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Era una vez... La historia original

¿Cuánto conoce de ella?


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No sé si usted notó una nueva tendencia entre las películas que se están produciendo para el público infantil y  adolescentes. Historias que conquistaron una generación ahora se están volviendo a contar, pero con un matiz diferente, explorando el “antes”. Frases como: “Esta es una vieja historia, contada de una manera nueva…” “Toda leyenda tiene un inicio…” “La historia no contada…” “Sepa cómo comenzó todo…”, se están haciendo bastante comunes en las propagandas y adelantos de los estrenos.

En un aspecto, los productores de esas películas tienen razón. Realmente hay una historia original por detrás de las otras. Hay un “antes”. Sin embargo la pregunta que hay que hacer es: ¿Cuánto conocen las personas de esa historia?

Voy a ser más objetiva: ¿Cuánto de ella conoce usted? ¿Qué le parece si hacemos una prueba? Aquí está una sinopsis de ella*.

Todo era perfecto en el Cielo. Había orden y todos vivían felices. Los ángeles amaban a su Creador. Como seres libres, servir a Dios era su mayor alegría.

Cristo, el Hijo de Dios, también era muy amado por los ángeles. Hasta había un nombre por el cual se identificaba con los ángeles: Arcángel Miguel. La Biblia nos dice que ese es uno de los nombres de Jesús (Apoc. 12:9). Él era el Comandante del Cielo.

Todo estaba en perfecta armonía. Hasta que un día sucedió algo que cambió ese estado de felicidad. Hubo alguien que usó de manera equivocada la libertad que Dios concedió a sus criaturas. Lucifer, aquel que después de Cristo era el más honrado entre los habitantes del Cielo, comenzó a desear el poder que le pertenecía por derecho al Hijo de Dios.

Cuando Dios, el Rey del Universo, convocó los ejércitos celestiales para reafirmar la verdadera posición de Cristo como su Hijo, y anunció que pronto Jesús ejercería su poder divino en la creación de un nuevo planeta y sus habitantes, la envidia se apoderó por completo del corazón de Lucifer.

“¿Por qué Jesús debía tener la supremacía? ¿No era él, Lucifer, el más honrado entre los ángeles? Tenía que hacer alguna cosa. Solapadamente al principio, comenzó a esparcir semillas de duda con relación a las leyes que gobernaban los seres celestiales, les sugería a los ángeles que no necesitaban de esas leyes, pues tenían suficiente inteligencia para saber qué hacer. Sus pensamientos ya eran santos; no había para ellos mayor posibilidad de equivocarse que para Dios mismo. Muchos no se dieron cuenta de las intenciones de Lucifer. Al final, como querubín protector, él era el guardián de la ley de Dios (ver Eze. 28:14).

Lucifer fue todavía un poco más lejos y declaró que si él fuera elegido como líder ofrecería la libertad a todos. ¿Pero qué libertad? Ellos ya eran libres. Infelizmente, muchos ángeles estaban ciegos a los engaños de Lucifer. Fueron convencidos de que él estaba luchando para promover la armonía y la paz, y que Jesús no debía ser exaltado.

Mientras tanto, Dios, quien conocía todo lo que Lucifer hacía, fue paciente con él. Le dio oportunidad para que se arrepintiera y volviera atrás. Lucifer casi llegó a la decisión de volver, pero el orgullo se lo impidió. Él no quiso retroceder. Consideró un sacrificio demasiado grande para alguien que había sido tan altamente honrado confesar que había cometido un error.

Lucifer insinuó que la paciencia, la misericordia y la bondad de Dios para con él eran señales de debilidad. Y decidió rebelarse abiertamente contra el gobierno de Dios. Así, Lucifer, el “portador de luz”, llegó a ser Satanás, “el adversario” de Dios y de los seres santos. Él convenció a la tercera parte de los ángeles a aceptarlo como jefe. En poco tiempo, el descontento y la desconfianza contaminaron el ambiente del cielo.

Las cosas no podían continuar así. Entonces hubo una terrible guerra en el Cielo. Miguel y sus ángeles lucharon contra Lucifer y los ángeles que quedaron de su lado. Por fin, estos fueron expulsados del Cielo (Apoc. 12:7-9).

Muchos se preguntan por qué Dios no destruyó a Lucifer antes que las cosas tomaran esa proporción. La respuesta está en el hecho de que el gobierno de Dios incluía, no solo a los habitantes del Cielo, sino a todos los mundos que él había creado. Si Dios hubiera destruido a Lucifer, hubiera quedado una duda en cuanto al verdadero carácter de Dios y también en cuanto a las intenciones reales del enemigo. Por eso, Dios permitió que Lucifer continuara con sus propósitos. Sus obras deberían condenarlo.

Cuando Adán y Eva pecaron, el enemigo creyó que había vencido. Sin embargo, el primer día de pecado en la Tierra marcó definitivamente el comienzo de la derrota de Satanás. Inmediatamente se colocó un plan en acción. Los seres humanos tendrían la oportunidad de ser rescatados y el carácter de Dios sería reivindicado para siempre por medio de Jesús. “Él viviría como un ser humano, para probar que es posible guardar la ley de Dios, que es justa y perfecta, y moriría como Redentor de la humanidad. Su resurrección uniría nuevamente la Tierra con el Cielo (1Tim. 2:5, 6). Habría una chance de que el ser humano volviera a vivir como Dios siempre lo planeó. La posibilidad de un final feliz se hizo una realidad, y no solo se da en la conclusión de historias inventadas.

 Final feliz

A través del tiempo, muchas personas formaron parte de esta historia, que no es ficticia, es real. Y ahora usted es uno de los personajes de ella. Cada día, sin que usted tenga conciencia, se está librando una batalla entre dos partes. De un lado está aquel que tanto amó que no midió esfuerzos para salvar a la humanidad (Juan 3:16). Del otro, está alguien que odia y que solo desea la destrucción del ser humano para afligir el corazón de quien lo creó.

Como sabe que tiene poco tiempo (Apoc. 12:12), el enemigo inventó un “antes” diferente para esta historia, con la intención de confundir a las personas y hacerles creer que los papeles están invertidos.

Cuando usted vea frases del tipo: “A veces las tinieblas vienen de lugares inesperados…”, “Esta no es la historia que usted ya conoce, porque a veces los amigos comienzan como enemigos, y los enemigos comienzan como amigos”, Esté atento. Deje de lado el adelanto alternativo y prefiera la historia original, escrita y dirigida por el verdadero Autor de la historia. Él garantiza que el final será realmente feliz. Pero recuerde: necesita conocer toda la historia. Muchas veces las mejores sorpresas se encuentran en las últimas páginas.

* Texto basado en los capítulos 1 al 4 del libro Os Escolhidos [Los escogidos]

 

Neila Oliveira

Neila Oliveira

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Licenciada y posgraduada en Letras, trabaja en la redacción de la Casa Publicadora Brasileira (CPB) hace más de 30 años. Es autora de libros infanto-juveniles y coordinadora editorial de la Lección de la Escuela Sabática de los adolescentes en portugués.