Cuando los arqueólogos desentierran una bendición
Existen textos bíblicos que marcan nuestra experiencia cristiana. Tengo varios de ellos guardados en mi corazón y los recuerdo en momentos específicos. Es el caso de Números 6:24-26. Tú también debes sentir algo especial por este texto. Por muchos añ...
Existen textos bíblicos que marcan nuestra experiencia cristiana. Tengo varios de ellos guardados en mi corazón y los recuerdo en momentos específicos. Es el caso de Números 6:24-26. Tú también debes sentir algo especial por este texto. Por muchos años ese ha sido el cierre del programa “La voz de la Profecía”, que actualmente es presentado por el Pr. Ivan Saraiva. “Jehová te bendiga, y te guarde”, comienza el texto. “Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz”. Es inspirador, ¿no crees? Permíteme compartir contigo un descubrimiento arqueológico fascinante relacionado con estos versículos. En 1979, un equipo de excavación estaba trabajando en Ketef Hinnon, una región de Jerusalén. Los trabajos estaban siendo dirigidos por Gabriel Barkay, uno de los principales arqueólogos de la actualidad, y profesor de la Universidad de Bar-Ilan, cerca de Tel-Aviv. Entre los innumerables artefactos encontrados durante las excavaciones, dos de ellos causaron una revolución en el mundo de la arqueología bíblica. Se trata de dos amuletos pequeños de plata, con algunas inscripciones. Los artefactos estaban envueltos cuando fueron descubiertos. Después de un trabajo cuidadoso para desenvolverlos, Barkay pudo identificar uno de los nombres sagrados de Dios, Yhwh, en tres lugares diferentes. También pudo identificar la palabra hebrea hesed (misericordia), shalom (paz), entre otras. La traducción que Barakay hizo del primer amuleto fue la siguiente (las palabras entre corchetes [ ] son lecturas posibles de porciones que estaban dañadas):
YHWH... el grand[e... Aquel que guarda] la alianza y benevolencia hacia quienes [lo] aman y guardan [sus mandamientos] el Eterno? [...] [a?] bendición más que de cualquier [tram]pa y más que el mal. Porque la redención está en él. Porque YHWH es nuestro restaurador [y] roca. Que YHWH te bendig[a] y te guarde. [Que] YHWH haga resplandecer [su rostro]..."
Mire ahora el texto del segundo amuleto:
[Para ? (el hijo/hija) de xxxx]; Que YHWH lo bendiga, al guerrero [o: ayudador] y reprendedor del mal; que YHWH te bendiga, te guarde. Que YHWH haga resplandecer su rostro sobre ti y te dé p[a]z"1
Estos dos objetos pequeños de plata encontrados en Ketef Hinnon contienen la bendición sacerdotal de Números 6. Es más, se trata del texto bíblico más antiguo encontrado en restos arqueológicos. Los mejores epigrafistas, (personas que estudian de las inscripciones antiguas), fecharon estos artefactos entre los siglos 7mo y 6to a.C., ¡cuatrocientos años antes de los famosos manuscritos del Mar Muerto! Para algunos críticos de las Escrituras, en esa época el texto bíblico ni siquiera existía. ¿Cómo, entonces, se puede explicar una parte del libro de Números usada como amuleto por algún habitante de Jerusalén a mediados del siglo 7mo a.C.?
Este fue uno de los principales hallazgos de la arqueología en el siglo pasado. Así también, este puede ser un descubrimiento diario en la vida de aquellos que buscan el rostro del Señor. Las bendiciones de Dios no están enterradas u olvidadas en algún lugar del Medio Oriente. La presencia del Soberano Dios en todas nuestras actividades es una de las pocas certezas que podemos tener (cf. Salmo 139). Mientras que algunos aprovechan la compañía agradable, otros prefieren ignorarla. Que tú y yo podamos sentir hoy la paz que el Señor nos quiere dar.
1 G. Barkay, A. G. Vaughn, J. Lundberg, B. Zuckerman, “The Amulets from Ketef Hinnom: A New Edition and Evaluation”, Bulletin of the American Schools of Oriental Research 334 (2004), p. 61, 68.