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Evangelismo

Jóvenes aceptan el desafío de evangelizar a través del voluntariado adventista

La Iglesia Adventista en el norte del Perú está llevando a cabo su compromiso de expandir el evangelio a nivel local y global


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Jóvenes del distrito de San Juan de Lurigancho, Lima Este, aceptaron el llamado para servir como misioneros voluntarios en el 2024. (Foto: APCE)

La Iglesia Adventista en el norte de Perú está firmemente comprometida con la expansión del evangelio a nivel mundial, a través del voluntariado adventista. Inspirados en Hechos 1:8, que insta a llevar el mensaje de Cristo "hasta lo último de la tierra", el Ministerio Joven ha asumido un desafío audaz para cumplir con la misión.

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El sábado 11 de noviembre, se celebró el Sábado del Voluntario Misionero con programas especiales y testimonios, destacando los compromisos y las experiencias transformadoras de aquellos que ya han respondido al llamado del voluntariado. Este día especial fue un recordatorio del impacto que el servicio desinteresado puede tener en la misión adventista.

En la ciudad de Bagua Grande, jóvenes son tocados por el Espíritu Santo y tienen el deseo de compartir el amor de Cristo a todo el mundo. (Foto: MINOP)

¡Un Llamado Urgente!

La administración de la Unión Peruana del Norte (UPN), sede de la Iglesia Adventista para el norte del país, respalda los proyectos Un Año en Misión (en inglés, "One Year in Mission" – OYiM) y el Servicio Voluntario Adventista (SVA), un llamado a la acción para reclutar jóvenes que dediquen un año o más en la línea del frente como misioneros. Cientos de jóvenes ya han aceptado este desafío, y la comunidad adventista se une en oración, reconociendo la importancia de expandir, plantar, conquistar y enviar jóvenes para ser misioneros voluntarios dentro y fuera del territorio peruano.

En Puerto Eten, norte peruano, Misioneros Voluntarios comparten el amor de Cristo con amigos de esperanza. (Foto: MPN)

La visión de la Iglesia Adventista en el norte de Perú es clara: avanzar con firmeza en su compromiso de llevar el mensaje de Cristo a todo el mundo, preparando líderes comprometidos y apasionados que se conviertan en misioneros.

Equipo OYIM de San Juan de Lurigancho

Luis Gabriel Sotelo Borja, líder de OYiM y Plantío de Iglesias desde 2020, comparte la experiencia del equipo en el Distrito Misionero del Valle, San Juan de Lurigancho, Lima. Con un equipo de cuatro personas, han experimentado un crecimiento significativo. Antes, se reunían en grupos pequeños en Lomas Altas; ahora, en una iglesia, más de 30 personas han sido bautizadas, incluyendo niños y adolescentes.

Equipo de misioneros voluntarios (OYiM) del distrito del Valle en San Juan de Lurigancho, en Lima. (Foto: APCE)

El equipo realiza estudios bíblicos, visita a los vecinos, enseña portugués y música, y ya organizaron una iglesia en el mes de setiembre. Han ingresado a nuevas zonas, como "El Mirador" en el distrito del Valle, demostranto una disposición y experiencia espiritual muy grande, convirtiéndose en instrumentos para la misión adventista.

Matrimonio de voluntarios adventistas sirviendo en Italia

Desde enero de este año, una pareja de esposos peruanos, Andrea Tinoco y Joe Gamarra, llegaron a "Casa Mía" en Italia, una casa de reposo y entidad de la iglesia especializada en el cuidado de ancianos. Andrea, enfermera de profesión, y su esposo Joe, marinero de oficio, han llevado consigo el compromiso adventista de servicio.

Joe y Andrea en la fachada de "Casa Mía". (Foto: Andrea Tinoco)

Operando como una fuerza de cuidado integral, Andrea despliega sus habilidades como enfermera, mientras que Joe aporta su dedicación en el área de la cocina, asegurando el bienestar físico de los residentes. Aunque no buscan imponer creencias, su labor se convierte en un testimonio vivo del servicio adventista.

Ancianos de "Casa Mía" junto a voluntarios peruanos y trabajadores del centro. (Foto: Andrea Tinoco)

La experiencia en "Casa Mía" ha sido una combinación de gratificación y desafío. La pareja ha compartido momentos de transición con los ancianos, experimentando la fragilidad y la belleza de la vida. Su historia en el Servicio Voluntario Adventista en "Casa Mía" es un relato de amor, cuidado y dedicación.


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