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Liberdad Religiosa

Los adventistas del séptimo día, la libertad religiosa y el diálogo interreligioso 

En una sociedad fragmentada y deshumanizada, el diálogo respetuoso y la cooperación entre las religiones amplían su potencial de actuación


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Dialogar y cooperar con otras denominaciones religiosas no implica el abandono de creencias y doctrinas. (Foto: Shutterstock)

¿Cuán abiertos deben ser los adventistas del séptimo día al diálogo interreligioso? Un camino para la respuesta es comprender los principios que orientan la actitud adventista con relación a la libertad religiosa. El Manual Práctico de Directores de Libertad Religiosa de la Iglesia Adventista del Séptimo Día establece ocho marcos referenciales que sirven como ejes bíblicos para la comprensión y práctica de la libertad religiosa. El quinto marco referencial aborda la relación de la IASD con otras confesiones, enfatizando la importancia de no usar la libertad religiosa como pretexto para la intolerancia, sino para promover el amor y el respeto mutuos. El texto afirma: 

“Porque vosotros, hermanos, a la libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros” (Gálatas 5:13). Las personas controladas por el Espíritu Santo no abrigan intrigas e intolerancia. Impera el fruto del amor, produciendo el respeto a las diferencias”.(1) 

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Vivimos en una época marcada por una dualidad peligrosa: la humanización creciente de las máquinas y la deshumanización de la vida cotidiana. Autores y científicos sociales estudian los efectos de dispositivos digitales, algoritmos e inteligencia artificial sobre el tejido social de las relaciones humanas. 

Uno de esos autores es el científico social americano Robert Putnam, que investiga el colapso de la vida cívica en los Estados Unidos desde la década del 60. En uno de sus libros, Bowling Alone (Jugando al bowling solo, en traducción libre), Putnam argumenta que las comunidades se están desintegrando a medida que las personas se integran cada vez menos en actividades asociativas. Él observa que el declive de la participación en grupos y organizaciones sociales, representado metafóricamente por la caída en el número de personas que participan de asociaciones de boliche, es un síntoma de una sociedad cada vez menos dispuesta a invertir en interacciones sociales significativas. Él sugiere que esa tendencia tiene implicaciones profundas para la cohesión social y la vida comunitaria.(2) 

La académica y escritora Sherry Turkle, en su obra Alone Together (Solos juntos), reflexiona sobre esto usando otra perspectiva. Ella explora cómo la tecnología está impactando nuestras vidas y relaciones. Su argumento: los medios sociales de comunicaciones y las nuevas tecnologías crearon una burbuja de ilusión de conexión, pues casi no percibimos cuán solitarios estamos. Turkle destaca la necesidad de equilibrar el uso de la tecnología con la conservación de relaciones significativas cara a cara.(3) 

¿Cómo afecta a la religión esa realidad de deshumanización? 

Muchas veces se comprende la religión solo como una expresión de la imaginación cósmica que trata cuestiones que trascienden la existencia humana. Un estudio interesante sobre eso tiene como título Quando Deus para de lutar (Cuando Dios deja de luchar), escrito por Mark Juergensmayer, especialista en estudios sobre impactos globales de la religión. Él examina la relación entre religión y conflicto, destacando cómo las creencias religiosas pueden motivar tanto la paz como la violencia. Afirma que es importante comprender las implicaciones de las creencias religiosas en un mundo donde la religión, muchas veces, se usa para justificar la guerra. 

