Educa Hope impulsa modelo educativo alternativo en Osorno
Este modelo representa una alternativa para quienes buscan una educación que no solo prepare para los exámenes, sino también para la vida.

Innovador proyecto de educación no formal busca complementar el desarrollo académico de los niños con habilidades prácticas y formación espiritual, en un entorno donde se sienten seguros, acompañados y motivados a crecer en todos los ámbitos de su vida.
En Osorno, un grupo de familias decidió mantener vivo el legado educativo del colegio Adventista local a través de un proyecto de formación no formal que responde a una necesidad clave: preparar a los niños de forma integral, sin desvincular lo académico de lo espiritual.

Esta iniciativa tiene como eje central la preparación de los estudiantes para rendir exámenes libres al final del año, pero va mucho más allá.
La base pedagógica de este programa se articula con los contenidos del plan ministerial, pero se apoya especialmente en los materiales de Educa Hope, una propuesta educativa que combina los conocimientos tradicionales con un enfoque centrado en lo que los niños pueden hacer, no solo en lo que deben saber.
“En Educa Hope estamos orgullosos de ofrecer a los estudiantes una educación integral basada en valores cristianos. Utilizamos una variedad de materiales y recursos únicos que se centran en nuestro compromiso con la Biblia”. Señala Educa Hope en su web.

Este es un plan de estudios aprobado por el Ministerio de Educación, y busca brindar una experiencia de aprendizaje personalizada acorde a las necesidades de cada estudiante, ofreciendo materiales exclusivos, clases en vivo, profesores calificados y una plataforma de apoyo académico.
Una educación para la vida
"Buscamos que los niños no solo adquieran conocimientos académicos, sino también que desarrollen habilidades sociales, prácticas y espirituales", señala una de la coordinadora, Fabiola Vallejos, coordinadora del colegio.

El objetivo es formar niños integrales, capaces de desenvolverse en la vida diaria con seguridad, empatía y compromiso con su entorno.

En este espacio, los estudiantes aprenden desde jardinería hasta cocina, pasando por tareas domésticas como planchar, todo bajo la guía de tutores especializados que priorizan el aprendizaje activo y experimental. La enseñanza se aleja del modelo tradicional para fomentar experiencias significativas, donde los niños participan en actividades misioneras como el "puerta a puerta" o intervenciones públicas para compartir su fe.
Un entorno seguro y motivador
Uno de los aspectos más valorados por las familias es el ambiente de seguridad emocional y espiritual que se ha construido. El perfil que siguen los niños del programa es la seguridad al no tener miedo a ser juzgados, y sentirse respetados y motivados.
La educación aquí no solo se transmite desde los libros, sino desde la experiencia directa. La formación espiritual es un pilar esencial que se entrelaza con lo académico, ofreciendo una visión integral del desarrollo infantil.

Este modelo educativo representa una alternativa significativa para quienes buscan una educación que no solo prepare para los exámenes, sino también para la vida. Un proyecto que combina fe, conocimiento y habilidades prácticas, dando forma a futuros ciudadanos más completos.