Estudios revelan que los adventistas poseen menor riesgo de muerte que el promedio de estadounidenses
El doctor Gary Fraser, investigador de la Universidad de Loma Linda, comparte los últimos descubrimientos sobre el régimen de salud de los adventistas y la longevidad.
En los últimos años, las llamadas Blue Zones (Zonas Azules) han despertado el interés de científicos e investigadores que buscan entender los secretos por detrás de la longevidad. Esas son regiones donde las personas poseen una expectativa elevada y buena calidad de vida, muchas veces pasando los cien años. Una de esas zonas es la comunidad adventista ubicada en Loma Linda, California, Estados Unidos.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Loma Linda (LLU), entre 1976 y 1988, examinó a 34 mil adventistas en California, buscando conexiones entre estilo de vida, enfermedad y longevidad. La investigación reveló que los adventistas que participaron llegaban a vivir más años que los californianos no adventistas, con 7,3 años más para los hombres y 4,4 años para las mujeres.
Lea también:
- Documental de Netflix destaca estilo de vida saludable adventista
- Beneficios del agua, la luz natural y el aire puro para la salud y el bienestar de los adultos
Además, fueron identificados cinco comportamientos básicos que pueden aumentar la expectativa de vida en cerca de dos años por factor para un total de diez años. Estos fueron denominados pilares de la longevidad adventista, y son: mantener una dieta basada en verduras, no fumar, consumir nueces durante la semana, ejercitarse regularmente y mantener un peso adecuado.
El estudio fue el inicio de una serie de investigaciones realizadas por la LLU. Para conocer y comprender mejor los últimos descubrimientos sobre el estilo de vida adventista y su impacto en la longevidad, la Agencia Adventista Sudamericana de Noticias (ASN) conversó con el doctor Gary Fraser. Él lideró el Estudio de Salud Adventista, es profesor de medicina y epidemiología en la Universidad de Loma Linda y ha coordinado innumerables investigaciones sobre este tema que comparte en la siguiente entrevista.
Novedades en los estudios
¿Qué cambios fueron implementados en las investigaciones más recientes y cuáles fueron los principales descubrimientos en esos estudios?
Hace cinco o seis años hicimos comparaciones sobre las tasas de mortalidad (el riesgo de que una persona muera en determinado año de vida), en vez de la expectativa de vida (cuántos años la persona puede vivir). Así, expandimos nuestra investigación y logramos comparar el comportamiento de los adventistas de todos los Estados Unidos con una población del censo del país.
Lo que descubrimos fue muy interesante. Aunque estuviéramos usando una medida diferente, una vez más los adventistas presentaban cerca de un 35% menos de riesgo de morir por cada año de edad, en contraste con la población en general de los Estados Unidos. Lo que significa que los adventistas están viviendo más tiempo que el resto de los estadounidenses. Además, realizamos otros estudios, observando las diferencias dentro de la propia comunidad adventista analizando los diferentes tipos de miembros vegetarianos y comparándolos con los adventistas no vegetarianos.
¿Cuáles fueron los principales descubrimientos de ese estudio?
No todos los vegetarianos son iguales. Por eso, separamos a los adventistas en cuatro grupos: veganos, ovolactovegetarianos, pesco vegetarianos (que consumen peces) y no vegetarianos.
Esa fue una comparación bastante difícil, porque los adventistas no vegetarianos todavía son conscientes de la salud y no consumen tanta carne como la población en general. Y cuando comen carne, muchas veces optan por aves o peces, lo que también puede influenciar la diferencia menor entre vegetarianos y no vegetarianos dentro de la comunidad adventista.
En ese estudio analizamos cerca de dieciocho diferentes causas de muerte. Al observar todas juntas, notamos que los vegetarianos les iba mejor que a los no vegetarianos. Los resultados muestran que, de forma general, los vegetarianos tenían entre un 10% y 12% menos chances de morir que los adventistas no vegetarianos.
¿Cómo variaron los resultados al comparar los diferentes tipos de adventistas vegetarianos con los que no adoptan una dieta vegetariana?
Cuando observamos a las personas con dieta ovolactovegetariana, que son la mayoría de los adventistas vegetarianos estudiados, descubrimos que ellos tenían cerca de 10% a 12% de ventaja en comparación con los no vegetarianos, semejante a lo que descubrimos cuando pusimos a todos los vegetarianos juntos.
