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¿Qué son las sectas en la Biblia? ¿La Iglesia Adventista del Séptimo Día es una secta?

Descubra cuáles son las bases bíblicas que clasifican a las sectas y los verdaderos fundamentos de la Iglesia Adventista


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Las creencias de la Iglesia Adventista del Séptimo Día están basadas únicamente en la Biblia. (Foto: Shutterstock)

La palabra bíblica griega αἵρεσις ha sido traducida como “desunión”, “disensión”, “herejía”, “secta”.[i] De forma más apaciguadora y suave, pero sin cambio real, los Textos del Concilio Vaticano II y los del Magisterio Católico Romano declaran que, a partir de ese evento, las comunidades cristianas nacidas de la Reforma del siglo XVI no pueden ser llamadas “iglesias” en el sentido propio.[ii] Sin embargo, es crucial comprender que no es una iglesia, ni una tradición o tribunal eclesiástico, sino solo las Escrituras las que tienen la autoridad suprema para definir doctrinas, y si una organización es, de hecho, una secta herética (Juan 17:17; 2 Timoteo 3:16). Como veremos a continuación, el término αἵρεσις se encuentra seis veces en la Biblia, y se traduce al español como secta (Hechos 5:17; 15:5; 24:5, 14; 26:5; 28:22).[iii]

Referencias bíblicas

1. La secta de los saduceos. “El sumo sacerdote y todos sus partidarios, que pertenecían a la secta de los saduceos, se llenaron de envidia. Entonces arrestaron a los apóstoles y los metieron en la cárcel común” (Hechos 5:17, 18). Los saduceos eran la clase sacerdotal en Israel y, por envidia, entregaron a Cristo (Marcos 15:10). Eran heréticos pues aceptaban como las Santas Escrituras solamente a los primeros cinco libros de la Biblia hebrea, descartando el resto del Antiguo Testamento. No creían en los ángeles ni en la resurrección (Hechos 23:8). Según Cristo, ellos se equivocaban en no conocer las Escrituras ni el poder de Dios (Mateo 22:29).

2. La secta de los fariseos. Pablo afirmó: “[…] viví como fariseo, de acuerdo con la secta más estricta de nuestra religión” (Hechos 26:5). Los fariseos eran un grupo compuesto por cerca de seis mil miembros en el tiempo de Cristo.[iv] La mayoría de los escribas era parte de esta secta (Marcos 2:16). Los escribas y fariseos prepararon centenas de reglas que cubrían todos los aspectos del comportamiento humano y daban la impresión de obedecer la ley.[v] Pero también eran herejes, pues su religión no era más que una escenificación política e hipócrita que no producía una transformación en el carácter. Un grave error era su legalismo ciego al intentar salvarse por el esfuerzo humano de guardar la ley, mientras rechazaban al Dios encarnado, el Yo Soy, el Dador de la Ley, el inmaculado Salvador Jesucristo (Mateo 23:1-36; Marcos 7:6-13 y Lucas 11:37-52; Juan 1:11; 1 Juan 5:20; Éxodo 20:1; Juan 8:46, 58). La ley sin Cristo es legalismo (Romanos 3:20; Gálatas 2:16). Se nos advierte que la única “moneda” reconocida en el cielo para nuestra salvación es la sangre de Jesucristo (Romanos 5:9; 1 Pedro 1:18-20; Apocalipsis 1:5; 12:11).

3. “Algunos creyentes que pertenecían a la secta de los fariseos afirmaron” con respecto a los gentiles: “Es necesario circuncidar a los no judíos y exigirles que obedezcan la Ley de Moisés” (Hechos 15:5). En el primer concilio de la iglesia cristiana, la circuncisión no era el único requisito propuesto por los judaizantes, sino el primero.[vi] Querían agregar la ley ceremonial como requisito para la salvación. “[…] A menos que ustedes se circunciden, conforme a la tradición de Moisés, no pueden ser salvos” (Hechos 15:1). Este tema ocupó el lugar central en ese concilio. Pedro testificó sobre la conversión de gentiles y cómo Dios purificó sus corazones por la fe sin necesidad de la circuncisión. “Entonces, ¿por qué tratan ahora de provocar a Dios poniendo sobre el cuello de esos discípulos un yugo que ni nosotros ni nuestros antepasados hemos podido soportar? ¡No puede ser! Más bien, como ellos, creemos que somos salvos por la gracia de nuestro Señor Jesús” (Hechos 15:10, 11).

