el evangelio.
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