Devolvieron la esperanza a damnificados de incendios
Grupo de adventistas de Pucón, se organizaron para reunir recursos y materiales para construir viviendas a personas que en los incendios forestales de enero, en Florida, lo perdieron todo y en sólo seis días lo lograron.
Florida, Chile - Florida es una localidad mayoritariamente rural, que está ubicada a unos 40 Kms. al Este de Concepción. Esta zona, en el verano pasado, fue duramente afectada por los incendios forestales más feroces que ha vivido el país durante los últimos años. Los que consumieron a su paso las pertenencias de muchas familias y en el algunos casos, hizo desaparecer totalmente sus viviendas.
Entre los afectados estaban, los hermanos Carmen Muñoz y Guillermo Pino, quienes a pesar de la desazón y el estado de tristeza que le ocasionó la pérdida total de sus bienes y sus viviendas; no perdieron la esperanza. Tal como lo maifestó Carmen: "Lo he perdido todo, menos la fe." Precisamente estando en esta situación, recibieron la oportuna e inesperada ayuda de hermanos adventistas de una localidad mucho más al sur de Chile, desde Pucón. Que siendo conmovidos por la tragedia, llegaron a sus predios para construir una casa nueva a ambos. Así lo hicieron y el 23 de Marzo ya estaban terminando las obras que les llevó sólo una semana de trabajo.
El camión cargado de materiales y las herramientas para la construcción de las casas fue conseguido con aportes personales y de la iglesia a la que ellos pertenecen. Sobre esta ayuda, Patricio Parra, líder del grupo dijo: “...Los muchachos están contentos, felices de lograr este desafío para nosotros. El mensaje que nosotros queremos dejar con esto, es que aprendamos a dar, porque los hermanos lo pierden todo. Gracias a Dios mañana creemos irnos con la misión cumplida..“
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En la misma condición de la hermana Carmen, estaban otras familias que también sufrieron la pérdida total de sus viviendas consumidas por los incendios. Sin embargo, ellos tuvieron asistencia de otros organismos y de congregaciones cristianas. Por lo tanto, la construcción de dos viviendas, llegó a complementar en su totalidad la necesidad de Carmen y la familia de Guillermo.
Al respecto, ella dijo: "Cuando vi el camión con la madera, se me cayeron las lágrimas... Allí viene mi casita gracias a Dios, gracias Señor dije: ahí viene mi casita. Por eso digo que ojalá no se me queme el espíritu, como se me quemó todo. Porque se puede recuperar todo lo demás. Pero la fe, es difícil." Estas fueron las palabras de agradecimiento que manifestó, tras ver cómo se construía su vivienda, por personas que desinteresadamente acudieron en su ayuda. [Raúl Salamamanca Muñoz]
