La fe y la religión promueven la salud mental y protegen de los vicios
Ciencia reconoce que la espiritualidad promueve calidad de vida emocional. Lea más en este artículo.
“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6). Ese es un texto bíblico bien conocido, pero que acaba de ser una vez más comprobado por los hechos. Una investigación reciente desarrollada por diferentes centros de estudios en los Estados Unidos constató lo que ya parecía obvio: participar de actividades religiosas desde la infancia es uno de los hábitos más eficaces para evitar el uso de drogas o abuso de alcohol en la adolescencia y juventud. La investigación fue liderada por la doctora Michelle Porche y fue publicada en un congreso académico sobre superación de vicios, en la Universidad de Chester, en Gran Bretaña. Los investigadores llegaron a la conclusión de que una infancia religiosa contribuye para que el futuro joven no tenga comportamientos de riesgo y añadieron que “la religiosidad puede ser especialmente protectora durante el período de transición de la adolescencia a la fase adulta”.
Otra investigación, que cuenta con el aval de la Asociación Mundial de Psiquiatría, enfatiza la importancia de incluir la espiritualidad en la enseñanza, investigación y práctica clínica de la psiquiatría. El índice de búsqueda de estudios científicos PubMed, del gobierno norteamericano, lista más de mil estudios sobre el tema, y la mayoría concluyó que hay correlación entre la espiritualidad y el bienestar.
Tres revisiones científicas realizadas sobre el tema indican que, después de controlar variables como el estado de salud de la persona, la asistencia a servicios religiosos estaba asociada a un aumento promedio de 37% en la probabilidad de sobrevida en dolencias como el cáncer. El desafío es entender exactamente como acontece eso.
Al mismo tiempo, las creencias religiosas también pueden actuar de modo negativo, cuando enfatizan la culpa y la aceptación acrítica de ideas o transfieren responsabilidades.
El hecho es que, por muchos años, psicólogos y psiquiatras evitaron la religión y la espiritualidad en la práctica clínica. Entre las razones estaría la antipatía por la religión que siempre hubo entre los íconos de la psicología, como Sigmund Freud. Por cierto, qué estrago ciertos íconos pueden hacer y han hecho, perpetuando sus creencias y descreencias por medio de sus seguidores.
La verdadera religión tiene que ver con la “reconexión” con Dios y una vida armoniosa en cuatro áreas básicas: espiritual, mental, física y social. La base de la religión de Cristo es el amor a Dios y al prójimo, lo que resume/sintetiza los Diez Mandamientos. Cuando vivimos la verdadera religión bíblica, con su foco en la gracia, en el perdón y en la obediencia nacida del amor, la salud mental y física es una consecuencia natural. Los científicos todavía no saben exactamente por qué la religión trae salud. Simple: porque fuimos creados para creer. Negar esta dimensión humana es invitar a la enfermedad.
Fuentes:
Sempre Família < http://www.semprefamilia.com.br/estudo-comprova-que-pratica-religiosa-na-infancia-afasta-jovens-do-alcoolismo-e-drogas/>
Folha de S. Paulo < http://m.folha.uol.com.br/equilibrioesaude/2015/11/1710147-religiao-e-benefica-para-tratamento-psiquiatrico-diz-associacao.shtml?mobile>