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Liberdad Religiosa

Libertad, censura y fe

Entienda los desafíos cuando algunas libertades intentan impedir el ejercicio de la fe y la evangelización


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Discusiones sobre censura en redes sociales han sido cada vez más comunes en tiempos de gran producción de contenido digital. (Foto: Shutterstock)

Recientemente, una iglesia cristiana recibió una notificación inesperada: la cuenta de una red social, con miles de seguidores, había sido bloqueada. No hubo explicaciones, tampoco respuestas a los cuestionamientos hechos por la iglesia. Era como si ellos gritaran al vacío. La cuestión es la siguiente: la decisión pareció arbitraria, tomada sin aviso previo o una justificación aparente. Surgieron preguntas inquietantes: ¿Eso fue censura? ¿Somos realmente libres para compartir nuestra fe, nuestras creencias o nuestras ideas en el ambiente digital? 

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La libertad de expresión y la libertad religiosa son pilares fundamentales de una sociedad democrática. Como cristianos tenemos la responsabilidad de defender esos derechos esenciales, que también están presentes en la Biblia. Y eso no es solo para nosotros mismos, sino para todas las personas. 

Pilares bajo ataque

De hecho, creo que esos pilares de la libertad están bajo una nueva forma de ataque. El episodio con esa plataforma es solo un ejemplo de un desafío mayor: el control casi ilimitado que las grandes empresas de tecnología ejercen sobre lo que puede o no ser publicado. Ante ese contexto, surgen preguntas: ¿y si otras voces religiosas también fueran silenciadas, no solo por contenido inadecuado, sino por decisiones que nunca llegan al conocimiento del usuario? Para una iglesia que utiliza las redes sociales como una herramienta esencial de evangelización, esos cuestionamientos son cruciales. 

Responsabilidad de las plataformas

Por otro lado, también necesitamos reconocer la complejidad de la situación. Las plataformas enfrentan desafíos reales al tratar con contenidos perjudiciales o ilegales, y se les exige que garanticen un ambiente seguro para sus usuarios. 

En la actualidad, están en discusión en Brasil aspectos relacionados al artículo 19 del Marco Civil de Internet. Ese debate en el Supremo Tribunal Federal (corte máxima del país) busca un equilibrio entre la responsabilidad de las empresas de tecnología y la libertad de expresión individual. Según la legislación vigente, las plataformas solo pueden ser responsabilizadas si, después de la orden judicial, no retiran los contenidos considerados perjudiciales. 

Es importante destacar que una reglamentación en el ambiente digital parece relevante y necesaria. Se trata de un esfuerzo para proteger a los usuarios contra la diseminación de fake news y discursos violentos. Vivimos en una era en la cual informaciones falsas pueden esparcirse rápidamente y causar daños irreparables a la reputación de personas e instituciones. Al establecer indicaciones claras sobre la responsabilidad de las plataformas digitales, las organizaciones y las personas, el debate busca equilibrar la libertad de expresión con la necesidad de crear un ambiente en línea más seguro y confiable. 

Pero ¿dónde entra la fe en esa discusión? Para nosotros, los cristianos, este es un llamado a reflexionar sobre cómo ejercemos nuestra misión en un mundo digital regido por leyes humanas. Mientras es importante apoyar reglamentaciones que garantizan derechos iguales, no podemos ignorar que, en algún momento, eso puede limitar la predicación del evangelio. Es aquí donde la tensión entre el derecho y la libertad se hace evidente. 

El desafío y la oportunidad 

Cada decisión, cada cambio en regulaciones representa un desafío y una oportunidad. Como Iglesia necesitamos aprender a navegar en ese contexto con sabiduría, respetando las legislaciones vigentes. Al mismo tiempo, debemos trabajar para que los derechos fundamentales sean conservados. Los episodios como bloqueos de cuenta en redes sociales no pueden hacer que las iglesias retrocedan, sino motivarlas a establecer estrategias para continuar predicando en “voz alta”, incluso en un ambiente que, a veces, intenta silenciarlas. 

Además, como Iglesia necesitamos ser una comunidad de fe que marque una diferencia positiva en todos los ambientes. Debemos unir fuerzas en defensa de la libertad religiosa y comprender los nuevos territorios digitales a los que debe llegar la Palabra. 

Tres acciones prácticas para la relevancia social y digital 

1.         Manténgase vigilante e informado. Esté atento a los cambios en las leyes que regulan las redes sociales. Comprender esas reglas nos ayuda a defender nuestros derechos y los derechos de todos, adaptando nuestras estrategias de comunicación. 

2.         Sea un ejemplo de comportamiento en línea. Al compartir contenidos de fe, hágalo con respeto, verdad y empatía. Nuestra conducta en las redes debe reflejar los valores cristianos. No difunda mentiras, ni disemine mensajes que generen odio de cualquier tipo. 

3.         Diversifique sus plataformas. Expanda la presencia de la Iglesia en diferentes canales para garantizar que el mensaje continúe alcanzando a las personas, aun ante bloqueos. 

Ese asunto nos desafía a reflexionar sobre cómo ejercer nuestra misión en un ambiente digital que, aunque está repleto de oportunidades, también exige sabiduría, empatía y compromiso con la verdad. Que podamos utilizar esas plataformas con propósito, siempre promoviendo esperanza y fe, mientras nos adaptamos a los cambios legales y tecnológicos con integridad y confianza en Dios.

Jorge Rampogna

Jorge Rampogna

Biblia360

“Pensando la vida desde el punto de vista de Aquel que todo lo ve”

Graduado en Teología en la Universidade Adventista del Plata, Argentina. Post graduado en Comunicación corporativa en UNASP-EC, Brasil. Trabajó en la Rede Novo Tempo de Comunicação como director asociado para el área hispana y también como director de la TV Nuevo Tiempo para español y portugués. Actualmente se desempeña como director del departamento de Comunicación de la sede sudamericana adventista.