Según el sociólogo, la falta de una comprensión sobre el papel del diálogo interreligioso en la esfera social abre brechas para el aumento de la intolerancia religiosa. Bajo esta perspectiva, se puede analizar la investigación del instituto americano Pew Research Center(4), 2020, que señala que actualmente 57 países imponen niveles "muy altos" de restricciones gubernamentales a la religión, lo que representa un aumento con relación al año 2007, cuando el mismo estudio señaló solo 40 países. Además, más de 80 naciones tienen una religión oficial o una claramente favorecida. En Brasil, en los últimos dos años, la intolerancia religiosa creció un alarmante 173%(5), y los crímenes relacionados a la religión aumentaron un 45%.(6) 

Frente a ese escenario, el diálogo interconfesional podría ser una respuesta fundamental. Sin embargo, los adventistas enfrentan la cuestión de cuán abiertos deben ser a ese diálogo, ya sea a nivel interreligioso u organizativo. El ecumenismo, que muchas veces es señalado como una barrera para la relación interconfesional, está discutido en un artículo(7) del teólogo Ángel Manuel Rodríguez, exdirector del Instituto de Investigación Bíblica, un centro de estudios de a la sede mundial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. 

Rodríguez identifica tres modelos de relaciones interreligiosas: 

1. El modelo cooperativo federal, en el que organismos religiosos conversan o trabajan juntos en intereses comunes, preservando la identidad de cada iglesia. 

2. El modelo de reconocimiento mutuo, que acepta que todas las iglesias participantes son expresiones genuinas de la única Iglesia de Cristo en su plenitud. 

3. El modelo de unidad orgánica, en el que las iglesias dejan de existir como entidades identificables, emergiendo como una única iglesia con una nueva identidad. 

Por el enfoque del teólogo adventista, el primer modelo de diálogo interreligioso es el único donde es posible encontrar respeto a la identidad religiosa de las denominaciones. La Iglesia Adventista del Séptimo Día participa de esos diálogos, sin negociación alguna de sus creencias y principios denominacionales, en esferas humanitarias de carácter global. ADRA, la agencia humanitaria adventista, coopera con organizaciones de diferentes tradiciones religiosas, desde la Visión Mundial (de origen bautista) hasta la Islamic Relief, organización humanitaria musulmana con quienes los adventistas desarrollan proyectos en Europa y en otras partes del mundo. En este punto, la libertad religiosa desempeña un papel crucial en la promoción de la cooperación religiosa en acciones humanitarias y respuestas a emergencias. 

Sin embargo, Rodríguez reconoce que existen riesgos y ventajas en las relaciones interreligiosas. Los riesgos incluyen la posibilidad de comprometer la unidad de la Iglesia, las creencias fundamentales y las estratégicas de evangelismo. Los beneficios, según él, incluyen la capacidad de compartir el mensaje, aclarar malentendidos y eliminar prejuicios. 

Las reflexiones de la escritora norteamericana Elena de White, una figura prominente en la historia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, ofrecen una orientación valiosa en relación con el diálogo interreligioso. White escribió varias veces sobre la necesidad de mantener el equilibrio y el respeto en las relaciones con católicos, judíos o personas de otras denominaciones. Ella enfatiza la importancia de evitar acusaciones duras, buscar acercarse a otras denominaciones y líderes religiosos; y mantener un espíritu de oración y cooperación.  

Vale la pena prestar atención a algunos de esos textos. Sobre las relaciones con los católicos ella escribió: 

“Al entrar en un lugar, no debemos erigir barreras innecesarias entre nosotros y las otras denominaciones, especialmente los católicos, de manera que ellos piensen que somos sus enemigos reconocidos. No debemos crear prejuicios en sus mentes en forma innecesaria, haciendo una incursión contra ellos. Hay muchas personas entre los católicos que viven de acuerdo con la luz que tienen, en un grado mucho mayor que muchos de los que pretenden creer la verdad presente” (El evangelismo, p. 109). 

Sobre las relaciones con otras denominaciones, White aconsejó: “No debe haber desviaciones del camino para atacar a otras denominaciones; porque eso crea tan solo un espíritu combativo y cierra los oídos y los corazones para la entrada de la verdad” (El evangelismo, p. 418). Ella también sugirió que haya relaciones respetuosas con otros líderes religiosos, donde debe prevalecer la oración por esos líderes: “Nuestros ministros deben procurar acercarse a los ministros de otras denominaciones. Oren por estos hombres y con ellos, pues Cristo intercede por ellos” (El evangelismo, p. 409). 

