Iglesia Adventista impulsa el proyecto Rompiendo el Silencio en Argentina
En Argentina según el SEDRONAR, los adolescentes entre el 13 y 17 años probarán por lo menos una vez estupefacientes. Conoza de qué se trata este proyecto.
¿Por qué es necesario hablar de alcohol y drogas? Porque la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cerca de 320 mil jóvenes mueren por año en todo el mundo debido al consumo del alcohol. Además, según la OMS, el alcohol es una de las principales puertas de entrada al consumo de otros tipos de sustancias ilegales. Existen cerca de 60 tipos de enfermedades relacionadas al consumo de bebidas alcohólicas.
Es por eso que la Iglesia Adventista en Argentina y en toda Sudamérica lanza el programa Rompiendo el silencio, un proyecto que ayuda a concientizar a la población en general, particularmente a niños, mujeres y ancianos, sobre la importancia de terminar con la violencia, a través de la enseñanza de reglas simples y eficaces de prevención del abuso. Será realizada el sábado 27 de agosto en las iglesias Adventistas del país.
Solange Aduviri, líder del área que emprende la campaña a nivel nacional destacó: “Nuestro objetivo es llevar a la concientización de que las bebidas alcohólicas son drogas que destruyen las familias”.
La campaña busca orientar a las familias, padres e hijos, educadores y alumnos sobre el asunto, llevando claridad con respecto a sus derechos y alentándolos en cuanto a la necesidad de romper el silencio y buscar el apoyo necesario junto a los organismos competentes.
Otro de los objetivos de la campaña es promover la paz para un mundo mejor por medio de afiches, revistas y seminarios, formando así un patrón cultural de que la violencia en la familia es inaceptable.
En Argentina según el SEDRONAR, los adolescentes entre el 13 y 17 años probarán por lo menos una vez estupefacientes. De los jóvenes estudiantes, a nivel nacional consumieron en promedio 2,2 pastillas de éxtasis en un mismo día.
Es fundamental combatir el uso del alcohol y otras drogas cuando queremos luchar contra la violencia doméstica. Estos son dos factores de destrucción de las relaciones entre padres e hijos y del matrimonio.
[Por Alexis Villar]