Como un grano de mostaza: breve historia de la Educación Adventista
Comenzó pequeña, pero se convirtió en una de las redes educativas confesionales más grandes del mundo y una poderosa herramienta en la misión de la Iglesia
El año 2024 comenzó con dos hechos destacados para la Educación Adventista.i Uno de ellos arrancó con aplausos; y el otro, con lágrimas. En febrero, la Universidad Adventista de Friedensau, en Alemania, comenzó a celebrar su 125° aniversario. Fue establecida en 1899, con solo siete alumnos, “en condiciones muy básicas. La escuela fue instalada en un antiguo molino a las márgenes del río Ihle”. Actualmente, ofrece carreras de grado y posgrado, y es reconocida como un centro de excelencia académica, con aval gubernamental y asociaciones alrededor del mundo.ii
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El segundo fue el fallecimiento de Humberto Mario Rasi, de 88 años, un líder y mentor de la Educación Adventista que sirvió en la Asociación General de la denominación como director asociado de Educación (1986-1990) y director de Educación (1990-2002), y cuyo trabajo tuvo un gran impacto en la estructura, filosofía y crecimiento de la Educación Adventista alrededor del mundo. Un incontable número de estudiantes y profesores creció intelectual y espiritualmente a lo largo de su liderazgo. Rasi fue un defensor por excelencia de la integración de la fe y los valores bíblicos en el aprendizaje.iii
El legado de esa institución pionera y ese líder visionario refleja la historia de la Educación Adventista. Como un grano de mostaza, que es “la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas” (Mateo 13:31-32). La red comenzó pequeño, pero, con el tiempo y la bendición de Dios, se volvió global, y transforma millones de vidas. Las personas sencillas y consagradas que siguieron los consejos bíblicos y de Elena de White hicieron de la Educación Adventista una referencia en términos de formación integral y transmisión de valores.
Lanzando las semillas
En enero de 1872, Elena de White recibió su primera visión detallada sobre educación, a partir de la cual escribió 30 páginas en las que afirmó a los líderes: “Necesitamos una escuela donde los que recién entran en el ministerio puedan aprender por lo menos las materias comunes de la educación y donde puedan aprender más perfectamente las verdades de la Palabra de Dios para este tiempo”.iv
La primera unidad educativa adventista era solo “una escuela de una sala” y sus 12 alumnos asistieron a las clases, al inicio, en varias sedes temporarias.v Nacido el 3 de junio de 1872 y dedicado el 4 de enero de 1875, el Battle Creek College fue administrado, al principio, por Goodloe Harper Bell (1832-1899), considerado “el padre de la Educación Adventista”. Esta iniciativa fue comparada por historiadores a “un grano de semilla de mostaza”. Vale decir que “La primera escuela de iglesia adventista tuvo como maestra a Martha Byington, hija de John Byington, en Buck’s Bridge, Nueva York, unos veinte años antes”.vi Plantar una iglesia y establecer una escuela pasó a ser la filosofía misionera básica de los adventistas alrededor del mundo.
En 1901, el Battle Creek College fue transferido a Berrien Springs, Michigan, y recibió el nombre de Colegio Misionero Emanuel. En 1960, pasó a ser la Universidad Andrews. Actualmente, es la principal institución educativa y de formación de líderes de la Iglesia, con más de 150 programas, desde títulos de grado hasta el doctorado.vii Esta institución educativa se convirtió en la primera de las 9.589 que existen hoy, 118 de ellas son de educación superior y hay más de dos millones de alumnos esparcidos por más de 165 países.viii
Según el historiador Floyd Greenleaf, la propuesta de una red de educación adventista era, originalmente, casi una utopía ante el cuadro desafiante y los altos ideales que se proponía: “Nada podía ser más idealista en términos filosóficos que basar la educación en la creencia de que los seres humanos necesitan la redención espiritual porque cayeron del estado perfecto en el que fueron creados por Dios, y que las instituciones educativas deben servir a la misión de la iglesia”.ix Sin embargo, la iniciativa no estaba exenta de la influencia del contexto norteamericano, que respiraba cambios en muchas áreas, siendo la educación una de las principales.
