Es nuestra tarjeta de presentación, teniendo gran influencia en la primera impresión que los demás tienen de nosotros. También influye en nuestra autoestima y dice mucho sobre quiénes somos y cómo nos sentimos en un momento determinado. Estoy hablando de la sonrisa. No es casualidad que exista un universo de productos y procedimientos destinados para su cuidado y embellecimiento.

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Pero, ¿será que los cuidados bucales solo impactan a la región oral? y ¿estos cuidados solo tienen efectos estéticos? Para este contenido especial por el Día Mundial de la Salud Bucal, la  Agencia Adventista Sudamericana de Noticias (ASN) habló con el dentista Wagner Barros para recopilar información valiosa para nuestra rutina de cuidado personal.

Comencemos hablando del Día Mundial de la Salud Bucal, que se celebra el 20 de marzo. ¿Cuál es el objetivo de esta fecha?

En primer lugar, quiero agradecer la invitación para hablar de un tema tan relevante y felicitar a la División Sudamericana por la iniciativa de compartir esta información a través de sus canales.

Pues bien, la fecha fue creada el 2007 por la World Dental Federation (Federación Dental Mundial), con el objetivo de concientizar a la población e incentivar acciones para promover la salud bucal. El tema elegido para esta campaña de tres años es “Siéntete orgulloso de tu boca: valora y cuida la salud bucal”.

Esta fecha no fue creada para aislar y segmentar la salud bucal. Por el contrario, enfatiza que la salud bucal está integrada con todo el organismo. Eso concuerda con el concepto definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que define salud como el bienestar físico, mental y social, y no sólo como la ausencia de enfermedad.

¿Cuál sería la definición de salud bucal?

Considerando el concepto de salud de la OMS, no puedo decir que la salud bucal es solo la ausencia de signos y síntomas que afectan la región oral. Yo diría que la salud bucal es parte integral e inseparable de la salud del cuerpo. Está íntimamente relacionada con el buen funcionamiento de todo el organismo.

¿Y cómo se da esta relación entre la salud de la boca y la salud del cuerpo en general?

Para empezar, las condiciones bucales tienen un impacto en el origen, prevención y tratamiento de la enfermedad. La cavidad oral alberga más de 700 tipos de microorganismos que pueden causar infecciones en otras partes del cuerpo, especialmente cuando el sistema inmunológico está debilitado por una enfermedad (neumonía, SIDA, entre otras) o un tratamiento médico (quimioterapia o radioterapia). En un individuo con salud bucal satisfactoria, estos microorganismos conviven de forma equilibrada, sin causar daño. Un desequilibrio en esta relación puede favorecer la entrada de los microorganismos al torrente sanguíneo, que pueden causar infecciones en los pulmones, en el corazón, en prótesis articulares y algunos estudios indican que pueden influir en la inducción del parto prematuro.

Además, un número considerable de enfermedades sistémicas presentan signos en la cavidad oral, como anemia, osteoporosis, anorexia, diabetes, algunas enfermedades autoinmunes, enfermedades de transmisión sexual (ETS), neoplasias, trastornos gástricos, entre otras. Las consultas periódicas con el dentista pueden ayudar a identificar estos problemas para un tratamiento temprano y exitoso.

Finalmente, reconocer la relación entre la salud bucal y la salud general es un paso importante hacia la creación de procedimientos y programas para la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades.

Hoy vemos mucha preocupación con la estética de la sonrisa. ¿Una sonrisa bonita refleja necesariamente una boca sana?

Además de las funciones de masticación, comunicación e inicio de la digestión, la boca se encuentra estratégicamente ubicada en una zona noble del cuerpo, que es el rostro. El rostro es la imagen del individuo, que expresa la relación entre su apariencia física (externa) y su personalidad (interna). El rostro llama la atención de las personas desde que somos bebés, por lo que es natural que en él se concentren los mayores esfuerzos para promover y preservar la belleza. Y la armonía de los arcos dentales es fundamental para el equilibrio de las líneas faciales.

Ahora consideremos el contexto actual, en el que la mayoría de las personas tienen una cámara en sus manos y buscan, a través de las redes sociales, interacción y aceptación social. Termina habiendo una gran preocupación con la estética de la sonrisa. En principio, no hay nada de malo en eso. Sin embargo, debido a las modernas posibilidades de transformar sonrisas, algunas personas han buscado un patrón de color y morfología dental que perjudican la salud bucal. Es común solicitar lentes de contacto dentales, facetas, blanqueamientos, uso de sustancias de enjuague indiscriminado, sin el debido compromiso con la funcionalidad y la salud.

Respondiendo directamente ahora: una hermosa sonrisa no representa necesariamente una boca sana. Además de los dientes, la cavidad bucal está formada por la lengua, las encías, las mucosas, los músculos, y estos pueden verse afectados por diversas lesiones no relacionadas directamente con los dientes.

Considerando todo lo dicho, ¿qué cuidados debemos tomar para tener una buena salud bucal?

Además de los cuidados relacionados con la higiene bucal, como el cepillado complementado con el uso de hilo dental después de las comidas principales, se debe prestar atención a los alimentos que ingerimos. La alimentación es un factor de riesgo para enfermedades sistémicas (ictus, diabetes, cáncer, obesidad) y, en consecuencia, interfiere con la salud bucal. Por lo tanto, debemos priorizar una dieta equilibrada y natural, y beber agua para mantener nuestro cuerpo siempre hidratado. También es importante evitar el consumo de alcohol, el tabaquismo y el estrés. Agregando a esto, las consultas periódicas con el dentista son fundamentales para mantener la salud bucal.

Wagner da Silva Barros es cirujano dentista, maestro en Clínica Integrada y docente de la Facultad Adventista da Bahia.

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