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Sobre Chile, Bolivia, Venezuela, Argentina, Inglaterra y un punto final al caos

El caos político y social de varias naciones sudamericanas necesita hacernos pensar y reflexionar sobre temas espirituales.


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Escena que muestra conflictos armados recientemente en Chile que muestran trastornos sociales en América del Sur. (Foto: Exame)

Los políticos y los economistas, los sociólogos y analistas de todas las áreas, así como los medios de comunicación están desconcertados.

Latinoamérica arde. Ecuador, con levantamientos y protestas generalizadas que causan enfrentamientos. Perú, inmerso en una crisis institucional sin precedentes que también llevó a los ciudadanos a las calles. México, más violenta que nunca. Asusta lo que pasó en las últimas semanas,  donde la vida de las personas es poco menos que nada.

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Puedo seguir. Bolivia, con elecciones presidenciales que generan expectativa, duda y tensión. Argentina, en una crisis económica que lleva a una tensión social y a la incertidumbre de lo que vendrá después de las elecciones presidenciales. Venezuela. Lamentablemente, parece que nos estamos acostumbrando a la situación. Pero no deja de ser gravísima. Un pueblo dividido. Crisis migratoria y refugiados.

¿Y qué decir de Chile? País que nos sorprendió a todos, con una ola de protestas sociales violentas, que no se veían en este país desde hace varias décadas. Protestas, saqueos, violencia, enfrentamientos, caos...

¿Quieres más? Europa no se queda afuera. España y una revolución independentista que está poniendo en juego la estabilidad social y la unidad de un país. Francia, y las protestas de los chalecos amarillos que también produce enfrentamientos. Y una Inglaterra que está al borde de una crisis mayor con Irlanda.

No hice una lista exhaustiva de países en crisis. No pretendía hacerlo. Hasta puede ser que me olvidé de tu país en mi recuento de problemas, y estás sufriendo. Que quede claro.  No soy analista político, ni sociólogo. No pretendo entrar en estas áreas. Solo soy un pastor observando lo que está sucediendo. Soy un pastor que lee y que intenta tener un pensamiento lo más objetivo posible. Por otro lado, soy una persona que lee y estudia la Biblia intentando buscar respuestas.

¿Por donde comenzar?

No quiero discutir ideologías. Menos aún, sobre sistemas de gobiernos o políticas de estados. La discusión no terminaría nunca. Solo estoy poniendo en orden mis pensamientos. Al mismo tiempo, estoy queriendo pensar contigo desde una perspectiva cristiana. Mi perspectiva.

Una cosa es cierta. El mundo está convulsionado. Parecería que nuestros sistemas de gobierno tienen con fecha de vencimiento. No importa si es monarquía o democracia, socialismo o comunismo. Todos los “ismos” parecen estar entrando en colapso. No encuentran respuestas a las causas iniciadoras de las crisis y tampoco parecen encontrar soluciones para lo que se viene.

Alguien dijo por ahí, no recuerdo donde y tampoco estoy seguro de estar completamente de acuerdo, que: “…estamos viendo delante de lo que podría llegar a ser casi un anarquismo tecnológico". Una sociedad que se está "reorganizando" a través de las nuevas tecnologías para avanzar en olas de reclamos, que pueden ser justos o no. Sin líderes visibles y que al mismo tiempo tienen muchos líderes anónimos. Sin filtros. Todo puede ser verdad y al mismo tiempo todo puede ser mentira.

En nombre de la libertad, se publica. Pero al mismo tiempo se censura. Quien no piensa igual es "enemigo". La indignación moviliza. La violencia toma el control. Se defienden “verdades" fragmentadas, que las redes transforman en verdades “absolutas" y causas movilizadoras contra cualquier sistema.

Intervención de Dios

Voy al punto. Tengo que ser bien claro contigo. Esto es lo que pienso. No te pido que lo creas. Te pido que lo pienses. Dios va a intervenir en este caos. La historia bíblica tiene ejemplos de intervenciones directas de Dios en la historia.

En primer lugar. En el libro de Génesis, a partir del capítulo 6, se registra la preocupación de Dios por la situación de la raza humana. El alto nivel de inmoralidad, el anarquismo social, y la violencia generalizada. La intervención se hizo necesaria. Dios envió un diluvio universal, un corte. Solo ocho personas dentro de un arca y un reinicio radical. Podría colocar otros ejemplos, pero no voy a entrar en detalles: Torre de Babel. Liberación de Israel de Egipto. Destrucción de Sodoma y Gomorra, etc.

Ahora bien, Dios tiene el poder de predecir el futuro. En el libro de Amos se nos dice: "Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.” (Amos 3:7)

En el Nuevo Testamento, Jesús toma como referencia la historia de Noé y del diluvio para ilustrar el futuro. Él dijo:

"Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.” (Mateo 24:37-38)

Vamos a pensar en los puntos esenciales de lo que Jesús dice:

-En los días de Noé había una sociedad con valores e intereses tergiversados.

-Dios tuvo que intervenir.

-Fueron tomados por sorpresa

-En los últimos días de la historia humana, Dios va a intervenir de nuevo.