“Apoyándose en la filosofía del francés Jean Jaques Rosseau, del suizo Johann Pestalozzi y del alemán Friedrich Froebel, una generación de educadores en los Estados Unidos, liderada por John Dewey, debatió la naturaleza de la infancia, las necesidades de los niños y su papel en la sociedad. Y todo eso dio origen a nuevas prácticas educativas”.x
El proyecto adventista se expandió internamente en los Estados Unidos. Uno de los mayores avances fue la creación de una escuela de enfermería, en 1905, con solo 35 empleados. En 1910, se convirtió en el College of Medical Evangelists [Colegio de Médicos Evangelistas]. Hoy, el “complejo médico de Loma Linda comprende ocho escuelas, seis hospitales y aproximadamente 17 mil empleados, lo que hace de esa institución el principal centro académico de ciencias de la salud de la Iglesia Adventista”.xi
Actualmente, la Iglesia Adventista tiene siete escuelas de medicina: Estados Unidos (Loma Linda, 1909), México (Montemorelos, 1975), Argentina (Entre Ríos, 1994), Perú (Lima, 2012), Nigeria (Lagos, 2012), Filipinas (Manila, 2015) y Ruanda (Kigali, 2019). También hay planes para abrir una en Brasil (São Paulo). Eso es un gran logro para una Iglesia que surgió en 1863, en un contexto de pobreza y discriminación en virtud de su doctrina peculiar, especialmente la venida literal de Cristo y la guarda del sábado (Apoc. 1:7; Hech. 1:11; Éxo. 20:8-11; Mar. 2:27, 28; Apoc. 12:17).
Incluso con dos grandes guerras en el siglo XX, la gran depresión mundial de 1929 y los regímenes totalitarios y comunistas, además del secularismo actual, las escuelas adventistas continuaron prosperando y alcanzando nuevos lugares.
Brasil
Las hojas de la educación se extendieron en Sudamérica, aun en el siglo XIX. La primera escuela en la región fue establecida en Brasil, gracias a la visión del pastor Huldreich E. Graf y el dinamismo del primer adventista brasileño. Según Ruy Vieira, el “Colegio Internacional de Curitiba fue establecido con la ayuda de miembros laicos el 1 de julio de 1896, sin la vinculación administrativa directa con la organización de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, y fue dirigido inicialmente por Guilherme Stein Jr., aunque algunas fuentes afiancen que debe haber sido su primer director Vicente Schmidt”.xii
Stein explica que “Curitiba era ya en ese tiempo lo que podemos llamar casi una ciudad universitaria, con grandes colegios, pero aun siguiendo la rutina del sistema de deletreo en las escuelas primarias. Nuestra escuela progresó rápidamente, lo que debemos, en parte, al sistema fonético del profesor de Minas Gerais Felisberto de Carvalho, que introdujimos y defendemos”. La escuela que comenzó con media docena de alumnos, en seis meses ya tenía más de 120 alumnos matriculados. Durante sus ocho años de existencia, tuvo matrículas anuales superiores a los 400 alumnos, incluyendo los hijos de las familias más ricas y tradicionales de Curitiba.xiii Uno de los factores de ese éxito, vale resaltar, fue la adhesión a un nuevo método pedagógico, lo que aún puede verse en la constante actualización de metodologías de aprendizaje adoptadas por la red adventista en nuestros días.
Algún tiempo después, el “15 de octubre de 1897, se funda la primera escuela misionera adventista en Gaspar Alto, cerca de Brusque, en el estado de Santa Catarina”, bajo la dirección de Stein. Ese año, llegó a Brasil el pastor John Lipke, cuyo nombre estuvo relacionado a la obra educativa hasta su muerte en 1943.xiv Augustus B. Stauffer, colportor pionero en Brasil, también fue un ardiente defensor de la Educación Adventista en sus inicios.xv El primer internado adventista de Brasil fue establecido en São Paulo, en 1915, y recibió el nombre de Seminario Adventista, pasando al Colegio Adventista Brasileño en 1941. Es el actual Unasp (Centro Universitario Adventista de São Paulo) y ofrece 40 carreras de nivel superior en 4 campus (uno en la modalidad EAD), lo que lo convierte en el mayor internado adventista del mundo.
