Heraldos de una Nueva Era, 2 parte
Hola, amigos. Hoy, en nuestro recorrido por el maravilloso libro El Gran Conflicto, continuaremos mirando las señales dadas en la Biblia con respecto a la segunda venida de Cristo, y veremos cómo esas señales se han cumplido de la manera más notable.
En nuestro video anterior, vimos cómo la terrible devastación del gran terremoto de 1755 se extendió por la mayor parte de Europa, junto con África y América, y cumplió notablemente la primera parte de la profecía de Apocalipsis 6:12: “...y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre”.
Veinticinco años después del terrible terremoto, la siguiente señal se cumplió el 19 de mayo de 1780. Conocido como el "Día Oscuro", este extraño fenómeno se vio en todo el estrecho noreste de los Estados Unidos, conocido como Nueva Inglaterra.
Un testigo presencial que vivía en el Estado de Massachusetts describió el evento así: “Por la mañana, el sol salió claro, pero pronto se nubló. Las nubes se volvieron... negras y siniestras… relámpagos destellaron, retumbaron truenos y cayó un poco de lluvia. Hacia las nueve, las nubes se hicieron más delgadas y adquirieron una apariencia cobriza, y la tierra, las rocas, los árboles, los edificios, el agua y las personas cambiaron por esta luz extraña y sobrenatural. Unos minutos más tarde, una pesada nube negra se extendió por todo el cielo excepto por un borde estrecho en el horizonte, y estaba tan oscuro como suele estar a las nueve en punto en una tarde de verano. 'Temor, zozobra y terror se apoderaron gradualmente de los ánimos. Desde las puertas de sus casas, las mujeres contemplaban la lóbrega escena; los hombres volvían de las faenas del campo… Los niños fueron despedidos de las escuelas y huyeron a sus casas llenos de miedo... ¿Qué va a pasar? preguntaban todos" (El Gran Conflicto, p. 308.1).
La gente se reunió en las iglesias donde, alarmados, los predicadores presentaron el mensaje profético de las señales de la venida de Cristo. “El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová”, escribió el profeta Joel (Joel 2:31).
Esa noche, después de la medianoche, la oscuridad desapareció, y cuando la luna fue visible, estaba roja como la sangre.
¿Por qué se dieron estas señales? Leemos en El Gran Conflicto: “Una gran obra de reforma debía realizarse para preparar a un pueblo que pudiese subsistir en el día de Dios. El Señor vio que muchos de los que profesaban pertenecer a su pueblo no edificaban para la eternidad, y en su misericordia iba a enviar una amonestación para despertarlos de su estupor e inducirlos a prepararse para la venida de su Señor.” (El Gran Conflicto, p. 311.4).
Ese mensaje de advertencia se encuentra en Apocalipsis 14, donde se proclama un triple mensaje a "toda nación, tribu, lengua y pueblo" (v.6), después de lo cual Cristo regresa. La primera de estas advertencias reconoce a Dios como Creador y anuncia el juicio que se acerca.
"Este mensaje", escribe Elena de White, "se declara que es parte del 'evangelio eterno'. La obra de predicar el evangelio no ha sido encomendada a los ángeles, sino a los hombres”, escribió. (El Gran Conflicto, p. 312).
A medida que las señales dadas en la profecía comenzaron a cumplirse, los ojos comenzaron a abrirse y “Hombres fieles, obedientes a los impulsos del Espíritu de Dios y a las enseñanzas de su Palabra, iban a pregonar al mundo esta amonestación.” (El Gran Conflicto, p. 311.4).
Curiosamente, sin embargo, tal como sucedió antes de la primera venida de Cristo a esta tierra, no fueron los eruditos teólogos quienes entendieron las profecías. Más bien, fueron aquellos que eran más humildes y estaban dispuestos a estudiar cuidadosamente la Palabra de Dios con un corazón abierto. Para ellos, la verdad fue revelada. Como declaró Jesús en Juan 8:12, “El que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida".
En nuestro próximo video, conoceremos a un personaje. Un hombre que al principio parecía poco probable que llevara un mensaje tan importante, pero que fue usado por Dios de una manera poderosa.
Mientras tanto, los animo a aprender más sobre las señales de la venida de Cristo, leyendo el capítulo titulado "Heraldos de una Nueva Era", en el libro El Gran Conflicto. Este libro está disponible para descarga, sin costo y en varios idiomas, en: thegreatcontroversyproject.org. Si aún no lo ha hecho, lo invito a descargar su copia gratuita hoy.
Amigos, tened buen ánimo. ¡La venida del Señor está cerca! Las señales se revelan en Su Palabra, y se debe dar un mensaje claro al mundo. Los invito a continuar nuestro viaje juntos a medida que aprendemos más sobre estos mensajes tan importantes.
Inclinemos nuestros rostros juntos para una palabra de oración en este momento.
Padre, te damos gracias por las muchas señales que nos has dado, profetizadas en la Escritura, diciéndonos que la venida de Jesús está muy cerca. Ayúdanos a ser conscientes, comprender y enfocarnos en cómo podemos compartir con otros esta maravillosa y buena noticia de salvación en Cristo Jesús, y su próxima segunda venida. Bendícenos a medida que continuamos este viaje en el Conflicto de los Siglos. Pedimos todas estas cosas en el nombre de Jesús, Amén.
Ted Wilson es el presidente mundial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.