Vamos un poco más lejos. La intervención divina será clara:

-Jesús volverá por segunda vez (Juan 14:1-3)

-Antes de que Jesús vuelva, la situación moral, social, política y religiosa estará completamente decadente. (2 Timoteo 3:1-7)

-La venida de Jesús será una interrupción del orden natural conocido. (Mateo 24:27, 30)

-El regreso triunfal de Jesús marcará el inicio de una nueva etapa. (Apocalipsis 1:7; 22:7, 12, 20)

-A partir de la segunda venida de Jesús comenzarán los mil años, donde los justos estarán en el cielo. Y al fin de estos mil años, el planeta tierra será restaurado y sin pecado. La raza humana vivirá eternamente en esa nueva tierra. (Apocalipsis 20)

Entonces, surge una pregunta: sabiendo lo que dice la Biblia, y al mismo tiempo, en el contexto que nos encontramos, ¿cuál debería ser nuestra posición, y cuál es nuestra responsabilidad como cristianos?

Voy a enumerar algunos puntos que, a mi manera de ver, son importantes.

Activismo social bíblico. Jesús nos llama a estar activos socialmente, pero de la manera correcta. En Mateo 25:35 se nos dice: dale de comer al hambriento, abrigo al desabrigado, cuida del enfermo. Fuimos llamados a ayudar al que necesita, no a pelear en las calles.

Pacifismo activo. La paz de Jesús en nuestras vidas nos hace pacíficos. Como consecuencia buscamos la paz, no el conformismo. (Mateo 14:27-28).  Cristianismos y levantamientos violentos, armados, o de cualquier otra naturaleza no son parte del plan de Dios para le ser humano.  Debemos trabajar en el poder de la intercesión. Necesitamos, de forma urgente, abrir nuestras iglesias, nuestras casas para interceder unidos en oración. En tiempos de crisis, la iglesia se levanta con una bandera de esperanza. (2 Crónicas 7:14).

No demos lugar y no participemos de actos violentos. “Guarda tu espada”, le dijo Jesús a Pedro cuando intentó defenderlo de los soldados romanos. (Juan18:10-11) La violencia nunca es la solución. Las armas y la revolución no son el camino. Repito, fuimos llamados a una contracultura. Dar la otra mejilla, (Lucas 6:29).

La causa del cristianismo no es una nueva sociedad, es un nuevo reino. Buscar el reino es nuestra responsabilidad (Mateo 6:33), y ese reino no es de este mundo. Será instituido por la mano de Dios (Daniel 2), y no por mano de seres humanos.

Nuestra misión es que más personas pertenezcan a ese reino. Solo podrán hacerlo si aceptan a Jesús como salvador personal. (Mateo 28:19-20) ¡Es el momento de predicar aun más para llegar a la mayor cantidad de personas, esto es fundamental para que Cristo venga pronto! (Mateo 24:14). Predicar a tiempo y fuera de tiempo (2 Timoteo 4:1, 2). Hablar de Cristo a tu familia, tus compañeros de trabajo, de escuela, y de universidad. En la parada del bus, metro, etc.

Luchar por el reino. Primero es luchar para permitir que Jesús sea el jefe supremo de nuestras vidas. Nuestra lucha no es contra otros seres humanos. En palabras del apóstol Pablo: “nuestra lucha no es contra carne o sangre, (seres humanos), sino contra … las tinieblas de este mundo.” (Efesios 6:12).

El único sistema de gobierno que dará una solución definitiva para el problema de la raza humana, muy pronto será instaurado. La teocracia será restaurada. Todo será hecho nuevo (Apocalipsis 22).

Nuestra responsabilidad como cristianos

Quiero terminar diciendo que, como Cristianos necesitamos tener una posición clara. La revolución real no se produce en las calles. Ni con manifestos sociales. La revolución la produce Dios en el corazón, transformando nuestras vidas para ser participantes del reino eterno, que muy pronto será instaurado cuando Jesús regrese a esta tierra en gloria y majestad.

Nuestra responsabilidad es decir lo que pensamos con respeto, y sin miedo. Defendiendo la Biblia y no atacando personas. Siendo relevantes socialmente ayudando al que necesita y al, mas débil. Trabajando duro para que más personas conozcan al Dios que gobierna el universo. Hoy más que nunca necesitamos ser activos.

Cuidado, no soy ingenuo ni simplista. Soy alguien que cree. Creo en un Dios creador, y sustentador. A mi modo de ver, es Dios quien está al control. No estamos a la deriva. Él pronto va a intervenir en la historia de la humanidad poniendo un punto final a todo sistema humano para poner orden en el caos. Simplemente, elijo creer. El tiempo dirá si al creer, estoy del lado correcto de la historia o no.

Y tú, ¿qué eliges?

Jorge Rampogna

Jorge Rampogna

Biblia360

“Pensando la vida desde el punto de vista de Aquel que todo lo ve”

Graduado en Teología en la Universidade Adventista del Plata, Argentina. Post graduado en Comunicación corporativa en UNASP-EC, Brasil. Trabajó en la Rede Novo Tempo de Comunicação como director asociado para el área hispana y también como director de la TV Nuevo Tiempo para español y portugués. Actualmente se desempeña como director del departamento de Comunicación de la sede sudamericana adventista.