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Liderazgo e integridad

La integridad es muy importante dentro del contexto del liderazgo.


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(Foto: Shutterstock)

Desde finales de 2016 un escándalo que involucra a uno de los principales conglomerados empresariales del mundo sorprendió a la comunidad internacional. El vicepresidente del gigante surcoreano Samsung y heredero de la compañía, Lee Jae-Yong, fue preso, acusado de corrupción, soborno y desvío de fondos, en un esquema fraudulento que involucra al gobierno del país y provocó el juicio político del presidente de la república, Park Geun-Hye.

La empresa, fundada en 1938, comenzó sus actividades concentrada en la exportación de pescado, legumbres y frutas a Manchuria y Pekín. Pocos años después, adquirió molinos de harina y máquinas de confitería, que le permitieron comenzar a producir y vender sus propios productos.1 A partir de entonces, Samsung se desarrolló y se volvió una de las corporaciones más modernas del mundo, actuando en las áreas de tecnología, industria naval, ingeniería, seguros, sector hotelero y publicidad. Actualmente, sólo la unidad de tecnología, Samsung Electronics, es responsable por 20% del total de las exportaciones de Corea del Sur,2 un porcentaje importante, considerando el país como la decimotercera economía del mundo.

A pesar de su importancia económica y de su protagonismo en el mercado internacional, esta no es la primera vez que la compañía se involucra en escándalos de esa naturaleza. El padre de Lee Jae-Yong fue condenado por soborno y evasión fiscal dos veces, pero jamás fue preso por sus crímenes, porque recibió el perdón presidencial. Además, una estadística lamentable muestra que por lo menos seis de los 10 mayores conglomerados surcoreanos son liderados por ejecutivos condenados por delito de guante blanco.3

Los varios acontecimientos semejantes a estos alrededor del mundo demuestran la profunda crisis de integridad en la que vivimos. Curiosamente, una investigación hecha por Robert Half Management Resources, que involucró a mil colaboradores y 2200 directores financieros, identificó algo que parece ir a contramano de los hechos. Al responder a la pregunta “¿Cuál de estos atributos es el más importante para un líder corporativo?”, 75% de los empleados y 46% de los directores financieros dijeron que es la integridad.4

La vida cotidiana revela una realidad incómoda: la integridad es una virtud apreciada, pero constantemente poco vivida. Además, esta incoherencia es uno de los motivos por los cuales en la mentalidad posmoderna, las instituciones como el Estado, la iglesia, los medios de comunicación y otros protagonistas sociales tienen su reputación cada vez más comprometida.

Perspectiva judeocristiana

Al evaluar al ser humano bajo la perspectiva judeocristiana, la integridad se encuentra entre los elementos centrales de la moralidad. Hay un detalle interesante, que muchas veces pasa desapercibido: ella es mencionada en el primer versículo del primer libro de la Biblia en ser escrito. De acuerdo con la visión más tradicional y conservadora de la teología, Job fue el primer libro bíblico en ser redactado. Así que, observe lo que dice Job 1:1: “Hubo un hombre en la tierra de Uz llamado Job. Aquel hombre era intachable (íntegro), recto, temeroso de Dios y apartado del mal” (Job 1:1, versión Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy).

El primer hombre cuya biografía es escrita en la historia sagrada es definido, en primer lugar, como alguien íntegro. No creo que eso sea coincidencia. Creo que esta información debe servir de estímulo para que las personas busquen esta característica de modo intencional y pleno. De ese modo, es relevante que hagamos la pregunta: ¿Cómo desarrollar la integridad? Me gustaría presentar seis consejos simples, basados en principios bíblicos, para los que desean crecer en integridad y llegar a ser buenos ejemplos de que es posible andar a contramano de la crisis moral en la que vivimos.

Busque la transformación que viene de adentro: la Biblia dice que la humanidad está destituida de la gloria de Dios (Romanos 3:23), o sea, naturalmente, el impulso del corazón humano no es hacer lo que es correcto. Así que, el desarrollo de un carácter íntegro no depende solamente de la buena voluntad o del ejercicio de la conducta. Como líderes, nuestra mente debe ser renovada por el poder de Dios “para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” divina (Romanos 12:2). Recuerde que Job no era solamente íntegro, él temía a Dios. De hecho, esa era la fuente de la integridad y el verdadero diferencial de su vida, como su historia puede revelar.