Douglas Menslin, en su libro “Educação Adventista, 120 anos”, divide la historia de la red en Brasil en tres periodos: el pionerismo (1896-1915), cuando surgen las primeras instituciones; la estructuración (1916-1970), con resalte para su consolidación y desarrollo metodológico y filosófico; y la adaptación a la Legislación Nacional (1970-2010), cuando las escuelas de iglesia dejaron de existir y las unidades pasaron a constituir un servicio educativo.xvi En este camino, la tensión entre la ampliación de la red se enfrentaba con la necesidad de mantener la filosofía confesional original. Uno de los nombres que contribuyeron mucho con el equilibrio en esa área fue el profesor Roberto Azevedo, que lideró el departamento de Educación de la División Sudamericana (1990-2004) con un plan claro de expansión.xvii
Argentina
Un episodio conmovedor en el establecimiento de una nueva escuela en Argentina tuvo que ver con Luis Ernst, un suizo-alemán de Uruguay que vendió su tierra, su ganado y su negocio de fabricación de quesos a fin de asistir a una escuela que él pensaba que existía en Entre Ríos, Argentina. Llegó al lugar con “un llamado inconfundible de Dios para dedicar su vida a la predicación del evangelio”, para, entonces, descubrir que la escuela solo existía en forma de planta. Los responsables de la obra, viendo su dedicación, decidieron comenzar a construir.
En octubre de 1899, N. Z. Town, J. W. Westphal y dos o tres miembros fueron hasta el lugar donde se planeaba construir, “se arrodillaron en el pasto y oraron, pidiendo las bendiciones de Dios para la futura escuela”.xviii Esa decisión acertada estableció el rumbo de la educación adventista en Argentina, y la sucesora de ese proyecto es la Universidad Adventista del Plata, referencia en la preparación de médicos y misioneros en general. Recientemente, la División Sudamericana ha enviado pastores para cursar el doctorado en su campus y todo lleva a creer que esta sustituirá a la Universidad de Andrews en la preparación de profesores de Teología para Sudamérica.xix
Perú
El establecimiento de la educación en Perú fue aun más dramático y conmovedor. Ferdinand y su esposa Ana Stahl, apóstol a los incas, percibieron que nunca podrían evangelizar a los indios aimaras de ese país sin “preparar otros indios para que enseñen a su propio pueblo”. Así, adoptaron al indio Luciano Chambi, que sería profesor en la escuela establecida en Plateria, al inicio del siglo XX. La pareja Rojas, que pasó algún tiempo ayudando a los Stahl, fue preparada en la escuela de Argentina. Después de mucha discriminación y oposición por parte de representantes del gobierno y de la Iglesia Católica, “doscientas escuelas misioneras adventistas, donde los indios enseñaban, brotaron como hongos alrededor del Lago Titicaca”.xx
Los adventistas de Lima, capital de Perú, pensaron en establecer una escuela para los no indígenas de la Unión Incaica. Eso solo fue posible el 30 de abril de 1919, cuando las actividades de la escuela comenzaron “en cuatro habitaciones alquiladas en Miraflores, suburbio de Lima”. Eduardo Forga, defensor de los indios y traductor del libro El gran conflicto al español,xxi había dejado en su testamento una donación para el adventismo. El dinero fue usado para comprar un terreno en Miraflores. Con una oferta del decimotercer sábado de 1925, la construcción fue realizada.xxii Actualmente, la Universidad Peruana Unión tiene tres campus (Lima, Juliaca y Tarapoto), que atienden 13.567 estudiantes de diferentes países.xxiii
Bolivia
En Bolivia, los indígenas (aimaras y quechuas) vivían en completo abandono cuando los adventistas establecieron las primeras escuelas en el altiplano del país andino. Ethel Shepard, con la ayuda de Mateo Urbina, organizó la primera escuela después de una autorización del gobierno con fecha del 11 de agosto de 1920. Después de la Escuela de Rosario, en La Paz, que comenzó a funcionar en julio de 1920, surgieron otras, para fortalecer la Misión Indígena.xxiv
El proyecto educativo se amplió en 1928, en la ciudad rural de Collana, en el Departamento de La Paz, con el lanzamiento del Instituto Adventista Boliviano. El Instituto fue transferido a Vinto, en el Valle Inferior del Departamento de Cochabamba y, en 1991, fue reconocido por el gobierno boliviano como la Universidad Adventista de Bolivia, que ofrece 14 carreras de nivel superior.xxv Además de la preparación de obreros, las escuelas, según la visión de Floyd Greenleaf, se convirtieron en “la principal herramienta de evangelismo entre los pueblos indígenas en la Unión Incaica”.xxvi
Chile
En 1926, después de muchos fracasos, el Colegio Adventista de Chillán finalmente venció sus dificultades críticas y se convirtió“parte incuestionable del programa educativo de la Iglesia en Sudamérica”.xxvii Allí también floreció una universidad, que es la principal institución adventista en ese país.