Para el diálogo interreligioso o cualquier tipo de relación social, Elena de White invita a los adventistas a seguir el ejemplo de Jesucristo. Ella reflexionó sobre eso en un texto inspirador: “En todo siglo, desde que Cristo vivió entre los hombres, hubo algunos que prefirieron separarse de los demás, manifestando un farisaico deseo de preeminencia. Separándose del mundo, no vivieron para beneficiar a sus semejantes. No hay, en la vida de Cristo, ejemplo de este fanatismo de justicia propia; su carácter era amable y bondadoso” (Obreros evangélicos, p. 349-350). 

¿Entonces cómo podrían dialogar los adventistas del séptimo día con otras denominaciones? 

El punto aquí sería la defensa y promoción de la libertad religiosa para todas las confesiones y creencias, incluso para los que no creen; buscar la promoción de la paz y la libertad para continuar compartiendo creencias propias, sin interferencia del Estado; y mantener la atención plena sobre la Biblia y sus enseñanzas, que son el fundamento de las creencias y el estilo de vida de los adventistas. En Gálatas 6:9, por ejemplo, encontramos el incentivo bíblico de no cansarnos de hacer el bien, aun en un mundo marcado por la deshumanización. En la misma carta, en Gálatas 5:13, se nos recuerda no usar nuestra libertad para fines malignos, sino para servir los unos a los otros con amor.  

Frente a un mundo que favorece la deshumanización y las restricciones a la libertad religiosa, el diálogo interreligioso es una herramienta vital para promover la comprensión y la armonía entre diferentes tradiciones religiosas, y no implica el abandono de creencias o doctrinas. Los enfoques cooperativos e inclusivos son esenciales para superar los desafíos de la división y aprovechar las ventajas de la cooperación en acciones humanitarias. Siguiendo los principios del diálogo y la cooperación, la religión puede desempeñar un papel unificador en un mundo cada vez más fragmentado. Así, se construyen puentes para que más personas conozcan la vida y las enseñanzas de Jesucristo.  


Referencias:

(1) CARNASSALE, Helio; SANTANA, Heron. Manual Prático Para Directores de Libertad Religiosa de la Iglesia Local. División Sudamericana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, 2022. 

(2) PUTNAM, Robert D. Bowling Alone: The Collapse and Revival of American Community. Simon and Schuster, 2000. 

(3) TURKLE, Sherry. Alone Together: Why we expect more from technology and less from each other. Perseus Books, 2012. 

(4) https://www.pewresearch.org/topic/religion/ 

(5) JUERGENSMEYER, Mark. When God Stops Fighting: How Religious Violence Ends. University of California Press, 2022. 

(6) En apenas tres años la intolerancia religiosa crece 173% en Brasil. El Tiempo, 2021. Disponible en: < https://www.otempo.com.br/cidades/em-apenas-tres-anos-intolerancia-religiosa-cresce-173-no-brasil-1.2820370> Visto el: 3 de noviembre de 2023. 

(7) En los últimos dos años los crímenes debido a la religión aumentaron el 45% en Brasil. Jornal Hoje, 2023. Disponible en: <https://g1.globo.com/jornal-hoje/noticia/2023/01/18/nos-ultimos-dois-anos-crimes-em-razao-da-religiao-aumentaram-45percent-no-brasil.ghtml> Visto el: 3 de noviembre de 2023. 

(8) RODRIGUEZ. Ángel Manuel. Adventists and Ecumenical Conversation. Adventist Biblical Research, 2003. Disponible en: <https://www.adventistbiblicalresearch.org/materials/adventists-and- on/>. Visto el: 3 de noviembre de 2023. 

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Una comprensión adventista sobre el derecho a la libertad de religión y creencia

Helio Carnassale es teólogo, magíster en Ciencia de las Religiones, y fue director del departamento de Libertad Religiosa de la sede sudamericana adventista. Heron Santana es periodista y director del departamento de Comunicación y Libertad Religiosa de la Iglesia Adventista para los estados de Bahía y Sergipe, en Brasil.