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“Los jóvenes serán quienes terminen la predicación del evangelio”

El pastor José Venefrides, director de los jóvenes adventistas hace 32 años, comparte parte de su experiencia y perspectivas


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El pastor José Venefrides inició su ministerio en 1990 y hoy es el director del Ministerio Joven para Río de Janeiro, Minas Gerais y Espírito Santo. (Foto: Divulgación)

Conocido como Venê, José Raimundo Venefrides es oriundo de Montanha, Espírito Santo, y se hizo adventista del séptimo día a los 10 años. Cuando miraba al futuro, soñaba con ser alguien que viviese exclusivamente para predicar sobre Dios. Por eso, estudió Teología y, en 1990, inició su ministerio pastoral en Espírito Santo. Dos años después, fue llamado para ser el director de los jóvenes adventistas del mismo estado. Desde entonces, su ministerio ha estado enteramente dirigido hacia los jóvenes.

Apasionado por esa área, Venê fue líder de Jóvenes en varios lugares de Brasil. Él ejerció esa función en algunas ciudades del nordeste y el sur de Brasil, además de otras en São Paulo y en Río de Janeiro. Actualmente, su liderazgo alcanza a los jóvenes de Río de Janeiro, Minas Gerais y Espírito Santo.

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Es el autor de la meditación joven de 2020, Innegociable. Ya hace 32 años que se desempeña ininterrumpidamente en el Ministerio Joven adventista, lo que hace a Venê el líder más longevo en esa área, en términos de tiempo de dedicación.

En esta entrevista, él recuerda su participación en la convención joven realizada hace 22 años, además de la actual edición del evento, que se lleva a cabo en Brasilia del 28 de mayo al 1° de junio de 2024, y comenta los principales desafíos actuales de los jóvenes. Acompañe:

Venê es el líder de Jóvenes más longevo en esa área, en términos de tiempo de desempeño en el ministerio. (Foto: Archivo personal)

Pastor, ¿cómo fue su experiencia al participar de la Convención Joven que ocurrió en Chile en 2002?

Cerca de seis mil jóvenes participaron de la Convención Tú me Perteneces. En la época, el evento fue abierto no solo para los líderes, sino también para todos los jóvenes. Lo más impactante, para mí, fue ver la cantidad de naciones diferentes reunidas en adoración. Durante este congreso, hubo un desafío para que la Biblia fuese escrita en el menor tiempo posible. Así, se estableció un nuevo récord mundial en el que la Biblia fue escrita integralmente en cerca de 16 minutos. Es interesante porque en la convención de 2024, Maranata, se espera que la Biblia entera sea leída en solo 30 segundos. Eso ocurrirá porque cada joven participante leerá dos versículos bíblicos diferentes de manera simultánea.

¿Cuáles eran los desafíos del Ministerio Joven hace 32 años en comparación con los desafíos actuales?

La gran diferencia es la secularización. Hoy tenemos desafíos que las generaciones pasadas no conocían ni experimentaron. Al inicio de mi ministerio, para tener información, uno tenía investigar. Hoy, tenemos acceso a toda la información, pero son muy transitorias. Otra diferencia significativa es la nueva coyuntura familiar, en la que los jóvenes comparten múltiples familias (padres que se separan y luego se vuelven a casar). Eso explica, en parte, las luchas emocionales que enfrenta esa generación.

¿Cuáles son los puntos principales de crecimiento del Ministerio Joven en sus años de experiencia como director?

Los jóvenes siempre hicieron la diferencia en la vida de la iglesia, pero ahora tienen mayor participación. Las generaciones pasadas no conocieron proyectos como Misión Caleb, Un Año en Misión (OYiM) y otros movimientos fuertes actualmente. Veo a los jóvenes de hoy más participativos, sin embargo, se necesita que desarrollen más solidez en sus convicciones y fe.

En su opinión, ¿cuál es la importancia de que la Iglesia Adventista promueva la Convención Joven Maranata?

Como participante del evento, estoy contento de ver el apoyo de los líderes de la Iglesia, especialmente porque se trata de un encuentro de líderes jóvenes.  Creo que esta Convención escribirá una nueva historia en el Ministerio Joven de Sudamérica y el mundo. Eso muestra que la Iglesia cree en sus jóvenes y que ellos son especiales. Si creemos como creemos, que los jóvenes serán quienes terminarán la predicación del evangelio, no hay nada más oportuno que tratarlos como los protagonistas de la misión actual.


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