De drogadicto a portador de esperanza
Marcelo Hernández, un joven chileno que dejó atrás su pasado, y fue perdonado y restaurado para vida eterna junto a su familia.
Santiago, Chile…[ASN] Marcelo Hernández a sus 28 años de edad era drogadicto, alcohólico y andaba en malos pasos. “Hice cosas malas. Antes viví en Las Habas y en la Legua Chica, y era un flaite. Me gustaba pelear, beber alcohol y drogarme, pero lo que más hacía era fumar, fumaba todo el día”, comentó Marcelo en entrevista para el diario “La Discusión” de Chile.
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Su esposa Marcela Quiroga, quien asistía regularmente desde hace poco a la Iglesia Adventista, ubicada en calle Torres del Paine, en la población Los Volcanes 8, oraba fervientemente por la conversión de su esposo. Ella lo invitaba a la iglesia pero él no quería asistir a las reuniones.
Milagro de conversión
Hasta que sucedió un milagro en la vida de Marcelo. Durante una semana especial, Hernández estaba en la puerta de la iglesia con ganas de querer entrar. Para ese momento captó la atención del pastor de la zona, Rubén Cofré, ya que era un joven con piercings, joyas, usaba ropa ancha, zapatos llamativos, vestía como pandillero. Sin embargo, Cofré lo reconoció, sabía que se trataba del esposo de Marcela por el cual ella había estado orando. “Tras pasar una semana entera orando por él, de repente llegó solo, justo a una semana especial y de allí no se fue nunca más”, destacó, el pastor. El sábado siguiente asistió y aceptó a Cristo como su Salvador a través del bautismo.
“Lo que me pasó fue que la gente de la iglesia me ayudó, iban a mi casa, me invitaban a comer y oraban conmigo, eso fue fundamental en los primeros días que son los más difíciles cuando empiezas a limpiarte”, recalcó Hernández.
“Nuestra metodología es, en un principio similar a las del gobierno; como intervenir grupos sociales, organizar operativos de salud, dar charlas sobre prevención del alcohol y las drogas, con la diferencia que luego de eso, agregamos el ingrediente espiritual, que es lo que realmente genera cambios”, mencionó el pastor Cofré en entrevista para el diario “La Discusión”.
Hoy, Marcelo Hernández tiene 32 años, dejó atrás sus adicciones, sus sensaciones de frustración, y participa activamente de las actividades de su iglesia en calidad de primer “anciano”. Marcelo se encarga de dirigir a la congregación. Además, trabaja como independiente en el área de la construcción y vive muy feliz y agradecido al Señor junto a su esposa Marcela y sus tres hijos.
Tras vivir esa transformación, Marcelo ha continuado su trabajo de discipulado con sus amistades del pasado, como José quien era drogadicto. Marcelo lo guió hasta que José aceptó a Cristo como su Salvador y fue bautizado. Actualmente Marcelo le está dando estudios bíblicos a otro de sus compañeros de la vida pasada que sufren de adicción. “Lo he traído, oramos por él, acá él se expresa y también ha llorado, lo estamos sacando gracias a Dios. Sé que le va pasar igual que a mí, va a cambiar porque acá uno se siente perdonado”, expresó el ahora líder de iglesia.
A través del estudio bíblico personal, ferias de salud, intervenciones urbanas, semanas de evangelismo, entre otros proyectos, la Iglesia Adventista del Séptimo Día promueve el mensaje de esperanza, comparte el amor de Cristo y llega a los demás, como lo hizo en la vida de Marcelo.
Además, la Iglesia emplea otras estrategias para llegar a niños y adolescentes con el Club de Conquistadores, donde se trabaja física, mental, social y espiritualmente. De acuerdo a informaciones entregadas por Carlos Parra, pastor en la zona de Chillán (Chile), específicamente en la población Vicente Pérez Rosales, el club ha permitido vencer la violencia intrafamiliar y el alcoholismo en el sector. [Equipo ASN, Felipe Ahumada, Ángela Arias]