Evolucionistas admiten que la vida no podría surgir en la Tierra
Ahora, los científicos defienden otra hipótesis para intentar explicar el inicio de la vida.
Todo el mundo sabe o debería saber que la información compleja no surge de la nada. Siempre se necesita una fuente, un informante. Imaginar que un libro pudiese surgir de una explosión en una imprenta ya sería mucha ayuda para la evolución ciega, pues allí habría papel y tinta debidamente disponible. Los matemáticos también saben que ni tres o cuatro mil millones de años serían tiempo suficiente para que la vida surgiera de la nada y llegara al nivel de complejidad que observamos hoy, y que en realidad puede observarse desde siempre en la columna geológica.
Resumiendo: la vida ya comienza compleja, repleta de información y lista para funcionar y multiplicarse. ¿Cómo explicar eso desde el punto de vista evolucionista, ya que la selección natural necesita de algo que ya existe para ser seleccionado? ¿Cómo resolver el enigma? La forma es apelar a las estrellas. Literalmente.
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La hipótesis de que la vida habría venido del espacio y caído aquí en la Tierra es conocida como Panpermia Cósmica. A decir verdad, se trata de la admisión velada de que realmente sería imposible que la vida surgiera aquí. ¿Y cómo surgió la vida en el espacio sideral? No tenemos forma de saberlo. Está fuera de nuestro alcance. Lo sé… Convincente, ¿no?
Aunque parezca un argumento sacado de la ficción, recientemente un artículo científico publicado en la revista Progress in Biophysics and Molecular Biology [Progreso en biofísica y biología molecular] resucitó la idea en una clara y nueva admisión de que, por más que las investigaciones en bioquímica y biología molecular hayan avanzado, la explicación para el origen de la vida está lejos de ser encontrada.
Viaje espacial
El artículo titulado “Cause of Cambrian Explosion – Terrestrial or Cosmic?” [Causa de la exlosión Cámbrica – ¿Terrestre o cósmica?] trae una impresionante lista de más de treinta autores de instituciones renombradas alrededor del mundo. Los propios editores de la publicación son altamente confiables, incluyendo a Denis Noble, de la Universidad de Oxford. El resumen del artículo dice: “La vida puede haber sido sembrada aquí en la Tierra por cometas que transportan vida y que las condiciones de la Tierra permitirían que ella floreciese (alrededor o cerca de 4.100 millones de años atrás)”.
Otro texto propone, por ejemplo, que “los huevos criopreservados de calamar y / o pulpo llegaron en meteoritos hace cientos de millones de años”, y que eso ayudaría a explicar “el rápido surgimiento del pulpo cerca de 270 millones de años atrás”. Eso mismo: según ellos, ¡los pulpos y calamares serían alienígenas que vienen del espacio!
Al tratar del origen de la vida, el artículo afirma que un “milagro” sería necesario para que eso ocurriese en la Tierra: “la transformación de un montón de monómeros biológicos apropiadamente seleccionados (por ejemplo, aminoácidos, nucleótidos) en una célula viva primitiva capaz de evoluciones adicionales parece requerir la superación de una barrera de información de proporciones superastronómicas, un evento que no podría haber ocurrido dentro de la línea de tiempo de la Tierra, excepto, creemos, por un milagro. Todos los experimentos de laboratorio que intentaron simular tal evento hasta ahora llevaron a fracasos deprimentes. Parece entonces razonable ir al mayor ‘lugar’ disponible con relación al espacio y tiempo”.
O sea, porque la vida no podría haber surgido por sí sola aquí, como los evolucionistas han insistido por años, la manera es empujar el problema hacia afuera. La vida surgió en algún lugar del universo, dicen ellos, y no tenemos como saber de qué forma. Cuando esta llegó aquí a bordo de un cometa ya era lo bastante compleja para metabolizar lo que había en la Tierra y replicarse, dando origen a toda la biodiversidad existente en nuestro planeta. Pero ¿y el aumento de complejidad que requeriría aún más información genética? De nuevo la manera es apelar al "padre espacio sideral".
Vea lo que dice el artículo: “Debemos entonces plausiblemente considerar los virus dentro de los sistemas naturales más ricos en información del universo conocido. […] Ellos son […] vectores genéticos del tamaño de nano partículas que contienen toda la información esencial para asumir y liderar la fisiología de cualquier célula-blanco con la cual ellos entran en contacto. […] los virus son entonces un tipo de módulo comprimido en contacto con la totalidad de la habilidad de la célula de crecer, y dividirse para reproducir las células y de esa forma, evolucionar”.
¿Evolución extraterreste?
Entonces fue así: primero llegó aquí una bacteria espacial que pasó a vivir feliz de la vida en una nueva casa. Pero esta continuó siendo una “simple” bacteria por mucho tiempo, incapaz de ser algo más complejo porque, para que eso ocurriese, necesitaría de más información para que pudiesen surgir nuevos planos corporales y órganos funcionales. Es que entonces, milagrosamente caen aquí virus con nuevas informaciones útiles que terminan siendo incorporados a la bacteria, haciendo posible que ella evolucionara. Así de simple.
¿Y no es que con esa hipótesis de la Panspermia los evolucionistas finalmente se aproximan a los defensores de la Teoría del Diseño Inteligente? Sí, porque la Panspermia Cósmica se trata de un argumento de información preexistente que se aplica igualmente al origen de los seres humanos, plantas y animales, los cuales se dice haber sido “infectados” por virus ricos en información, lo que los hizo evolucionar: “los genes cruciales más relevantes para la evolución de homínidos, así como de todas las especies de plantas y animales, probablemente en muchos aspectos tuviesen origen externo, siendo transferidos a lo largo de la galaxia por virus ricos en informaciones”, dice el artículo.
Solo que en ningún momento los autores tratan del origen de la información compleja. ¿Se dio cuenta que subrayé la palabra “simple” cuando hablé de la bacteria, dos párrafos atrás? Hice eso porque la bacteria no tiene nada de simple. ¡En el material genético de una de ellas hay suficiente información para llenar una enciclopedia! Por lo tanto, por más que usen malabarismos explicativos e hipótesis cósmicas, el problema permanece: ¿cómo surgió esa información? Lo mejor es esconder ese problema debajo de la alfombra, o mejor, esconderlo bien lejos de aquí.
Pero, está bien. Vamos a admitir que, por arte de magia, la vida hubiese surgido en algún lugar del universo y viajado hasta aquí. Sería muy difícil explicar cómo ese ser vivo habría sobrevivido en el vacío y en el frío del espacio y resistido las radiaciones cósmicas letales. Además de eso, ese ET microscópico hubiese tenido que resistir las altísimas temperaturas causadas por la fricción de la entrada del cometa en la atmósfera; y si el cometa no se hubiese desmoronado en el aire y llegase al suelo, el ser unicelular hubiese tenido que soportar aun la fuerza del impacto. ¡Solo si fuese una bacteria kryptoniana!
La hipótesis de la panspermia significa depositar demasiada fe en el azar. Y yo no tengo tanta fe para creer ese tipo de historia.
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