Y los pesco vegetarianos tuvieron mejor desempeño que todos los otros grupos estudiados. Ellos presentaron una reducción de 15% a 18% en el riesgo de mortalidad en comparación con los adventistas no vegetarianos.
Por otro lado, los adventistas veganos, o vegetarianos estrictos, en general tuvieron menos de 3% de reducción en el riesgo de muerte. Aun así, los veganos del sexo masculino salieron mejor que los no vegetarianos, pero esa diferencia no se observó en el caso de las mujeres. La razón de esto todavía es desconocida y requiere más estudios, porque en realidad fue un dato inesperado.
Ventajas del vegetarianismo
Según sus últimos descubrimientos, ¿cuáles son las ventajas del vegetarianismo?
En términos de enfermedades cardiovasculares, diabetes e insuficiencia renal, la dieta vegetariana parece ofrecer una reducción del riesgo del 30 al 40% de incidencia, cuando se la compara con personas que no siguen esa dieta o que adoptaron una alimentación vegetariana más recientemente. Eso es un beneficio considerable para la salud, evitando muertes prematuras, y fue sorprendente notar cuán significativa es esa diferencia en las edades entre 50 y 60 años.
Ahora, conforme esas personas llegan a edades más avanzadas, como los 70 u 80 años, encontramos un escenario diferente. Descubrimos que, de manera general, la ventaja de los vegetarianos desapareció, con excepción de los pesco vegetarianos. Ellos, aun en esas edades muy avanzadas, todavía presentaban alguna ventaja, un poco menos, pero todavía perceptible, en torno de 10 a 15%.
Eso fue una gran sorpresa. Durante la investigación notamos que esa diferencia estaba relacionada a una leve desventaja de los vegetarianos en edades más avanzadas, especialmente con relación a problemas neurológicos, o enfermedades del sistema nervioso.
Por otro lado, notamos que entre los que sobrevivían hasta los 70 u 80 años, una proporción mayor de vegetarianos alcanzaba esas edades, ellos continuaban presentando resultados positivos al enfrentar condiciones cardiorrenales y diabetes, manteniendo ventajas significativas en esas áreas.
Cuestiones neurológicas
¿Por qué los vegetarianos, que tienen tantas ventajas en términos de salud cardiovascular y renal, parecen ser más vulnerables a los problemas neurológicos en la edad más avanzada?
Eso es algo que todavía estamos investigando, pero lo que ya sabemos es que los pesco vegetarianos parecen tener una performance un poco mejor en ese aspecto. O sea, los que todavía consumen peces consiguen mantener los beneficios cardiovasculares, renales y tal vez sufran menos con problemas neurológicos.
Ese es un rompecabezas que estamos intentando entender mejor, y que puede ayudarnos a optimizar todavía más las dietas vegetarianas para garantizar un envejecimiento saludable en todos los aspectos.
Una de las hipótesis es que el pez contiene nutrientes específicos, como los ácidos grasos omega 3, que pueden ser cruciales para la salud del cerebro y para la prevención de enfermedades neurodegenerativas. Eso puede explicar por qué los pesco vegetarianos tienen una ventaja aun después de los 70 años.
Sabemos que, conforme envejecemos, el cuerpo se vuelve menos eficiente en absorber ciertos nutrientes, como la vitamina B 12 y la Vitamina D. El consumo moderado de peces puede ayudar a compensar esas deficiencias, especialmente en edades más avanzadas, cuando los procesos biológicos se vuelven menos eficientes. Pero, es necesario mucho cuidado con relación al agua donde son criados los peces.
La dieta basada en vegetales ofrece una gran variedad de posibilidades, con diferentes formas de preparar granos, leguminosas, nueces y otros alimentos. Con relación a los alimentos extra procesados, los estudios realizados hace algunos años muestran que los alimentos altamente procesados deben ser evitados, aunque sean de origen vegetal.
La cantidad de alimentos extra procesados en la dieta de una persona tiene un impacto mayor en la mortalidad que la cantidad de alimentos de origen animal que consume, excepto en el caso de la carne roja.
Hasta entre la población vegetariana, hay dietas mejores y peores, dependiendo del nivel de procesamiento. Al analizar la diferencia entre alimentos procesados y no procesados entro de la dieta vegetariana, fue identificado que hay cerca de 15% de diferencia en las tasas de mortalidad. Por lo tanto, evitar una dieta con muchos alimentos extra procesados y sustituirlos por alimentos menos procesados o no procesados, sería lo más sensato, así como evitar el consumo de carne roja.
