Juventud adventista comparte esperanza en Manta, Ecuador
Jóvenes adventistas de Guayaquil, se hicieron presentes en las zonas afectadas por el terremoto del 16 de abril, para llevar esperanza a los afectados
Guayaquil, Ecuador… [ASN] Poco más de tres meses han transcurrido del terremoto que el 16 de abril, cambió la vida de miles de personas en la provincia de Manabí, Ecuador, muchas de ellas ahora viven en albergues y carpas, mientras logran restaurar lo que una vez tuvieron. Sabiendo que están pasando por momentos difíciles, el domingo 10 de julio, un grupo de jóvenes adventistas visitaron la ciudad para dejar esperanza.
La ciudad de Manta muestra todavía las secuelas de ese movimiento que a pesar de haber derrumbado los planes y expectativas de muchos, no logró vencer el coraje y la esperanza de los habitantes de esta zona. En el sector de Tarqui, se encuentra uno de los albergues que acoge cerca de 300 damnificados del terremoto. Desde ese día, esta es la casa de Italia Vélez y sus dos hijos. “Aquí comemos, dormimos y pasamos el día. Perdí la casa en la que vivíamos y estoy esperando una mejor oportunidad para poder salir adelante y darle a mis hijos lo que necesitan. Finalmente, no importa si yo estoy bien, lo que me interesa es que mis niños puedan estar bien”. Italia es madre soltera. Sus dos niños Daniel de cuatro años y Miguel de dos, ríen junto a los demás niños que se encuentran en el albergue, quienes en su inocencia desconocen las realidades que el sismo les dejó.
Sabiendo a plenitud lo que sucede, un grupo de jóvenes adventistas de varias ciudades de la Iglesia Adventista al sur de Ecuador (Misión Ecuatoriana del Sur – MES), llegaron a Manta para visitar este albergue. Junto a los integrantes del Club de Conquistadores “Espada de Gedeón” de esta ciudad, compartieron víveres e implementos que serán de gran ayuda para las familias y además, llegaron con el mensaje de Esperanza Viva. Tras compartir la palabra de Dios y una oración especial, realizaron una actividad social y recreativa con los niños y adolescentes del albergue.
Allí todos son una familia y la llegada de personas y organizaciones que brindan su ayuda, siempre es bien recibida. Muchas veces, los recuerdos de esa fatídica noche, asaltan la mente de algunos pero, las palabras de ánimo de las Sagradas Escrituras, devuelven la paz y la esperanza de que este trago amargo, pronto pasará con la ayuda del Señor. Todos ellos están a la espera de la reubicación de viviendas en sitios seguros, una actividad encabezada actualmente por las autoridades nacionales, quienes han visto en el trabajo de las organizaciones sociales y no lucrativas, una alianza perfecta en la atención tras el terremoto.
“Nuestro propósito es usar dones para mejorar la vida de los demás. Disfrutamos mucho esta visita y compartir con ellos pero ver su sonrisa es lo más hermoso”, señala Adriana Sánchez, joven de la Iglesia Adventista de Nueva Alborada de Guayaquil, que participó de esta visita al albergue. Los juegos y la actividad recreativa, permitió que más de un pequeño riera con todo su ánimo y conociera que a su lado, se encuentran los jóvenes de una iglesia amiga, listos a compartirles el mensaje de esperanza.
Tras el terremoto del pasado 16 de abril, la Iglesia Adventista en Ecuador ha participado activamente, en la asistencia y apoyo a las familias de las localidades en Manabí y el sur de Esmeraldas, ubicadas en el epicentro del siniestro. [Equipo ASN, Vanessa Castro y Marco Chile]