Joven voluntaria de la ASACh emprende viaje misionero para servir en Uruguay
Quería ser una mejor persona, ayudar a los demás, sacar los mejores talentos de mi para poder yo entregárselos a Él
El Señor en las sabias escrituras nos ha ordenado que vayamos en busca de aquellos que aún no conocen su palabra, pero ¿Cuántos de nosotros somos verdaderamente capaces de dejar nuestras vidas de lado para cumplir con la voluntad de Cristo?, es por esto es que queremos valorar en este espacio el coraje de una joven valiente llamada a servir a la comunidad en Uruguay.
Dispuesta a servir
Su nombre es Sarai Vega, una joven de nuestro campo ASACh, del Distrito de Pitrufquén, quien luego de finalizar con la escuela de misiones “Send Me”, haber participado en el Mission Trip en Futaleufú y vivido una bella experiencia en el sur del país decidió aceptar el llamado de Cristo sirviendo al Señor en tierras charrúas como ayudante de maestra.
Para vivir así una experiencia única en otra cultura y país. Ayudando a otras personas a conocer a Cristo, desarrollando habilidades esenciales para desenvolverse en la vida, y así mismo trabajar con la comunidad, dando esperanza mediante los dones que solo Cristo da.
Las maletas listas
Sarai Vega de esta manera llegó al aeropuerto junto a nuestros administradores de la ASACh, el Presidente Pr. Juan Zúñiga y el Secretario Pr. Cesar Montecinos para posteriormente emprender su vuelo y así empezar esta travesía en el Instituto Adventista de Uruguay, no sin antes agradecer la oportunidad que le ha brindado Dios mediante la escuela de misiones.
Una total bendición servir al Señor
“Quería ser una mejor persona, ayudar a los demás, sacar los mejores talentos de mi para poder yo entregárselos a Él, y que está fuera una experiencia de vida para mí. Estoy agradecida del Señor porque siento que Él tiene un propósito para mi, tanto para mi vida personal como para mejorar, cambiar ciertas actitudes y para potenciar mis talentos”.
La invitación es que cada uno de nosotros busquemos la forma de aportar al ministerio de fe, sirviendo al Señor en cualquier espacio, no importa si es en nuestro barrio o en la otra esquina del mundo, encomendemos nuestros corazones a Dios y Él dispondrá. ¿Y tú estás listo para dar el “sí” al llamado?