El yugo al que se refiere Pedro es el mismo sobre el que Pablo escribió a los gálatas. “[…] Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud. Escuchen bien: yo, Pablo, les digo que, si se hacen circuncidar, Cristo no les servirá de nada” (Gálatas 5:1, 2). La circuncisión pertenecía a la ley ceremonial, cuyas ordenanzas fueron abolidas en la cruz (Efesios 2:14, 15).[vii] Después del concilio, los apóstoles escribieron cartas a las iglesias sobre la naturaleza transitoria y tipológica de la ley ceremonial (Gálatas 5:1, 2; Efesios 2:14, 15; Colosenses 2:14-17; 3:10, 11; Hebreos 7:26-28; 10:1-9). El veredicto del concilio fue “que la ley ceremonial, y en especial el rito de la circuncisión, de ninguna manera fuera impuesto a los gentiles ni siquiera a título de recomendación”.[viii]

Pero la ley de los Diez Mandamientos no fue anulada (Mateo 5:17-27; Romanos 3:31; Efesios 6:1-3; 4:17-24; 5:3-5. Ver también Éxodo 20:1-17; 31:18; Deuteronomio 10:1-5; Hebreos 8:10; Apocalipsis 11:19; 12:17; 14:12). La justificación es por la fe en Cristo (Romanos 1:17; 5:1). “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe. Esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios y no por obras, para que nadie se jacte” (Efesios 2:8, 9). Somos salvos para las buenas obras (v. 10). Guardar los mandamientos de Dios es el fruto en la vida del salvo. El manzano no produce manzanas para ser un manzano, sino porque es un manzano. Así, el verdadero cristiano guarda los mandamientos de Dios no para ser salvo, sino porque es salvo por la gracia de Cristo. Lamentablemente, un grave error del cristianismo actual es aceptar a Cristo como Salvador, pero seguir transgrediendo su eterna ley. Cristo sin ley es emocionalismo, pues él nos salva del pecado, pero nunca en nuestros pecados/transgresiones de la eterna ley (1 Juan 3:4; 1 Juan 1:9; 2:4).

4. La secta de los nazarenos. Un adulador llamado Tértulo, después de mucho lisonjear al gobernador romano Félix, injustamente acusó al apóstol Pablo y a la iglesia: “Hemos descubierto que este hombre es una plaga que por todas partes anda provocando disturbios entre los judíos. Es jefe de la secta de los nazarenos” (Hechos 24:5). Es notable que los acusadores no se fundamentaban en las Escrituras. Sino que, conforme a su costumbre, ciegamente lanzaban adjetivos despreciativos contra Pablo y la iglesia. Ejemplarmente, el apóstol no debatió con sus acusadores, sino que serenamente presentó su defensa.

5. El Camino al que llaman secta. “Sin embargo, esto sí confieso: que adoro al Dios de nuestros antepasados siguiendo este Camino que mis acusadores llaman secta, pues estoy de acuerdo con todo lo que enseña la Ley y creo lo que está escrito en los Profetas” (Hechos 24:14). “Difícilmente habría hecho Pablo estas aseveraciones si hubiera estado enseñando a los conversos gentiles a abandonar el sábado”.[ix] Creer todo lo que está de acuerdo con la ley, en los escritos de los profetas, y obviamente en el Nuevo Testamento, es la prueba fundamental del verdadero cristianismo. Pero note que el verdadero creer bíblico implica más que un mero asentimiento mental. Creer implica la obediencia por la fe que opera por amor a Dios (Santiago 2:17-19; Gálatas 5:6; 1 Tesalonicenses 1:3; Apocalipsis 14:12).

6. La secta de la que se habla en contra. Aunque estaba preso, Pablo predicaba el evangelio en Roma. Los judíos le dijeron: “[…] lo único que sabemos es que en todas partes se habla en contra de esa secta” (Hechos 28:22). Las sectas judías esparcieron falsedades sobre la Iglesia en todas partes. Y “así que el cristianismo fue distinguido del judaísmo como secta separada y puede ser clasificado como sociedad secreta, este recibió la interdicción del Estado Romano…”.[x] Pero, sorprendentemente, mientras que las sectas judías gastaban sus energías acusando y persiguiendo a los cristianos, estos ya en el primer siglo predicaban el evangelio “[…] en toda la creación debajo del cielo […]” (Colosenses 1:23). A la luz de las Escrituras, los que difundían falsedades trabajan en la dirección incorrecta, y todos sus esfuerzos no impedirán la victoria de los que guardan los mandamientos de Dios y la fe en Jesús (Apocalipsis 14:12).

