Noticias Adventistas

Biblia

El bautismo por los muertos

La Biblia tiene una posición bien clara sobre el significado y la importancia de la ceremonia bautismal.


  • Compartir:

El bautismo es una experiencia personal, como lo resalta la Biblia (Foto: Shutterstock).

Analizaremos el texto de 1 Corintios 15:29, uno de los más difíciles del Nuevo Testamento. “De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si de ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos?”[1]

Existen 36 tentativas de solucionar los problemas de este versículo: “ya que la mayoría de las sugerencias no son relevantes”.[2] En realidad, el camino correcto es leer este pasaje en el contexto del capítulo, teniendo en mente lo que las Escrituras enseñan sobre el bautismo.

Lea también:

Muerte, juicio y la segunda venida de Cristo

Entre los miembros de la iglesia de Corinto había algunos que negaban la doctrina de la resurrección de los muertos, por eso Pablo afirma la certeza de que habrá resurrección. “Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?” (1 Corintios 15:12).

Para el Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día, una interpretación razonable debe estar en armonía con la “la traducción correcta de la frase hyper ton nekron (por los muertos)”[3], pues “hay un consenso general de que hyper (por los) significa, en este caso, ‘en favor de los’ ”.[4]

El mismo comentario presenta tres interpretaciones posibles. La primera es el pasaje traducido como “‘¿Qué harán, entonces, los que son bautizados? ¿[Son bautizados] por los muertos? Si los muertos no resucitan de ninguna manera, ¿por qué son bautizados?’. Esta traducción, si bien es posible, no explica de modo satisfactorio la frase ‘por los muertos’”.[5]

La segunda interpretación posible del pasaje mencionado en el Comentario es que Pablo se refiere a una costumbre pagana. Las personas vivas se bautizaban en nombre de parientes y amigos muertos que no habían sido bautizados para que, supuestamente, estos pudieran ser salvos gracias a este acto.[6]

De acuerdo con eso, Conzelmann interpreta el bautismo por los muertos en términos de “bautismo vicario”[7], diciendo que “en Corinto, las personas vivas se habían bautizado a sí mismas vicariamente por personas muertas”.[8] La historicidad de esta práctica es confirmada por los padres de la iglesia. Tertuliano, al escribir sobre el hereje Marción, se refirió al festival pagano Kalendae Februariae, en el que “los adoradores se sometían a una purificación en el agua en favor de los muertos (Contra Marcion, v. 10)”.[9]

Teniendo en cuenta que Marción vivió en el siglo II, “esto supone que la costumbre del bautismo vicario, practicado más tarde por los marcionitas y otros grupos, ya había sido introducida en Corinto”.[10] Por lo tanto, es posible que en los días de Pablo ocurrieran tales sacramentos en aquella ciudad                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             .[11]

Principio contrario a la enseñanza bíblica

Ante la acusación de que Pablo citó una práctica pagana en su exposición de una doctrina bíblica fundamental, debemos recordar que en la parábola del rico y Lázaro, el Señor citó una superstición pagana, evidentemente sin apoyarla. El hecho de que el apóstol Pablo mencionara esa superstición pagana o hereje no implica que él apoyaba esa práctica.[12]

Conzelmann enfatiza que Pablo solo la utilizó para su argumento.[13] Hodge recuerda que el apóstol no aprobó la costumbre. Por el contrario, se alejó tomando distancia de sus defensores. No dice: “¿qué haremos?”, sino “¿qué harán?”. “Era algo con lo cual él no estaba familiarizado”.[14]

Aunque Pablo no afirme explícitamente que tal práctica era realizada por los creyentes corintos, Hodge declara con osadía que no sería “increíble que esa costumbre fuese adoptada por algunas personas, ya que bautizar muertos no era tan malo como sentarse a la mesa de los demonios (1 Corintios 10:21)”.[15] La práctica de bautizarse por los muertos parece referirse a una “superstición pagana basada en visiones equivocadas sobre la eficacia del bautismo”.[16]

