En esta gran celebración por el Día Mundial del Joven Adventista existe una gran motivación, una iniciativa, en realizar acciones solidarias y espirituales. Por lo tanto, los jóvenes durante está semana visitaron asilos, orfanatos y personas en situación de calle, entregándoles alimentos no perecibles y perecibles, ropa, calzado, juguetes, kits de higiene, útiles, entre otros.

Además, alimentaron y adoptaron a los canes y/o gatos abandonados, visitaron a sus amigos que no asisten a la iglesia y  ayudaron a un vecino(a) que está pasando por alguna necesidad en su comunidad, testificando el amor de Cristo.

Durante estos días se conocieron muchos testimonios de solidaridad, como el de Hilda, una anciana de 88 años que padece de la enfermedad de Parkinson, vivía en un humilde hogar y se encontraba descuidada. Entonces un gran grupo de jóvenes adventistas del distrito de Chaclacayo de la ciudad de Lima, se enteraron de su situación y decidieron brindarle ayuda. Primero iniciaron con limpiar toda su casa para construir un hogar digno para ella, luego le asearon y se comprometieron con visitarla y cuidarla semanalmente. Hilda fue testigo de que el reino de Dios es para todos y es recordada.

Este día finalizó con acciones de amor al prójimo, programas especiales de gratitud en las iglesias locales e investiduras de nuevos líderes para el Ministerio Joven.

Es así, que los Jóvenes Adventistas aceptan el evangelio y se comprometen en continuar llevando el mensaje del amor de Cristo a su comunidad, involucrándose en los proyectos de la iglesia junto a sus dones y talentos diciendo: “Yo Voy”.