Brasilia, DF… [ASN] El rumbo de una revisión de la formación teológica adventista comenzó a definirse durante esta semana en la sede sudamericana de la Iglesia, en Brasilia. El martes 15 y miércoles 16, un grupo de teólogos y administradores de ocho países sudamericanos dio inicio a los debates sobre modificaciones que van desde el ingreso de los estudiantes hasta el contenido de las disciplinas ofrecidas en los nueve seminarios existentes en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador y Perú. Hay tres encuentros marcados hasta fin de año. El estudio no tiene por objetivo realizar un simple ajuste en la teología adventista. La intención es fortalecer y profundizar la identidad adventista en las nuevas generaciones de pastores.

Lea también:

• Líder mundial dice que el mayor desafío de la Educación Adventista es mantener su identidad

No se trata de un cambio pequeño, pues la estructura de la formación teológica tiene números considerables en la región. Datos del 2014 indican que 2.483 alumnos ingresaron a estudiar teología, contra 2.022 en el año 2010. El número de graduados, por otro lado, fue de 425 en las instituciones sudamericanas, contra 300 en el año 2010. Actualmente, la cantidad total de pastores adventistas en actividad supera los 4.591, un salto considerable si comparamos con el año 2010, cuando el número llegaba a 3.639 en el territorio administrado por la División Sudamericana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Sin embargo, es necesario destacar que el número de teólogos graduados que son llamados a la obra pastoral está disminuyendo anualmente. En el 2012, eran 291, 289 en el 2013 y, en el 2014, fueron 277. O sea, aumenta el número de graduados al mismo tiempo que se reduce la capacidad de absorción de este grupo en la obra adventista.

Cinco áreas

El pastor Erton Köhler, líder general sudamericano, recalcó que la iglesia está preocupada por alinear más la formación teológica con el escenario religioso actual de la sociedad general donde se cuestiona cada vez más a las instituciones. La idea es que la formación teológica adventista esté más en armonía con el concepto de integración de esfuerzos y, principalmente, con la identidad de la organización. “Necesitamos  fortalecer, en la sala de clase y por la postura de quienes lideran la iglesia, que tenemos un concepto de integración y pautamos nuestro camino con una visión teológica y sustento pastoral alineados con nuestra identidad”, comentó.

El pastor Bruno Raso, vicepresidente responsable por el área del Seminario Latinoamericano de Teología (SALT), destacó que el objetivo de los encuentros es revaluar la formación teológica en virtud, por ejemplo, de la forma como los miembros hoy ven la propia Iglesia y cómo se comunican. “Tenemos que pensar, por ejemplo, cómo tienen que actuar los pastores ante una sociedad con un fuerte uso de la tecnología. ¿Cuáles son las oportunidades y los riesgos ante esto?”, afirma.

Cinco áreas serán el objetivo de debates y posteriores definiciones para el proceso de revisión más amplio: el perfil y selección del alumno de teología, el currículo académico, la práctica pastoral, el perfil y selección del profesor de teología y la propia estructura administrativa del SALT.

Primeras discusiones

El pastor Adolfo Suárez, rector del SALT y uno de los organizadores de la primera de cuatro reuniones que tendrán lugar durante el año para tratar estos temas, informa que los rumbos señalados por el grupo de estudio se transformarán en recomendaciones a votar en el mes de noviembre, durante el Concilio Anual de la División Sudamericana.

Durante los dos primeros días de diálogo, algunos puntos señalados por los participantes llamaron la atención. Entre ellos, aspectos como la necesidad de un mayor énfasis en los criterios para verificar si un candidato a alumno está debidamente consciente del aspecto vocacional y misionero, una evaluación psicosocial de los candidatos, estrategias para crear un compromiso mayor y la definición de las competencias necesarias para el pastor actual.  Además de esto, uno de los caminos encontrados es que el programa de formación teológica sea adaptado al modelo de competencias. [Equipo ASN, Felipe Lemos]