A propósito, presuntos teólogos llamaron “endemoniado, engañador y samaritano” a Jesús (Mateo 12:24; 27:63; Juan 8:48). Y Pablo fue denominado “peste” y “agitador principal” de la secta de los nazarenos (Hechos 24:5). El contexto también revela que el término secta se aplica legítimamente a los acusadores. Si Pablo y los primeros cristianos aún existiesen, probablemente, aún serían considerados una “secta”, y otros adjetivos. Pero, como hicieron en el pasado, no se desviarían de la misión en el tiempo del fin (2 Timoteo 3:12; Hechos 20:19-24; Apocalipsis 14:6-12). “Una religión que da un testimonio vivo de la labor de la santidad, que reprende el orgullo, el egoísmo, la avaricia y los pecados de moda, será odiada por el mundo y por los cristianos superficiales... Cuando sufrís oprobio y persecución estáis en excelente compañía; pues Jesús soportó todo esto, y mucho más”.[xi]

¿Y con respecto a la Iglesia Adventista?

Ante este contexto, la Iglesia Adventista del Séptimo Día ¿puede ser clasificada como una secta? De ninguna manera, pues todas sus creencias están fundamentadas completamente en la Biblia. A continuación, lea un resumen de sus principales creencias de acuerdo con el Manual de la Iglesia.[xii] Creemos que “las Sagradas Escrituras, que abarcan el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, constituyen la Palabra de Dios escrita, transmitida por inspiración divina” (Salmo 119:105; Proverbios 30:5, 6; Isaías 8:20; Juan 17:17; 2 Timoteo 3:16; 2 Pedro 1:20, 21). Creemos que “hay un solo Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, una unidad de tres personas coeternas” (Génesis 1:26; Deuteronomio 6:4; Isaías 6:8; Mateo 28:19; Juan 3:16; 2 Corintios 13:13). Creemos que “Dios el hijo Eterno se encarnó como Jesucristo. Por medio de él se crearon todas las cosas, […]. Aunque es verdadero y eternamente Dios, llegó a ser también verdaderamente humano […]. Vivió y experimentó la tentación como ser humano, pero ejemplificó perfectamente la justicia y el amor de Dios. […] Sufrió y murió voluntariamente en la cruz por nuestros pecados y en nuestro lugar, resucitó de entre los muertos y ascendió al cielo para ministrar en el Santuario celestial en nuestro favor. Volverá otra vez en gloria, para librar definitivamente a su pueblo […]” (Isaías 53:4-6; Daniel 9:25-27; Lucas 1:35; Juan 1:1-3, 14; 5:22; 10:30; 14:1-3; Hebreos 2:9-18; 8:1, 2; 4:16)”.

Creemos en la santidad y perpetuidad de la ley divina de los Diez Mandamientos. Lejos de ser una desgracia, la ley divina de los Diez Mandamientos “es santa y que el mandamiento es santo, justo y bueno” (Romanos 7:12). Transgredir esa ley es pecado (1 Juan 3:4). “El que afirma: «Lo conozco», pero no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él” (1 Juan 2:4). Creemos que guiados por el Espíritu Santo, sentimos nuestra necesidad, reconocemos nuestra pecaminosidad, nos arrepentimos de nuestras transgresiones y tenemos fe en Jesús como nuestro Salvador y Señor, Sustituto y Ejemplo. Por medio de Cristo somos justificados, adoptados como hijos e hijas de Dios, y libertados del dominio del pecado. Por medio del Espíritu, nacemos de nuevo y somos santificados. El Espíritu renueva nuestra mente, escribe la ley de Dios, la ley de amor, en nuestro corazón, y recibimos el poder para vivir una vida santa. Permaneciendo en él, somos partícipes de la naturaleza divina y tenemos la certeza de la salvación ahora y en el juicio (Génesis 3:15; Jeremías 31:31-34; Marcos 9:23, 24; Juan 3:3-8, 16; Romanos 3:21-26; 8:1-4; 14-17; 5:6-10; 2 Corintios 5:17-21; Efesios 2:4-10; Hebreos 8:7-12).