Demás países de la División Sudamericana
Ecuador, Paraguay y Uruguay aún no tienen universidades, pero tienen un buen número de escuelas primarias y colegios secundarios. En el caso de Ecuador, en 1968 se fundó, en la ciudad de Santo Domingo de los Colorados, el Colegio Adventista de Ecuador, que se convirtió, en 1993, en el Instituto Superior Tecnológico Adventista del Ecuador, ofreciendo carreras de nivel superior.
Frutos que alimentan
En el siglo XXI, las escuelas adventistas son una de las mayores posibilidades de evangelismo, ya que la mayoría de sus alumnos no son miembros de la Iglesia. Si no se adopta un fuerte proyecto de enseñanza de la Biblia, la influencia secular puede controlar el ambiente escolar, y los principios de la educación cristiana y sus ideales pueden perderse fácilmente.
En un artículo titulado “Rumo ao mar” [Rumbo al mar], sobre los 100 años de la primera clase graduada por el CAB (Colegio Adventista Brasileño), Francisco Ribeiro, Gabriela Borges y Emily Bertazzo afirmaron que la “primera graduación oficial proporcionó a la sociedad con un grupo de nueve jóvenes dispuestos a trabajar en diferentes actividades en pro de la sociedad brasileña, sin perder de vista su compromiso denominacional, pues también se destacaron en funciones eclesiásticas a lo largo del siglo XX”.xxviii Lo mismo podría decirse de las graduaciones de las pequeñas y grandes instituciones adventistas. Sus programas han formado profesionales para el mercado de trabajo y misioneros para la Iglesia.
Varios estudios, incluyendo tesis de doctorado, comprueban el impacto de la Educación Adventista. La información recolectada durante 10 años (1987-1997) es un testimonio con respecto a los beneficios de esta red y de su filosofía de enseñanza.xxix Eso anima a los educadores adventistas en su diario labor; confianza a los padres para que sus hijos sigan matriculados y motivación para que la Iglesia siga expandiendo e invirtiendo en sus escuelas.
Los investigadores han constatado que, a pesar de ser confesional, el sistema educativo adventista es competitivo, resiste al tiempo, a diversas ideologías (como la teoría de la evolución) y a los desafíos culturales modernos y posmodernos.xxx
La correcta comprensión de la educación cristiana es fundamental para el desarrollo espiritual. Según Elena de White, “Ahora, como nunca antes, necesitamos comprender la verdadera ciencia de la educación. Si dejamos de entender esto, nunca tendremos un lugar en el reino de Dios”.xxxi Para los adventistas, la educación es más que abrir escuelas, producir materiales didácticos u ofrecer diplomas. El mayor propósito es restaurar en el ser humano la imagen perdida de su Creador (Gén. 1:27; Deut. 6:4-6; Prov. 22:6). Es por esa razón que la cúpula adventista ha estudiado, en los últimos años, establecer la educación cristiana como una creencia fundamental de la Iglesia, la número 29.xxxii En el caso de que ese estudio sea votado en un Congreso de la Asociación General, habrá una gran promoción a la educación en todos los niveles, lo que podrá fortalecer aún más nuestra comprensión sobre su papel en la vida humana.
Donde investigar sobre la Educación Adventista:
Floyd Greenleaf, Historia de la Educación Adventista: una visión global. Florida: Asociación Casa Editora Sudamericana, Adventus: Editorial Universitaria Iberoamericana, 2010.
