¿Verdadero o falso?
¿Quién es realmente usted ante los demás? Conozca más sobre el impacto de esto
El concepto del falso y el verdadero “yo” fue revisado por la doctora Anna Lambke en su libro Dopamine Nation (Nación Dopamina), que trata sobre la adicción a las drogas. Tener un verdadero “yo” o una personalidad auténtica es fundamental para la recuperación de quien está preso de las drogas. Pero ese concepto también es esencial para la vida, incluso para las personas que no tienen adicciones.
En el pasado tuve algunas experiencias en las que viví un falso “yo”. Hace algunos años, en Estados Unidos, comencé a asistir al templo adventista de la Universidad de Loma Linda. Hubo un almuerzo de bienvenida para los nuevos miembros y me invitaron. Allí me preguntaron cuál era mi función en la universidad. Respondí que era profesor en la Facultad de Salud Pública y una de mis áreas era la prevención de la dependencia de drogas. De alguna forma, me presenté como si fuera un especialista en esa área.
Lea también:
Así, las personas comenzaron a hacer preguntas sobre el tema, y yo respondí a todas ellas como una autoridad máxima en el tema, algo que no era así. Estaba fingiendo, o mejor dicho, mintiendo. Ok, tal vez, no mentí totalmente, porque en el pasado había tenido algo de experiencia en la recuperación de consumidores de drogas en Brasil y también trabajé en una cárcel estadounidense con ese público. Pero eso no me calificaba como especialista en el tema. Si algún psiquiatra o especialista en adicciones estuviera presente, podría fácilmente contestar lo mismo que yo.
El peor falso “yo” que he presenciado, y uno de los más graciosos, fue con un profesor colega de la Universidad de Loma Linda. Estábamos organizando un coro para cantar para los graduandos en la Facultad de Salud Pública. Entonces, lo invité a que viniera a los ensayos y participara del coro. Él me respondió que no sabía cantar. Pero le contesté que había visto un video en YouTube en el que él estaba cantando en un grupo masculino. Él se rio y respondió: “El director del grupo era esposo de la profesora de piano de mi hijo. Ellos necesitaban participantes para una presentación, así que me invitó a cantar, aunque yo no supiera hacerlo. Solo tenía que abrir la boca durante la presentación, tipo ‘playback’. Discúlpeme, pero yo no canto”.
Hubo algunas ocasiones más en las que permití que mi falso “yo” estuviera al control. Ahora, yo no estaba forzando un falso “yo”, sino que solo permitía que eso ocurriera y que las personas me consideraran más que mi verdadero “yo”. Ok, no hay diferencia, estaba presentando un falso “yo”.
La verdadera identidad
Tener un falso “yo” o presentar alguien que uno no es, tarde o temprano terminará en decepción. Uno de mis amigos de la infancia era un mentiroso empedernido. Sus mentiras llegaron al punto de que él decía que había pasado el examen de ingreso para Medicina. Otro amigo y yo habíamos pasado el examen, pero él no. Después de algunos meses, supimos del engaño y nuestra amistad terminó allí.
Cuando consideramos las redes sociales de hoy, donde muchas personas postean lindos mensajes on-line, es fácil hacerse pasar por superhéroe, escondiendo lo que realmente somos. Las noticias y las personas falsas están presentes en todas las plataformas. ¿Cómo se retrata usted en ellas? ¿Es lo que dice ser?
Mirarse al espejo
Mi llamado aquí es a desarrollar una personalidad auténtica y ser más honestos y sinceros en nuestra vida. Lo primero es seguir el 4° paso de los Alcohólicos Anónimos: “Hacer un inventario de nosotros mismos y, cuando estemos equivocados, admitirlo”. Eso significa que debemos interrumpir lo que estamos haciendo y hacer una autoevaluación. Debemos ser honestos y verificar cómo estamos viviendo nuestras vidas. Tal vez, un paso adicional sería preguntarles a los demás qué piensan de nosotros. Si usted tiene un(a) amigo(a) sincero(a), o un(a) compañero(a) sincero(a), van a decirle la verdad: si realmente usted es auténtico.
Si tiene tendencia o lucha contra un hábito adictivo, el primer paso es resolver la situación con su “yo”. No ser honesto consigo mismo es un camino abierto a las adicciones en las que la persona busca los tipos incorrectos de placer que al principio parecen agradables, pero después llevan a la decepción. La adicción es una vida falsa. En este caso, el inventario es fundamental.
Pero todos necesitamos ese autoinventario para la vida, como lo mencioné. Es importante ser más honestos con nosotros mismos. El mandamiento dice “No mentirás”. Si queremos una vida ideal y exitosa, con personas que nos respeten y sean felices a nuestro alrededor, debemos mostrar un auténtico “yo” o, como se dice, ser un libro abierto.
“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno” (Salmo 139:23, 24).