Creemos que la Iglesia universal se compone de todos los que verdaderamente creen en Cristo; pero, en los últimos días, un tiempo de amplia apostasía, un remanente ha sido llamado para guardar los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Ese remanente proclama la llegada de la hora del juicio, proclama la salvación por medio de Cristo y la aproximación de su segundo advenimiento. Esta proclamación está simbolizada por los tres ángeles de Apocalipsis 14. Pero no creemos que solo los adventistas serán salvos. Dios tiene en todas las comunidades personas cristianas sinceras y fieles (Daniel 7:9-14; 2 Corintios 5:10; 1 Pedro 1:16-19; 4:17; 2 Pedro 3:10-14; Judas 3, 14; Apocalipsis 12:17; 14:6-12; 18:1-4). Creemos que el bautismo es por inmersión (Mateo 28:19, 20; Hechos 2:38; 16:30-33; 22:16; Romanos 6:1-6; Gálatas 3:27; Colosenses 2:12, 13). Creemos que, según las Escrituras, el don de profecía es uno de los dones del Espíritu Santo. Ese don es una característica de la iglesia remanente, y creemos que se manifestó en el ministerio de Elena G. White. Sus escritos hablan con autoridad profética y proporcionan consuelo, orientación, instrucción y corrección para la iglesia. Estos también dejan en claro que la Biblia es la norma por la cual debe probarse toda enseñanza y experiencia (Números 12:6; 2 Crónicas 20:20; Amos 3:7; Joel 2:28, 29; Hechos 2:14-21; 2 Timoteo 3:16, 17; Hebreos 1:1-3; Apocalipsis 12:17; 19:10; 22:8, 9).

Creemos que Dios, después de los seis días de la creación, descansó en el séptimo día e instituyó el sagrado descanso del sábado del séptimo día de la semana (Génesis 2:1-3; Éxodo 20:8-11). El cuarto mandamiento de la inmutable ley de Dios requiere la observancia del sábado del séptimo día como día de descanso, adoración y ministerio, en armonía con la enseñanza y práctica de Jesús, que es el Creador y Señor del sábado (Éxodo 16:4-35; 20:8-11; Levítico 23:32; Deuteronomio 5:12-15; Isaías 56:1-7; 58:13, 14; Ezequiel 20:12, 20; Mateo 12:1-12; Marcos 1:32; Lucas 4:16; Juan 1:1-3, 14; 8:58; Hebreos 4:1-11; 1 Juan 5:20; Apocalipsis 1:10).

Cuando el pastor bautista Walter R. Martin hacía una investigación exhaustiva sobre sectas, lo que resultó en la obra clásica O Império das Seitas [El reino de las sectas],[xiii] él y su equipo entraron en un extenso diálogo con la Iglesia Adventista.[xiv] Martin “declaró que quería tener acceso directo” a personas autorizadas y la literatura adventista, de manera que “pudiera tratar con el adventismo de manera honesta”.[xv] Con anticipación, Martin leyó una vasta cantidad de literatura adventista. Entonces, en una reunión, presentó a los delegados adventistas una serie de 40 preguntas relacionadas a sus posiciones teológicas. El diálogo fue de beneficio para la Iglesia, pues dio la oportunidad de presentar sus creencias, y resultó en la publicación de Seventh-day Adventists Answer Questions on Doctrine: An Explanation of Certain Major Aspects of Seventh-day Adventist Belief, traducido al español como Los adventistas del séptimo día responden preguntas sobre doctrina.[xvi]

La editora Zondervan lanzó un libro de Walter Martin con el título The Truth About Seventh-day Adventism [La verdad sobre el adventismo del séptimo día].[xvii] Donald G. Barnhouse afirmó en el prefacio del libro: “Como resultado de nuestros estudios del adventismo del séptimo día, Walter Martin y yo llegamos a la conclusión de que los adventistas del séptimo día son un grupo verdaderamente cristiano, en lugar de una secta anticristiana”.[xviii] El trabajo exhaustivo de Martin y su equipo es un testimonio histórico, y un incentivo a cualquier persona para estudiar la literatura adventista.

