Blancarena, Uruguay – En el marco del evento Misión 70, 70 participantes —entre miembros de iglesia, jóvenes, líderes y pastores— vivieron una jornada transformadora marcada por la oración, la adoración y decisiones profundas para el servicio a Dios.

El fin de semana del 4 al 6 de abril marcó un antes y un después, en el corazón del campamento de Blancarena, se vivió uno de los momentos más significativos del fin de semana: una jornada de decisiones espirituales. Un espacio en que cada asistente fue invitado a responder personalmente al llamado misionero de Cristo.

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🙌 Una tarde de entrega total

El mensaje fue claro: “La misión no es para unos pocos, es para todos.” A través de cantos, testimonios y reflexiones, se desafió a cada uno a vivir en misión desde hoy, allí donde está.

“Dios no busca gente perfecta, busca corazones dispuestos. Hoy somos 70 personas que decimos ‘Aquí estoy, Señor, envíame a mí’.”
— Comentó uno de los asistentes al terminar el programa.

La jornada culminó con momentos de oración intercesora, decisiones por el bautismo, compromisos de consagración, y llamados especiales para el liderazgo y el servicio.

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📖 Un mensaje directo al corazón

Uno de los momentos más esperados del día fue la participación del Pastor Bruno Raso, vicepresidente de la División Sudamericana, quien compartió un mensaje claro y profundo:

“El pasaporte para la misión es la Biblia.”

Con su característico enfoque pastoral y bíblico, el Pr. Raso exhortó a los presentes a no dejarse guiar por emociones pasajeras, sino por la seguridad eterna de la Palabra de Dios. Su llamado fue directo: ser discípulos con la Biblia en la mano, el corazón dispuesto y los pies en movimiento.
Su mensaje conmovió a los oyentes, motivando decisiones firmes para vivir la misión con fidelidad y entrega.

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🔥 Blancarena: un punto de partida

La Unión Uruguaya de los Adventistas del Séptimo Día organizó este encuentro con la intención de movilizar a cada miembro de iglesia como parte del plan misionero de Dios, inspirados por el relato de los 70 discípulos en Lucas 10.

Hoy, Blancarena se convierte en símbolo de una iglesia activa, viva, y decidida a impactar su comunidad con el mensaje de esperanza.

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📣 ¡La misión continúa!

Aunque el evento haya terminado, Misión 70 no se detiene. Cada participante vuelve a su iglesia local con un llamado claro: vivir y compartir el evangelio con amor, compasión y propósito.

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