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Misión

Feria de misiones conecta voluntarios con poblaciones locales alrededor del mundo

Oportunidades para servir están en los países de origen o más allá de las fronteras.


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La construcción de cisternas en Piauí ha aliviado la sed de diversas familias de la región. (Foto: Divulgación)

Muchas veces, ni siquiera es necesario dejar el país de origen para hacer la diferencia en la vida de alguien. Es por eso que diversas iniciativas de voluntariado buscan personas que tienen poco tiempo disponible, pero que, si se suma al de otros, potencia la atención a poblaciones con necesidades específicas, ya sea en grandes o pequeñas ciudades.

Sin embargo, hay otras oportunidades que exigen más tiempo, preparación, pero que resultan en una experiencia de inmersión cultural más larga e intensa. El hecho es que existen posibilidades de servicio para los más diferentes perfiles. Es eso lo que la Feria de Misiones de la VI edición del I Will Go ha mostrado a quienes vinieron en busca de formas de contribuir con la vida de otras personas.

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En el espacio montado en uno de los ambientes del Centro de Convivencia del campus, diversas agencias de misión levantaron sus stands para mostrar dónde y cómo han hecho la diferencia, y más: presentar las razones por las cuales los voluntarios deben inscribirse en sus proyectos. Uno de ellos es el Instituto Luss (Logística Uniendo Solidaridad y Sustentabilidad), que hace tres años ha trabajado para construir cisternas y garantizar la seguridad alimentaria con el uso de huertas familiares o comunitarias, y contribuir con el desarrollo económico por medio de actividades que generen ingresos.

Marcelo Sousa, director de núcleo del proyecto, y Guto Oliveira, presidente del Luss: el sueño es contar con más personas que participen en iniciativas de esta naturaleza. (Foto: Jefferson Paradello)

“Decidimos concentrar nuestros esfuerzos en Piauí, que es uno de los estados que más necesita ayuda. Ya adoptamos 25 comunidades. El propósito de este camino es que tengan independencia, autonomía y dignidad”, explica el emprendedor Guto Oliveira, presidente del Instituto. “La cuestión espiritual tiene que ver en todo este proceso. Nuestro objetivo siempre es llevar salvación a las personas. No sirve de nada mejorar sus vidas aquí y dejar que se pierdan. Tampoco sirve hablar de esperanza y dejar que pasen sed y hambre”.

Las oportunidades de voluntariado ocurren siempre durante las vacaciones escolares, cuando grupos de 15 personas pasan 10 días en la región de São Raimundo Nonato, periodo en que se dedican a la construcción de las cisternas. Solo en este año, ya fueron 100 de ellas. Los grupos que van hasta allá se forman en ambientes universitarios, como en la propia Facultad Adventista de Bahía, que es la sede de la actual edición del I Will Go, y en los templos adventistas locales. Ahora, la estrategia es lanzar campañas en Instagram para que las personas se inscriban. Para el próximo mes de enero ya no hay más vacantes.

Con la ayuda de voluntarios, hombres construyen cisterna en una de las regiones de Piauí. (Foto: Divulgación)

“Vemos transformaciones muy relevantes en la vida de quien va. A pesar de ser en Brasil, el viaje para el semiárido Piauí se hace un viaje transcultural, ya que es totalmente diferente a lo que la mayoría vive, principalmente en el sur y en el sudeste. Hay una unanimidad en el discurso de que la vida no es la misma”, subraya Oliveira.

Más allá de las fronteras

Para quien quiere ir más lejos, la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) para ocho países de Sudamérica ofrece cuatro oportunidades de voluntariado: local, en emergencias, connections trips y extendido. En el primer caso, quien vive cerca de un proyecto de ADRA puede dedicarse a uno de ellos. En el segundo, se trata de un voluntariado más profesional: en una situación de emergencia no hay tiempo para ofrecer capacitaciones. Por eso, el objetivo es que el voluntario se capacite anticipadamente, para ser accionado en ocasiones específicas. También hay una carrera que puede alcanzarse, con diferentes niveles de conocimiento, que va desde el básico al avanzado.

“Queremos que a quien le gusta este tipo de área pueda crecer”, explica Eric Leichner, gerente de emergencias de ADRA para este territorio. Los connection trips son proyectos de viajes cortos, de 10 a 15 días, en el que se visita un nuevo país y una nueva realidad, trabaja con la propia comunidad y, posteriormente, aprovecha para viajar. Así, quien participa puede ir a Perú, Paraguay, Uruguay, Chile, Argentina, Bolivia, Ecuador y el propio Brasil.

La agencia humanitaria adventista tiene proyectos en más de 118 países del mundo. (Foto: ADRA)

Por último, también está el extendido, que tiene duración de seis meses a un año, realizado directamente por medio del Servicio Voluntario Adventista (SVA), que conecta al voluntario a un proyecto específico. Para recibir estas oportunidades es necesario completar un registro en adra.club/registro. “Queremos que el voluntario sienta el trabajo que ADRA realiza. Tenemos interés de que entienda mejor y participe de otras iniciativas”, detalla Leichner.

De Sudamérica para el mundo

Y para quien quiere ampliar los horizontes y disminuir fronteras, no solo geográficas, sino de idiomas, la Middle East University vino a ofrecer la posibilidad de que sudamericanos participen de un programa volcado al aprendizaje de inglés directamente en el Líbano. “Queremos facilitarlo para que tengan más oportunidades de servir a la misión”, destaca Rafael Garcia, uno de los representantes de la institución.

Él comprobó, en la práctica, que esa decisión trae resultados. “Yo era pastor en Brasil y quería servir, pero necesitaba aprender inglés. Mi sueño era trabajar en la ventana 10/40. Fui al Líbano, estudié inglés allí y fui invitado para ser pastor en Egipto. Allí trabajé por algunos años y posteriormente fui llamado para desempeñarme en la universidad, donde estoy actualmente como capellán”, detalla. “Surgieron oportunidades por el conocimiento del idioma que aprendí”.

Para quien desea servir en otras regiones del mundo, ser fluente en la lengua inglesa es fundamental, subraya Garcia. (Foto: Jefferson Paradello)

La ventaja de estudiar en Oriente Medio, según él, es justamente ya estar en el campo misionero, lo que facilita la ambientación con la cultura y las costumbres locales. Es probable que mucha gente todavía no haya visto esa oportunidad, argumenta, tal vez porque no saben de la existencia de la Middle East University. “Es por eso que estamos aquí”, resalta.


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