Antivirus mental
Los principios y valores cristianos perdieron el brillo, debajo de la deslumbrante luz de las pantallas y accesorios tecnológicos.
¿Sabes lo que es un antivirus? Es un sistema de protección que utilizan todos los dispositivos electrónicos, quedetecta la presencia de un virus informático y lo elimina.
¿Si una computadora lo tiene, porque no nuestra mente? Sería muy fácil si pudiéramos instalar un antivirus mental, que nos ahorre la contaminación e infección de cualquier virus que nos ataque desde el exterior.
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Lamentablemente no existe este tipo de solución prefabricada para protegernos contra las infecciones mentales que proliferan en nuestra sociedad.
Ahora no todo está perdido. Hay un dispositivo que el Creador colocó en nuestra estructura mental, que si lo desarrollamos correctamente, puede actuar como antivirus. Son nuestros valores y principios.
Los valores y principios forman el carácter, y son un tema muy serio en lo que se refiere a la construcción de la vida.
Cuando nuestros padres eran jóvenes, las normas sociales concordaban con gran parte de los valores y principios que colaboraban para tener un buen carácter.
Hoy en día, nuestros niños no tienen un ejemplo social equilibrado, para fundamentar sus valores y colocar la base para construir el carácter.
A esta altura de la existencia, no tenemos referencias humanas para conducir a nuestros hijos por el camino correcto. La influencia de la tecnología es totalmente virósica y se les filtra por los ¨poros¨ sin que se den cuenta. Hasta nosotros mismos estamos contaminados.
Los principios y valores cristianos perdieron el brillo, debajo de la deslumbrante luz de las pantallas y accesorios tecnológicos.
El egoísmo, domina el mundo. Cada uno quiere dejar su huella, pero se terminó el respeto. La escala de valores se invirtió, lo que antes era bueno, ahora es ridículo, lo que era malo, es bueno. El mundo se ha deshumanizado.
Los jóvenes quieren conseguir lo que desean sin importar las consecuencias, y los mayores se horrorizan por las decisiones que toman, pero nadie hace nada para contrarrestar los estragos del virus.
En el libro bíblico de Deuteronomio 4:5 y 6 dice: “Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para tomar posesión de ella. Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque ésta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es ésta.”
¿Cómo reinstalar el antivirus cuando estamos totalmente infectados?
La clave está en reinstalar nuestros valores y principios por sobre la influencia virósica de la sociedad. Al principio parecerá que vamos en contra de la corriente, pero el manual de instrucciones del creador, tiene todas las herramientas para la reinstalación.
¿Cuáles son las herramientas de reinstalación?
- El ejemplo:Nada puede ser más importante que ayudar a nuestros hijos a seguir el camino correcto de los valores cristianos, y no hay mejor forma de hacerlo que con el ejemplo. Desde pequeños sus cerebros son como esponjas que aprenden todo lo que entra en contacto con su mundo infantil. Aprovechemos para grabar en sus mentes sensibles “la verdad que los hará libres”.
No hay como hacerles entender: “Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago”. El aprendizaje se da por repetición, siguiendo paso a paso al modelo. Si nuestro modelo es Jesús no hay cómo equivocarnos.
- La oración:Movilizar el poder divino del Espíritu Santo en favor de nuestros hijos, es la herramienta más poderosa que tenemos para guiarlos por el camino correcto. Si sembramos la semilla de los valores y principios cristianos cuando son pequeños, es trabajo del Espíritu Santo hacerla germinar y crecer en sus fértiles corazones.
No hay mayor satisfacción para un padre y una madre, que ver a sus hijos elegir correctamente frente a la vida, al respetar los valores y principios inculcados en su niñez.
El detalle es: Los principios y valores son los que forman el carácter, único ítem que llevaremos a la eternidad.