Por lo tanto, amigo lector, si desea realizar un estudio más detallado sobre las creencias de los adventistas del séptimo día, tengo la satisfacción de recomendarles cuatro obras excelentes: Los Adventistas del Séptimo Día responden preguntas sobre doctrina, Tratado de teología adventista del Séptimo Día,[xix] Respostas a Objeções,[xx] y Creencias de los adventistas del séptimo día.[xxi] Estos están disponibles en la página web de la Casa Publicadora Brasileña y de la Asociación Casa Editora Sudamericana[xxii] y lo ayudarán a comprender que, para los adventistas, la Biblia, y solo la Biblia, es nuestra única regla de fe y práctica.


Referencias:

[i] STRONG, James. “Diccionario de palabras griegas” en Nueva concordancia Strong exhaustiva, Miami: Editorial Caribe, 2003, verbete 139, p. 3.

[ii] “Congregation for the doctrine of the faith, Responses to some questions regarding certain aspects of the doctrine on the church”. Question Fourth and fifth. Ver en: https://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20070629_responsa-quaestiones_en.html. Preguntas 4 y 5. Consultado el 26/01/2024.

[iii] La versión adoptada en este artículo es de la Biblia Nueva Versión Internacional (NVI).

[iv] COLEMAN, William. Manual dos tempos e costumes bíblicos, 1ª ed. Venda Nova, MG: Editora Betânia, 1991, p. 251.

[v] KNOWLES, Andrew. The Bible Guide. Minneapolis, MN: Augsburg, 2001, p. 414.

[vi] NICHOL, Francis D. Comentário bíblico adventista do sétimo dia, v. 6, 1ª ed. Tatuí, SP: Casa Publicadora Brasileira, 2014, p. 319.

[vii] “Comentario de Efesios 2:14-18”, Biblia de Estudos Andrews, Versão Almeida Revista e Atualizada, 2ª ed., impresso en Gráfica da Bíblia, 2015, p. 1536. A seguir: Bíblia de Estudos Andrews.

[viii] Elena G. White. La historia de la redención, p. 322.

[ix] “Comentario de Hechos 24:14”, Biblia de Estudio Andrews, p. 1381.

[x] CAIRNS, Earle E. O cristianismo através dos séculos, 3ª ed. São Paulo: Sociedade Religiosa Edições Vida Nova, 2008, p.73.

[xi] Elena G. White. El ministerio médico, p. 339.

[xii] Manual de la iglesia, octava edición, Florida, Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2022, p. 191-202.

[xiii] MARTIN, Walter. O império das seitas, Venda Nova, MG: Editora Betânia, v. 1, 2ª ed. 1992; v. 2, 1ª ed. 1992; v. 3, 1ª ed. 1992; v. 4, 1ª ed. 1993.

[xiv] VALENTINE, Gilbert M. ESDA, Adventist Evangelical Conferences, 1955–1956, ver: https:// encyclopedia.adventist.org/article?id=6JJ3.

[xv] Questões de doutrina, 1ª ed. Tatuí, SP: Casa Publicadora Brasileña, 2009, p. 11. A seguir: Questões de doutrina. Ver também: T.E. Unruh, “The Seventh-day Adventist-Evangelical Conferences of 1955-1956.”

[xvi] Questões de doutrina, p. 15.

[xvii] MARTIN, Walter, The Truth About Seventh-day Adventism, Grand Rapids: Zondervan, 1960.

[xviii] Questões de doutrina, p. 20.

[xix] DEDEREN, Raoul, ed. Tratado de Teología Adventista del Séptimo Día, 1ª ed. Florida, Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2021.

[xx] NICHOL, Francis D. Respostas a objeções: uma defesa bíblica da doutrina adventista, 1ª ed. Tatuí, SP: Casa Publicadora Brasileña, 2005.

[xxi] Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, tercera ed. Florida, Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2018.

[xxii] La Casa Publicadora Brasileña es la editora de los adventistas del séptimo día en Brasil. Visite la página: cpb.com.br. En español, la editora es la Asociación Casa Editora Sudamericana. Su página web es editorialaces.com.

Wilson Borba

Wilson Borba

Sola Escritura

Las doctrinas bíblicas explicadas de manera simpe y práctica para la vida cristiana

Bachiller en Teología, con maestría y doctorado en la misma área por el Centro Universitario Adventista de Sao Paulo (Unasp). Fue profesor y director del Seminario Adventista en Ecuador, y hoy es docente y director del Seminario Adventista Latinoamericano de Teología (SALT) de la Faculdade Adventista da Amazônia (Faama), en Brasil.