“Regrese a mi país con el sentido de la verdadera misión y el gran deseo de seguir trabajando para Dios. Servir como voluntario, ha sido una experiencia espiritualmente enriquecedora. Aquí conocí la verdadera dependencia hacia Dios y he fortalecido mi fe”.

Así lo expresó Andrés Miranda, durante la jornada de capacitación de “Ancianos y Líderes de iglesia” que se realizó el domingo 3 de marzo en las instalaciones de la iglesia Nueva Alborada (Misión Ecuatoriana del Sur – M.E.S), en Guayaquil, donde le fue otorgado un reconocimiento, por su labor en el servicio voluntario en la Conferencia Metropolitana de Chile en el área de comunicación, en el año 2023.

Su hermano, Daniel Miranda, recibió un reconocimiento vía virtual por la labor desempeñada en la Universidad Adventista del Plata en el centro multimedia en el año 2022. Ambos recibieron el llamado, y ambos, aceptaron el desafío.

El Secretario de la Iglesia Adventista en Ecuador, pastor Edmundo Cevallos, y el pastor Isaí Fernández, asistente del Servicio Voluntario Adventista (SVA) en Ecuador , entregaron los reconocimientos a estos jóvenes misioneros. Por su parte el pastor Fernández explicó la importancia de infundir en estas generaciones el llamado a servir y continuar con la predicación del evangelio.

“A lo largo de la Biblia encontramos que Dios siempre busca personas con disposición, humildad y obediencia y sin lugar a duda estas características son visibles en la juventud. Es claro que la juventud es el mejor momento para servir a Dios y los jóvenes son el medio que Dios quiere usar para alcanzar a todo el mundo”. Expresó el líder.

Actualmente, el departamento de SVA, se encuentra capacitando a Abner Quinancela, quien fue presentado durante la jornada, para su futuro servicio en el área de comunicación en la Conferencia Metropolitana en Chile.

Los jóvenes contribuyen de gran manera a la propagación del evangelio. La Iglesia Adventista en el sur del país, impulsa estos proyectos que los desafían a ir donde Jesús los envíe con sus dones y talentos. Ellos son capacitados para que cada año, se sumen a este cuerpo de voluntarios y puedan servir en su comunidad, ciudad, cantón, país o en cualquier lugar del mundo con el fin de cumplir la misión que nos dejó Jesús.