Finalmente, según el Comentario Bíblico Adventista, es posible interpretar el texto en estudio con base en los versículos 12 al32 del mismo capítulo, como otra prueba de la resurrección, según los siguientes puntos: (a) Las palabras “de otra manera” se refieren al argumento de los versículos del 12 al 28 y se pueden parafrasear como: “pero si no hay resurrección”. (b) La palabra “bautizan” se usa de manera figurada, y tiene el significado de una exposición al peligro extremo o muerte, como es el caso mencionado por Cristo en Mateo 20:22 y Lucas 12:50. (c) La expresión “los que se bautizan” se refiere a los apóstoles, quienes constantemente enfrentaban la muerte al proclamar la esperanza de la resurrección (1 Corintios 4:9-13; Romanos 8:36; 2 Corintios 4:8-12).[17] En el mismo capítulo, Pablo menciona: “¿Y por qué nosotros peligramos a toda hora?” (1 Corintios 15:30). Y “Si como hombre batallé en Éfeso contra fieras, ¿qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos” (v. 32). (d) Según esa interpretación, “los muertos del versículo 29 son los cristianos muertos de los versículos 12 al 18 y, potencialmente, todos los cristianos vivos, de acuerdo con algunos de Corinto, no tenían esperanza más allá de la muerte (vs. 12, 19)”. Lo que se podría parafrasear de la siguiente manera: “pero si no hay resurrección, ¿qué deben hacer los mensajeros del evangelio que continuamente enfrentan la muerte en favor de personas destinadas a perecer en la muerte de cualquier manera?”[18]

Es posible que Hodge tenga razón al afirmar que la dificultad que reposa  en ese pasaje nunca pueda ser totalmente eliminada.[19] Sin embargo, algunas cosas son suficientemente claras. A la luz del contexto inmediato del pasaje, Pablo no aprobó el bautismo por los muertos, sino que simplemente lo usó como ilustración para darle fuerza a su argumento de que la resurrección es una realidad.[20]

Observando el contexto más amplio de las Escrituras, no se puede imaginar que el apóstol se refiriera a tal costumbre supersticiosa sin condenarla pues, a la luz de las Escrituras, no es posible que una persona se bautice en lugar de otra. El bautismo cristiano es una experiencia personal, insustituible, que requería y aún requiere imprescindiblemente que el candidato se arrepienta antes (Hechos 1:38). Cristo declaró: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo” (Marcos 16:16).

Felipe le dijo al eunuco: “Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: ‘Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios’. Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó” (Hechos 8:37, 38). A propósito, la mencionada práctica pagana fue universalmente condenada por las iglesias cristianas de la antigüedad como una herejía.[21]

Referencias:

[1]Texto bíblico: todos los versículos bíblicos corresponden a la versión Reina Valera 1960.

[2]Francis D. Nichol, Comentario bíblico adventista del séptimo día, 1ª ed. (Asociación Casa Editora Sudamericana. Buenos Aires). A seguir: Nichol.

[3]Ibíd.

[4]Ibíd.

[5]Ibíd.

[6]Ibíd.

[7]Significado de la palabra vicario:“en lugar de” o “sustituto”.

[8]H. Conzelmann, 1 Corinthians: A commentary on the First Epistle to the Corinthians[1 Corintios: comentario sobre la primera epístola a los corintios]. Traducción de Der erste Brief an die Korinther; Incluye índices. Hermeneia–a critical and historical commentary on the Bible (Philadelphia: Fortress Press, 1975), 275. A seguir: Conzelmann.

[9]Nichol, 6: 887.

[10]C. Hodge, 1 CorinthiansThe Crossway classic commentaries[1 corintios. Los clásicos comentarios de Crossway] (Wheaton, Ill: Crossway Books, 1995), 1 Cor.15:29. A seguir: Hodge.

[11]Conzelmann.

[12]Nichol, 6: 887.

[13]Conzelmann.

[14]Hodge.

[15]Ibíd.

[16]Ibíd.

[17]Nichol, 6: 887.

[18]Ibíd.

[19]Hodge.

[20]Biblia del diario vivir. ed. electrónica (Nashville: Editorial Caribe, 2000, c1996), 1 Corintios 15:29.

[21]Hodge.

 

Wilson Borba

Wilson Borba

Sola Escritura

Las doctrinas bíblicas explicadas de manera simpe y práctica para la vida cristiana

Bachiller en Teología, con maestría y doctorado en la misma área por el Centro Universitario Adventista de Sao Paulo (Unasp). Fue profesor y director del Seminario Adventista en Ecuador, y hoy es docente y director del Seminario Adventista Latinoamericano de Teología (SALT) de la Faculdade Adventista da Amazônia (Faama), en Brasil.