¿Hermanos o rivales?
La relación entre hermanos es uno de los lazos más duraderos y constantes, por eso vale la pena construirla con respeto y cuidado.

Los conflictos dentro del hogar son una realidad frecuente y, en muchos casos, inevitable. Aunque suelen considerarse parte natural de la convivencia, lo cierto es que pueden dejar consecuencias profundas en la vida emocional, social y espiritual de quienes los experimentan. Uno de los escenarios más comunes en este ámbito es la rivalidad entre hermanos, un fenómeno que la Biblia registra desde los tiempos más antiguos.
En las Escrituras se observan ejemplos que reflejan cómo los celos, la envidia y las percepciones de injusticia pueden alterar la armonía familiar. Casos como los de Caín y Abel, Jacob y Esaú, o José y sus hermanos muestran que, cuando estos conflictos no se abordan con sabiduría, generan heridas difíciles de superar y repercusiones que trascienden generaciones.
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En el siguiente artículo de la Revista Adventista se ofrece una mirada integral sobre esta temática, combinando principios bíblicos con hallazgos de la investigación actual. Allí se brinda orientación práctica para que padres, madres e hijos reconozcan la importancia de la amabilidad, el respeto y el perdón en la vida familiar, con el propósito de construir hogares donde la armonía prevalezca por encima del conflicto.
Para leer el artículo completo, haz clic aquí: Rivalidad entre hermanos
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