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Salud

La ciencia confirma principios de salud adventistas

Principios de salud presentados hace bastante tiempo por los adventistas del séptimo día continúan siendo confirmados por la ciencia.


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En una misma semana tres noticias confirmaron lo que la Iglesia Adventista enseña desde hace un siglo y medio, basada en la Biblia y en los escritos de su cofundadora Elena de White. El consumo de carne roja y carnes procesadas fue clasificado como potencialmente cancerígeno para los seres humanos por la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC), organismo relacionado a la Organización Mundial de la Salud (OMS). En un documento oficial, publicado el 26 de octubre, la Agencia declaró que la afirmación se basa en más de 800 estudios realizados en los últimos 20 años. De acuerdo con el IARC, las carnes procesadas, como salchichas, hamburguesas, carne ahumada y jamón, son clasificadas como cancerígenas (responsables por el inicio del cáncer) a la par del tabaco y del humo de diésel. El cáncer colon rectal es el resultado principal asociado al consumo excesivo de esos alimentos, seguido de los cánceres de páncreas y próstata. Comer 50 gramos de carne procesada por día puede aumentar en casi 20% el riesgo de desarrollar cáncer.

En relación a ese asunto, y haciendo eco de los textos bíblicos como Levítico 11 y Deuteronomio 14, y ampliando el motivo para evitar la carne porcina, Elena de White escribió: “En los tejidos del cerdo hormiguean los parásitos. Del cerdo dijo Dios: “Os será inmundo. De la carne de éstos no comeréis, ni tocaréis sus cuerpos muertos” (Deuteronomio 14:8). Este mandato fue dado porque la carne del cerdo es impropia para servir de alimento. […] Nunca, en circunstancia alguna, debería ser consumida su carne por los seres humanos” (El ministerio de curación, p. 243).

“El cerdo, aunque constituye uno de los artículos más comunes del régimen alimenticio, es uno de los más perjudiciales. Dios no prohibió que los hebreos comiesen carne de cerdo únicamente para mostrar su autoridad, sino porque no era un alimento adecuado para el hombre. […] La carne de cerdo, por encima de todas las demás carnes, pone la sangre en mal estado. Los que consumen carne de cerdo en abundancia no pueden evitar estar enfermos” (Consejos sobre el régimen alimenticio, p. 469).

En verdad, la orientación de la Iglesia Adventista siempre fue en la dirección del vegetarianismo, que debería ser adoptado con responsabilidad, equilibrio y conocimiento de causa. En el libro de Génesis (1:29), encontramos la prescripción divina para la alimentación ideal: frutas y semillas. Después del diluvio, debido a la escases de alimentos, Dios permitió, por una situación de emergencia, el consumo de la carne de algunos tipos de animales, clasificados por él como “limpios”, o sea, propios para el consumo humano. Pero, en lo posible, el ideal es que volvamos a la dieta original indicada por el Creador. Vea el por qué en estas otras citas de Elena de White:

“La carne no fue nunca el mejor alimento; pero su uso es hoy día doblemente inconveniente, ya que el número de los casos de enfermedad aumenta cada vez más entre los animales. Los que comen carne y sus derivados no saben lo que ingieren. Muchas veces si hubieran visto los animales vivos y conocieran la calidad de su carne, la rechazarían con repugnancia. Continuamente sucede que la gente coma carne llena de gérmenes de tuberculosis y cáncer. Así se propagan estas enfermedades y otras también graves” (El ministerio de curación, p. 241).

“El peligro de contraer una enfermedad aumenta diez veces al comer carne” (Testimonios para la iglesia, t. 2, p. 58).

“Por la luz que Dios me ha dado sé que la prevalencia de cáncer y tumores se debe mayormente a un sistema de vida vulgar a base de carne” (Consejos sobre el régimen alimenticio, p. 463).

Queso y azúcar

Otra noticia que confirma las orientaciones divinas tiene  que ver con el uso del queso. Una investigación realizada con estudiantes de una universidad norteamericana para determinar si existen alimentos que causan dependencia concluyó que, de hecho, existen algunos más adictivos que otros. La pizza quedó en primer lugar y el responsable es el queso. El estudio publicado en el U.S. National Library of Medicine, concluyó que algunos alimentos son más adictivos debido a la forma como son procesados, cuanto mayor el tenor graso y más procesado, mayor es la posibilidad de llegar a ser adictivo.

El queso crea dependencia debido a un ingrediente llamado caseína, proteína presente en todos los productos lácteos. Durante la digestión, la caseína libera una sustancia que provoca efecto semejante a los opiáceos, porque estimula los receptores de dopamina, hormona responsable de la sensación de placer (fuente).

Elena de White también escribió sobre eso: Si se hace uso de leche, debe ser bien esterilizada, pues con esta precaución hay menos peligro de enfermedad. La mantequilla es menos nociva cuando se la come con pan asentado que cuando se la emplea para cocinar, pero por regla general es mejor abstenerse de ella. El queso merece aún más objeciones; es absolutamente impropio como alimento” (El ministerio de curación, p. 232).

Los traductores de Alemania querían saber si el queso mencionado por Elena incluía cualquier tipo de queso. La pregunta llegó a las manos del pastor William White, que la respondió así: “En respuesta a su carta del 7 de marzo, le digo que he estudiado fielmente las preguntas que usted me hizo. Mi madre leyó su carta y, de acuerdo con sus instrucciones, le sugiero lo siguiente para el libro El ministerio de curación (edición en alemán), en la página 232, segundo párrafo, últimas dos líneas: ‘El queso fuerte merece aún más objeciones’”.

Una vez más, el texto escrito hace 150 años por alguien que no poseía estudios formales en medicina ni nutrición está plenamente de acuerdo con investigaciones hechas en nuestro siglo.

Y finalmente, la noticia publicada en el diario O Globo reveló que “suprimir el azúcar puede mejorar la salud en nueve días” (confirme). En verdad, no es novedad que el azúcar es perjudicial para la salud. En un reportaje especial publicado en su edición del 30 de agosto de 2006, la revista Veja informó lo siguiente: “El problema del azúcar es que este es 100% calorías, no tiene valor nutricional. Cuando se lo consume regularmente en gran cantidad o puro, desencadena una serie de reacciones bioquímicas que pueden llevar a la obesidad, y ésta a la hipertensión, a la diabetes y hasta a algunos tipos de cáncer”.

Sobre el “veneno blanco”, Elena de White escribió: “Con frecuencia me siento a las mesas de los hermanos y veo que usan grandes cantidades de leche y azúcar. Estas recargan el organismo, irritan los órganos digestivos y afectan el cerebro. […] Y por la luz que me ha sido dada, sé que el azúcar, cuando se usa copiosamente, es más perjudicial que la carne” (Consejos sobre el régimen alimenticio, p. 390).

Vale la pena seguir las instrucciones de Dios y no debería ser necesario esperar que los científicos dijeran lo mismo para entonces comenzar a creer... Las piedras están clamando. ¿Prestaremos atención?

 

Michelson Borges

Michelson Borges

Ciencia y Religión

Los principales descubrimientos de la ciencia en el mundo, observadas de acuerdo al punto de vista bíblico

El periodista, es editor en la Casa Publicadora Brasileña (CPB) y autor de varios libros, como La Historia de la Vida y Por qué Creo. Tiene posgrado en Biología Molecular y es maestro en Teología, es miembro de la Sociedad Creacionista Brasileña y ha participado en seminarios en diversos lugares de Brasil y del exterior. Mantiene el blog criacionismo.com.br @criacionismo