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Hace 150 años nacía el pionero del creacionismo moderno

Autodidacta, George McCready Price influenció generaciones de investigadores y laicos.


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Descrito como cordial, afable y amigable, al escribir, Price empuñaba su pluma de forma determinada (Foto: Shutterstock/ Archivos de la Asociación General de la Iglesia Adventista).

En el libro The Creationists [los creacionistas], el académico Ronald Numbers afirma que el creacionismo se extendió rápidamente durante el siglo XX, desde su humilde comienzo “en los escritos de Elena de White”. Mark Noll también subraya que el creacionismo moderno emergió de los esfuerzos de los adventistas del séptimo día. Otro estudioso que reconoce este “ADN creacionista” adventista en el físico Eduardo R. da Cruz, organizador del libro Teologia e Ciências Naturais [Teología y Ciencias Naturales] (Paulinas). En la página 239, se dice que “el creacionismo no consiste en la supervivencia de una cosmovisión pre-científica; al contrario, se trata de un fenómeno moderno, ligado primariamente a los adventistas”.

Pero si hay un nombre que puede ser considerado el pionero del creacionismo moderno es el canadiense George McCready Price (1870-1963), justamente por haber profundizado en áreas como la biología y la geología, relacionando sus investigaciones y descubrimientos a la cosmovisión bíblica.

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Él publicó 25 libros entre 1902 y 1955, siendo su obra más aclamada The New Geology [La nueva geología], de 1923, con 726 páginas. Para George Marsden, historiador y profesor emérito de la Universidad de Notre Dame, en los Estados Unidos, Price es el “principal precursor” del enfoque de una tierra joven y de un diluvio universal. Henry Morris, conocido autor creacionista bautista, en su libro História do Criacionismo Moderno [historia del creacionismo moderno], reconoce que “el escritor creacionista más importante de la primera mitad del siglo […] fue un notable hombre […] llamado George McCready Price. […] Su vasto conocimiento científico y bíblico, su lógica cuidadosa y su bello estilo de escritor me causaron profunda impresión cuando comencé a estudiar este interesante tema, al inicio de la década de 1940”.

Price también escribió innumerables artículos para revistas cristianas ampliamente leídas, como Sunday School Times, Moody Monthly y Princeton Theology Review, además de que algunos de ellos se publicaran en periódicos de divulgación científica, como Panamerica Geologist y Scientific American, lo que ciertamente constituía una proeza para cualquier escritor creacionista.

En busca de la verdad

Casi enteramente autodidacta, Price cursó la licenciatura en la Facultad de Loma Linda, en los Estados Unidos, en 1912, aunque ya había cursado en esa facultad disciplinas como latín, griego, química y física. En el transcurso de su carrera, enseñó varias disciplinas en diversas escuelas adventistas. Pero, rápidamente, la geología se volvió su principal área de actuación, pues se dio cuenta de que se trataba de un tema fundamental para refutar el modelo evolucionista y restaurar la fe en la Biblia.

“Ciertamente, él estaba por lejos mejor educado, en el verdadero sentido de la palabra, que el 90% de los PhDs y ThDs manipulados por la metodología rutinaria de las instituciones escolares”, escribió Henry Morris. Aun así, fue continuamente ridiculizado por sus críticos por el hecho de que (como Darwin) no tenía una formación específica en su principal área de estudios.

Muchos de sus alumnos continuaron contribuyendo con la causa creacionista. Entre ellos están Harold Clark, Ernest Booth, Clifford Burdick, Frank Lewis Marsh y otros. Marsh (1899-1992) obtuvo su PhD en Biología en la Universidad de Nebraska (primer adventista con doctorado en esa área), y enseñó en diversas escuelas adventistas, escribió una serie de excelentes libros creacionistas y fue el primer director del Geoscience Research Institute, institución de investigación y enseñanza ubicada en el campus de la Universidad de Loma Linda y vinculada a la sede mundial de la Iglesia Adventista.

Según la Enciclopedia Adventista, “en 1891, cuando George [Price] tenía 21 años, se matriculó en el Battle Creek College (hoy la Universidad de Andrews) en Michigan. Se ofrecían los cursos de estudio ‘clásico’ y ‘científico’. Él eligió el curso clásico porque quería ser escritor. El Battle Creek College, fundado en 1874, estaba situado en el epicentro del adventismo”.

Debido a dificultades financieras, tuvo que volver a Canadá y concluir sus estudios en la Escuela Normal Provincial de New Brunswick (hoy Universidad de New Brunswick). En el curso de entrenamiento de profesores, Price estudió áreas como la mineralogía. “En 1897, comenzó la carrera de instructor en una pequeña escuela rural y, algunos años después, se convirtió en director de una escuela pública en el pueblito de pesca y agricultura de habla francesa de Tracadie, New Brunswick”.

Aún en su juventud, leyó innumerables libros de geología y se suscribió a la revista científica británica Nature. “Desde la infancia, Price creía en un diluvio mundial y en una creación reciente,” dice la Enciclopedia Adventista, y los puntos de vista conflictivos encontrados en los libros evolucionistas y en otras literaturas “lo dejaron profundamente confundido y perturbado. Sin embargo, él encontró una solución en el libro Patriarcas y profetas, de Elena de White. ‘Comencé a ver mi camino a través del problema y a ver cómo los hechos reales de las rocas y fósiles, despojados de meras teorías, refutan espléndidamente esta teoría evolucionista del orden invariable de los fósiles, que es la propia columna vertebral de la doctrina de la evolución’”, escribió Price.

 Una vida dedicada a la enseñanza

“En 1907, el consejo de la facultad de Loma Linda le solicitó a Price que asumiera la enseñanza de latín, griego y química para estudiantes de enfermería. […] Además de la enseñanza regular, Price servía como tutor para nuevos alumnos de medicina con deficiencias académicas. Roy M. Baker, uno de los alumnos de Price, recordó que el profesor ‘era conocido entre nosotros como el hombre que se tragó el diccionario y se acordaba de todo’”.

“En 1920, Pacific Union College (PUC, por sus siglas en inglés), en Angwin, California, le ofreció a Price el cargo de profesor, el cual ocupó por los siguientes cuatro años. PUC le concedió el título de Licenciado en Filosofía y Letras, en homenaje a su trabajo creacionista. […] En 1924, Price asumió un cargo en el Stanborough Missionary College, en los alrededores de Londres. [Así, él tuvo la oportunidad de] familiarizarse con la geología de Gran Bretaña y del continente europeo. Durante sus cuatro años en Stanborough, Price pudo viajar a Alemania, España, Escandinavia y otros países, en los que visitó museos, examinó la geología y dio charlas en universidades y para grupos de ministros”.

George McCready Price murió el 24 de enero de 1963, a los 92 años y dejó un gran legado literario que inspira a generaciones sucesivas de investigadores creacionistas dentro y fuera del universo adventista. En 1973, la Universidad de Andrews homenajeó al pionero y exprofesor al darle su nombre al nuevo edificio de biología.

Michelson Borges

Michelson Borges

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El periodista, es editor en la Casa Publicadora Brasileña (CPB) y autor de varios libros, como La Historia de la Vida y Por qué Creo. Tiene posgrado en Biología Molecular y es maestro en Teología, es miembro de la Sociedad Creacionista Brasileña y ha participado en seminarios en diversos lugares de Brasil y del exterior. Mantiene el blog criacionismo.com.br @criacionismo