Página web
www.encyclopedia.adventist.org
Videos
Referencias
[i] Sobre educación superior en Brasil vea Renato Stencel. História da educação superior adventista: Brasil, 1969-1999. Tese de Doutorado. Universidade Metodista de Piracicaba (2006). Biografias de educadores: Siegfried J. Schwantes. Professor toda a vida. São Paulo: Editora Universitária Adventista do IAE, 1991.Orlando Ritter. O Professor. Tatuí, São Paulo: CPB, 2014. Trajetória de instituições: Márcio Dias Guarda. Unasp: Muito além do ensino. 100 ano de história (1915-2015). Multicomm: Hortolândia, 2015. Hosokawa, E. (2001). Rumo ao mar: Colégio Adventista Brasileiro, Santo Amaro (1915-1947) (Dissertação de Mestrado). FFLCH, Universidade de São Paulo. Douglas Menslin; Emily Kruger Bertazzo; Francisco Carlos Ribeiro; Gabriela Borges Abraços (orgs.). Unasp no Tempo: histórias, tradições e transformações. 1ª ed. Engenheiro Coelho, São Paulo: Unaspress, 2021. Salomón Méndez, M. Á. (2013). Un sueño hecho realidad. Quillacollo, Bolivia: Universidad Adventista de Bolivia, 2013. Sobre nossa filosofia educacional: DSA. Pedagogia Adventista. Tatuí, São Paulo: CPB, 2009. Cadwallader, E. M. (2006). Filosofia básica de la educación adventista (Tomo 1-3). Villa Libertador San Martín, AR: Centro de Investigacion White. Suárez, A. S. (2010). Redenção, liberdade e serviço: os fundamentos da pedagogia de Ellen G. White. Engenheiro Coelho, SP: Unaspress. Silva, M. (2001). Pedagogia adventista, modernidade e pós-modernidade (Tese de Doutorado). Universidade Metodista de Piracicaba. George Knight. Mitos na Educação Adventista. Um estudo interpretativo da educação nos escritos de Ellen White. Engenheiro Coelho, SP: Unaspress, 2010.
[ii] Inter-European, Universidad Adventista de Friedensau celebra 125 Años de excelencia en Educación e impacto social. Disponible en: https://adventist.news/pt/news/universidade-adventista-de-friedensau-celebra-125-anos-de-excelencia-em-educacao-e-impacto-social. Acceso: 04/04/2024.
[iii] Lisa M. Beardsley-Hardy, Tributo a Humberto Mario Rasi. Revista Diálogo, Volume 35, Número 2. p. 3. En abril de 2024 fue realizado el 2º Simposio Sudamericano de Fundamentos Bíblicos de la Integración Fe, Enseñanza y Aprendizaje. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=0wNnwEy3qVY. Acceso: 29/04/2024.
[iv] Richard W. Schwarz; Floyd Greenleaf. 1 ed. Portadores de Luz: história da Igreja Adventista do Sétimo Dia. Traducción de Francisco A. Pontes. 2 ed. (Engenheiro Coelho, SP: Unaspress, 2016), p. 148.
[v] Denis Fortin e Jerry Moon, eds., Enciclopédia Ellen G. White (Tatuí, São Paulo: Casa Publicadora Brasileira, 2018), p. 915.
[vi] Schwarz e Greenleaf, Portadores de luz, p. 145.
[vii] Consulte el sitio web de la institución: https://www.andrews.edu/.
[viii] Seventh-Day Adventist World Church Statistics. Summary of Statistics as of December 31, 2022: Disponible en: https://documents.adventistarchives.org/Statistics/Other/SDAWorldChurchStatsSummary2022.pdf. Acceso: 09/04/2024.
[ix] Floyd Greenleaf, História de la Educación Adventista: una visión global (Florida: Associación Casa Editora Sudamericana, Adventus: Editorial Universitaria Iberoamericana, 2010), p. 51.
[x] Idem, p. 81.
[xi]Ansel Oliver, Referencia mundial. https://www.revistaadventista.com.br/da-redacao/destaques/referencia-mundial/. Acceso: 09/04/2024.
[xii] Ruy Carlos de Camargo Vieira. A época e a obra pioneira de Guilherme Stein Jr.: Um ensaio sobre origens (Brasília: Sociedade Criacionista Brasileira, 2015), p. 153.