Rinda cuentas de sus actos: este es el concepto detrás de la palabra inglesa accountability, muy enfatizada recientemente. Los grandes líderes son transparentes en relación con sus actitudes. Eso se puede hacer de diversas formas y depende del nivel de complejidad de cada situación. Hay ocasiones en las que es importante rendir cuentas ante todo el grupo de colaboradores. En ciertos casos es prudente hacerlo a un grupo menor. Incluso hay momentos en que se debe rendir cuentas solamente a alguien muy íntimo, de confianza. Independientemente de cualquier coyuntura, un líder íntegro debe recordar que, en última instancia, debe rendir cuentas al Señor. José ejemplificó este principio al rehusar acostarse con la esposa de Potifar: “¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?” (Génesis 39:9).

Sea coherente: el líder íntegro vive de acuerdo con lo que dice creer. Las personas identifican con mucha facilidad la incoherencia y son rápidas para restarle credibilidad a la influencia de alguien basadas en este criterio. En los tiempos de Cristo, este era uno de los graves problemas encontrados entre los fariseos, la elite religiosa de Judá. Jesús fue enfático al describirlos como “sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia” (Mateo 23:27). Por lo tanto, haga lo que enseña.

Actúe con justicia: es imposible ser íntegro y al mismo tiempo injusto. Las personas esperan que un líder sea justo en las grandes cuestiones, pero también en las pequeñas. Además, generalmente son las pequeñas “injusticias” las que dañan la reputación de un líder en lo cotidiano. La historia de las dos mujeres juzgadas por Salomón (1 Reyes 3:16-28) se volvió muy conocida porque demostró el impacto perenne que las decisiones justas tienen sobre la mentalidad de las personas.

Busque la excelencia: uno de mis proverbios favoritos en particular es: “¿Has visto a alguien diligente en su trabajo? Se codeará con reyes, y nunca será un Don Nadie” (Proverbios 22:29, NVI). Un líder no puede ser considerado íntegro si no hace bien su trabajo. Uno de los casos más notorios de excelencia en la Biblia es el del profeta Daniel. Su reputación en este sentido era tan grande que fue conducido a una posición elevada en dos imperios distintos (Babilonia y Medo-Persia), siendo ciudadano de un pueblo cautivo y sin precisar negociar sus principios. Su integridad era mucho mayor que su capacidad política, por eso, él se volvió una pieza clave en dos contextos bastante diferentes.

Tenga el valor de ser un modelo: el líder íntegro encarna sus valores y se vuelve un modelo tangible de los principios que enseña. De este modo pasa a ser un ejemplo para aquellos que están bajo su cuidado. Pablo entendía esto y no se eximió de la responsabilidad de impactar a las personas que hizo discípulos al decir “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo” (1 Corintios 11:1). No espere que su organización o área de influencia alcance alto nivel de integridad, a menos que usted sea el ejemplo principal de cómo vivir así.

A pesar del cuadro desalentador en que se encuentra la sociedad, nosotros, líderes cristianos, podemos marcar la diferencia en nuestras áreas de actuación. Parafraseando uno de los más bellos pensamientos escritos por la autora norteamericana Elena de White: “la mayor necesidad del mundo es la de líderes —líderes que no se compren ni se vendan; líderes que en lo íntimo del alma sean sinceros y honestos; líderes que no teman llamar al pecado por su nombre exacto; líderes cuya consciencia sea tan fiel al deber como la brújula lo es al polo; líderes que permanezcan firmes por lo que es recto aunque que se desplomen los cielos”.5 ¿Está usted preparado para suplir esta necesidad?


Referencias:

1 “About Samsung”, extraído de http://www.samsung.com/us/aboutsamsung/corporateprofile/history06.html

2 Choe Sang-Hun, “Samsung’s Leader Is Indicted on Bribery Charges”, extraído de https://www.nytimes.com/2017/02/28/world/asia/lee-jae-yong-samsung.html?_r=0

3 Ibíd.

4 Terri Williams, “Why Integrity Remains One of the Top Leadership Attributes”, extraído de https://execed.economist.com/blog/industry-trends/why-integrity-remains-one-top-leadership-attributes

5 Ellen G White, La educación, p. 54.

Wellington Barbosa

Wellington Barbosa

Diálogo de líder

Conceptos de liderazgo desde una perspectiva cristiana.

Graduado en Teología y administración, es especialista en Aconsejamiento familiar, maestro en Teología y doctor en Ministerio por la Universidad de Andrews (USA). Trabaja en la Casa Publicadora Brasileña (CPB), donde es el director de la revista Ministerio, dirigida a pastores y líderes de la Iglesia Adventista. @prwellington7