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Mujer encuentra paz y esperanza en Cristo gracias a las Tardes Misioneras

El dolor, la angustia y los pensamientos negativos desaparecieron de su ser al conocer la Palabra Viva, la Biblia


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Bautismo de Aquilina Pacheco en la Junta Directiva Plenaria "Palabra Viva" 2024. (Foto: Gilmer Diaz)

En el marco de la Junta Directiva Plenaria 2024 de la Iglesia Adventista del Norte de Perú, se destacó el testimonio de Aquilina Pacheco, una mujer de 75 años que encontró paz y esperanza en Cristo gracias a las Tardes Misioneras.

Aquilina Pacheco Ramos enfrentó serios problemas familiares durante muchos años. Su relación con su esposo y sus hijos estaba rota, y la desesperación la llevó a considerar quitarse la vida. En su búsqueda de ayuda, llegó a una iglesia de otra denominación, pero continuó sintiéndose vacía y triste. Una noche, tuvo un sueño en el que Jesús le indicaba que buscara una iglesia en el centro de Lima. Al despertar, sintió una fuerza inexplicable que la impulsó a seguir esa indicación.

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Aquilina ahora tiene paz en Cristo y desea compartir su testimonio con otras personas. (Foto: Gilmer Díaz)

Finalmente, Aquilina encontró la Iglesia Adventista "España". Al entrar, sintió paz y tranquilidad. Empezó a escuchar Radio Nuevo Tiempo, donde los mensajes sobre el amor de Dios comenzaron a sanar sus heridas. En la iglesia, conoció al hermano Miguel Miranda, quien le ofreció el curso bíblico "La Fe de Jesús" durante las Tardes Misioneras. Este curso le ayudó a comprender profundamente el amor y la misericordia de Dios, fortaleciendo su fe y brindándole consuelo y esperanza.

Asistir regularmente a la Iglesia Adventista se convirtió en una fuente constante de fortaleza y paz para Aquilina. Aunque los problemas con su familia no desaparecieron de inmediato, encontró esperanza y seguridad en su relación con Dios. Hoy, Aquilina vive con la confianza de que, a pesar de las dificultades, Dios está obrando en su vida y continuará transformando su situación.

Un grupo de hermanos de la Iglesia Adventista de España da la bienvenida a Aquilina. (Foto: Gilmer Díaz)