[xiii] Idem. 153-154.
[xiv] Ruy Vieira. A época e a obra pioneira de Guilherme Stein Jr., p. 159. Más detalles en: Lipke, Johannes Rudolph Berthold (1875–1943). Disponible en: https://encyclopedia.adventist.org/article?id=DGKD&lang=pt. Acceso: 29/04/2024.
[xv] Lea su biografía completa en Marcio Costa, Augusto Baer Stauffer: o primeiro missionário adventista no Brasil. 1ra ed. Ivatuba, PR: Editora IAP, 2021 o un artículo breve en: https://noticias.adventistas.org/pt/augustus-stauffer-redescobrindo-um-missionario-adventista-no-brasil/. Acceso: 29/04/2024.
[xvi] Douglas Menslin. Educação adventista 120 anos: De escolas paroquias a uma rede de ensino permanências e rupturas de um ideário educacional (Curitiba: DVK Editora, 2015), p. 61-86.
[xvii] Roberto Azevedo. Perspectivas de la educación adventista en la División Sudamericana. In: Revista Educação Adventista, n. 34, ano 21, janeiro-junho de 2000.
[xviii] Greenleaf. Terra de esperança, p. 59-60.
[xix] Recientemente la UAP pasó a ofrecer simultáneamente los cuatro programas de doctorado en Teología y, a partir de enero de 2024, un grupo de presidentes de campo inició allí el doctorado en Teología Aplicada. Entre las ventajas respecto a Andrews están el bajo coste y la proximidad, además del modelo (un verano al año), que evita que el trabajador se ausenta del trabajo durante cinco años.
[xx] Vea Barbara Westphal, Aventura nos Andes e no Amazonas: a apaixonante história de um casal que deixou tudo pela missão. 4ª edição. Tradução Carlos A. Trezza. (Tatuí, São Paulo: Casa Publicadora Brasileira, 2018), p. 44-49.
[xxi] Su biografía es Elbio Pereyra. Eduardo Francisco Forga: El pioneiro casi olvidado del continente descuidado. (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2004).
[xxii] Greenleaf. Terra de esperança, p. 263-265.
[xxiii] Vea más detalles en el sitio web: https://upeu.edu.pe/. Acceso: 10/04/2024.
[xxiv] Samuel Antônio Chaves. Pedagogia de la Salvación: un estudio histórico sobre el aporte de la Educación Adventista en la vida del indígena Aymara de Rosario (1920-1930). 1ra Edición (Cochabamba: Editorial Nuevo Tiempo de Bolivia, 2013), p. 139-143.
[xxv] Más detalles en el sitio web: https://www.uab.edu.bo/. Acceso:10/04/2024.
[xxvi] Greenleaf. Terra de esperança, p. 223.
[xxvii] Greenleaf. Terra de esperança, p. 255.
[xxviii] Francisco Carlos Ribeiro; Gabriela Borges Abraços e Emily Kruger Bertazzo. Revista Cordis. São Paulo: 110 anos do Capão Redondo. São Paulo, vol. 1, nº 27, 2022, p. 96. Disponible en: https://revistas.pucsp.br/index.php/cordis/article/view/59242. Acceso: 29/04/2024.
[xxix] Jerome Thayer, Trinta anos da pesquisa sobre o impacto das escolas adventistas nos alunos. Disponible en: https://www.journalofadventisteducation.org/pt/2018.4.3?searchsite=adventist.news&ref=on-site-search&searchterm=125%20anos. Acceso: 09/04/2024.
[xxx] Patrick Vieira Ferreira y Roger Marchesini de Quadros Souza proporcionan un excelente artículo. Educação Adventista: Origem, Desenvolvimento e Expansão. Revista Brasileira de História da Educação. (v. 18, 2018), pp. 01-17.
[xxxi] Ellen G. White, Christian Educator, 1 de agosto de 1897. Citado en E. A. Sutherland, Estudos em Educação. Adventist Pioneer Library, 2017, p. 5.
[xxxii] Adventist education declared worthy of becoming Fundamental Belief No. 29. Disponible en: https://adventist.news/news/adventist-education-declared-worthy-of-becoming-fundamental-belief-no-29. Acceso: 10/04/2024.