Con base en su experiencia y en los estudios realizados, ¿cuáles son los factores que, además de la alimentación, influencian en la longevidad de los adventistas analizados?
Los adventistas tenemos un foco en el concepto de los ocho remedios naturales, que engloban más que solo la alimentación, aunque yo la considere la parte más esencial. La longevidad y la buena salud de los veteranos longevos nos permite discutir los beneficios de esos principios, y creo que eso sea una prueba importante para la comunidad como un todo.
No hay nada de especial en el aire, en el suelo, o en los vegetales de Loma Linda que explique la longevidad de los adventistas que viven allá. Las recomendaciones de salud, de nuestros estudios, son semejantes a las de las grandes organizaciones como la American Heart Association y la American Cancer Society. La diferencia está en el hecho de que los adventistas incorporan esos hábitos saludables como parte de su religión.
Ese compromiso se refuerza con el apoyo colectivo que la comunidad ofrece, lo que ayuda a mantener esas prácticas de forma consistente, y se refleja en los buenos resultados observados.
Espiritualidad y longevidad
¿La fe o la espiritualidad poseen alguna relación con la longevidad?
Realizamos una encuesta con cerca de 95 mil personas y con parte de ese grupo tuvimos un estudio secundario con aproximadamente once mil participantes que respondieron un cuestionario separado sobre sus creencias religiosas, sus hábitos con relación a la fe, y otros factores de estrés de la vida. Ese cuestionario nos ayudó a investigar como la espiritualidad y la religión pueden afectar la salud mental y física de las personas. Lo que encontramos en ese estudio fueron dos cosas principales sobre los beneficios de la fe religiosa o espiritualidad.
Primero, tener una creencia religiosa puede estar fuertemente asociado a un cuidado mayor con la salud física y mental. Las personas con fe tienden a valorizar más esos aspectos y, en consecuencia, están más dispuestas a seguir un estilo de vida saludable. Muchos de los principios que consideramos buenos para la salud, como una buena alimentación, hábitos saludables y la disminución del estrés innecesarios, con frecuencia son reforzados por prácticas religiosas. Por lo tanto, uno de los grandes beneficios de la fe es que ella incentiva a las personas a seguir esas prácticas, lo que por sí solo ya mejora la salud.
El estudio reveló que la forma como una persona ve a Dios está directamente relacionada a su salud mental, especialmente en lo que se refiere a la depresión. Es diferente si la persona ve a Dios como un amigo en quién puede confiar, que ofrece confort y ayuda en momentos de necesidad, o si ella lo ve como una figura crítica, que siempre está registrando sus errores.
Descubrimos que los que veían a Dios como un amigo y una fuente de confort tenían una probabilidad menor de presentar sentimientos depresivos. Eso se aplicaba a otras dimensiones religiosas o espirituales. En otras palabras, cuanto más positiva y confiada era la actitud de la persona con relación a Dios y a su fe, menos propensa era a sufrir con depresión.
¿Cuáles serían algunos consejos prácticos para los que desean adoptar un estilo de vida más saludable?
Basándose en las evidencias, aunque los beneficios puedan variar de acuerdo con el género y otros factores, el ideal es enfocar una dieta basada en vegetales, rica en granos, legumbres, frutas, nueces y vegetales. Las carnes rojas deben evitarse, así como los alimentos extra procesados, no hay duda de eso.
La evidencia con relación al consumo de aves es menos clara, pero es importante considerar lo que se pone en lugar de las aves si se opta por no consumirlas. Es necesario que haya una sustitución, y generalmente las alternativas que ocupan ese espacio en el plato son más saludables, como las fuentes de proteína de origen vegetal, que tienden a ser mejores.
Incluir una pequeña cantidad de peces en la dieta, una o dos veces por semana, también puede ser benéfico, especialmente en edades más avanzadas. Es esencial mantener un peso saludable, practicar ejercicios físicos regularmente y garantizar una buena exposición al sol para la producción de vitamina D. La espiritualidad y el apoyo social también son factores importantes para la longevidad. Incorporar esos elementos al estilo de vida puede proporcionar grandes beneficios tanto a la salud física como al bienestar mental.
*Cristina hace su pasantía bajo la supervisión de Jefferson Paradello.
También puedes recibir este y otros contenidos directamente en tu dispositivo. Inscríbete en nuestro canal en Telegram o WhatsApp.
¿Quieres conocer más sobre la Biblia o estudiarla con alguien? Haz clic aquí y comienza ahora mismo.