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Incluso con desafíos, las finanzas de la Iglesia siguen impulsando la misión

La denominación invirtió y continúa invirtiendo en iniciativas misioneras alrededor del mundo.


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Paul Douglas, director financiero de la Iglesia Adventista para el mundo, resaltó las bendiciones concedidas por Dios durante los últimos años (Foto: Tor Tjeransen)

Después de poco más de dos horas desde que comenzó a ser presentado, el informe de la Tesorería fue votado y aprobado por los delegados del 61er Congreso de la Asociación General (AG). Con el 98,5% de los votos a favor, los puntos compartidos por Paul Douglas, director financiero de la AG, y su equipo, llevaron a más de 25 personas al micrófono.

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Estas se dirigieron a Douglas para elogiar el informe, pero también para sugerir caminos y maneras de cómo la Iglesia puede conectarse con algunas de las cuestiones relacionadas a al declive de las ofertas misioneras e incluso sobre la auditoría de la Iglesia, justamente algunas de las cuestiones que fueron parte del informe.

“En primer lugar, me gustaría presentar mis sinceras felicitaciones al tesorero. Estoy bastante impresionado con el profesionalismo. No soy experto en finanzas, pero [lo que vi] nos animó a recordar que Dios está con nosotros. Independientemente de los desafíos que tuvimos con la covid-19, mis hermanos fueron fieles en la devolución de los diezmos y las ofrendas. Me uno a los amigos de la Tesorería para agradecer porque Dios está con nosotros y cuida de su Iglesia”, reaccionó Musa Nzumbi, de Tanzania.

En 1863, cuando se organizó la Asociación General (AG) de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, había un total de 125 templos. Sus miembros devolvían 8 mil dólares en diezmos. Casi 160 años después, hay más de 90 mil congregaciones adventistas alrededor del mundo, y aproximadamente 2.7 mil millones en diezmos, mil millones en ofrendas para las iglesias locales y 81 millones en ofrendas misioneras.

Fue así como Douglas ilustró el crecimiento de la denominación en la presentación de su informe al plenario del 61er Congreso de la Asociación General al inicio de la tarde del martes, 7 de junio, segundo día de reuniones administrativas en St. Louis, en los Estados Unidos.

Acercándose a los casi 22 millones de miembros alrededor del mundo, él resaltó algo que no debemos perder de vista. “Este es el dinero de Dios y debe ser usado en la misión que él nos confió”, resaltó ante los delegados y participantes que siguieron la reunión de forma presencial y virtual.

Los datos del informe de la Tesorería de la AG se restringieron, inicialmente, al quinquenio 2015-2019 ya que el 61er Congreso de la Asociación General debería haber tenido lugar en 2020, pero se pospuso debido a la pandemia del coronavirus. En este periodo, se vio un “modesto” crecimiento en términos de diezmos y ofrendas misioneras, como él resaltó. Hubo un aumento de 12 mil millones de dólares en diezmos, un 6% más que en el quinquenio anterior, terminado en 2014.

En ofrendas misioneras, los miembros enviaron 429 millones de dólares para atender proyectos específicos en todo el mundo. Con relación al quinquenio anterior, tuvieron un aumento del 3%. Sin embargo, se ha visto un declive. Por cada dólar en forma de diezmo que los miembros entregaron, solo el equivalente a 3,5 centavos se entregó como ofrenda misionera mundial.

Douglas también presentó una comparación sobre el porcentaje de diezmos y ofrendas misioneras entregados por cada región del mundo. Sudamérica, por ejemplo, fue responsable por el 18,9% de los diezmos entregados en ese periodo. Las ofrendas misioneras representaron un 23%.

Impacto de la pandemia

“Más de dos años después de la pandemia, muchas iglesias permanecen cerradas. Agradecemos a Dios por la bendición de la tecnología, que nos mantuvo virtualmente conectados, pero la comunión de forma digital no es la ideal”, destacó Douglas, quien recordó que las finanzas de la Iglesia no fueron inmunes a los efectos de la covid-19. “Después de comparar los datos de 2019 con 2021, una imagen de las bendiciones de Dios emerge y nos inspira a continuar siendo fieles mayordomos de los recursos que él nos proporciona para nuestra misión”.

La Iglesia, apoyada por Adventist Mission, continúa avanzando en regiones del mundo sin presencia adventista. Para que eso sea posible, las ofrendas misioneras y las donaciones son las fuentes principales de financiamiento para esa iniciativa. Un total de 5.467 personas fueron beneficiadas, con el total de 50.7 millones de dólares, con cerca de 1.600 personas que cada año aceptaron el desafío de ir a nuevos territorios para alcanzar personas.

Esa cantidad resulta de la participación de la Asociación General (con el 41%), de las divisiones (sedes administrativas para un grupo de países, con el 17,6%), de las uniones (oficinas responsables por un país o conjunto de estados/provincias/regiones, con el 15%), las asociaciones/misiones (que coordinan un conjunto de iglesias locales, con el 20,1%) y otras fuentes (con el 6,3%).

A pesar de los puntos positivos, Douglas resaltó que hay por lo menos cinco desafíos que la Iglesia debe enfrentar:

  • Equilibrar el crecimiento y la estabilidad;
  • Asegurar suficiente capital de trabajo y liquidez;
  • Moverse a niveles más elevados de autosustentabilidad;
  • Lidiar con las incertidumbres debido a los conflictos geopolíticos, la volatilidad de la moneda, y alteraciones en los ambientes reglamentarios;
  • Comprender los cambios de paradigma traídos por eventos de crisis, nuevas tecnologías y cambios en el pensamiento generacional.

"Independientemente de los desafíos que puedan surgir, estamos seguros de que Dios está con nosotros. Los tiempos económicos turbulentos no deben perturbar nuestras mentes, pues estamos en sociedad con lo Divino", subrayó.

Durante su presentación, también se dio un informe de auditoría de 2015 a 2021 realizado por una compañía independiente. Jeffrey Strauss presentó la seriedad con la que la Iglesia Adventista del Séptimo Día cuidó de sus finanzas durante el periodo. Al final de su explicación, el 99,1% de los delegados aceptó el informe de auditoría independiente.