Muerte precoz
Debemos regresar a los orígenes, comer una alimentación más basada en vegetales, ejercitarse diariamente y reposar.
El 24 de setiembre de 2016 un colega profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Loma Linda tuvo un ataque cardíaco fulminante y murió a los 53 años. Una tragedia para la familia, amigos y para todos los que trabajan en la escuela. Este es el tercer amigo mío que tiene un ataque cardíaco fatal en la edad de los cincuenta.
Otro amigo que también falleció, me dejó un complejo de culpa por un año. Es porque yo vivía relativamente cerca de su casa y nunca lo había invitado para una caminata o cualquier otro ejercicio. La culpa solo pasó cuando alguien me preguntó si yo realmente estaba haciendo ejercicio solo, sin invitar al amigo. En verdad, yo no estaba haciendo ejercicio durante aquel período, así la culpa disminuyó.
No nos gusta hablar sobre la muerte, y mucho menos de escribir sobre la misma. Pero esta es la realidad de la vida. Muchos dicen que la única cosa segura en la vida es que se termina. La muerte puede suceder sin que podamos prevenirla. A veces tenemos accidentes y una influencia genética que supera todo, hasta el estilo de vida. Así tenemos que ofrecer consuelo a la familia y esperar el regreso de Jesús para volver a ver a amigos y familiares.
Pero existen factores que previenen la muerte precoz, especialmente entre los hombres. La mayoría de ellos tienen “alergia” al médico, no hacen controles, no cumplen las orientaciones médicas y siguen un estilo de vida de alto riesgo de ataques cardíacos y otras enfermedades crónicas. Si usted se encuadra en esa categoría, y tiene más de 40 años, por favor responda a estas preguntas con sinceridad: ¿Quiere vivir hasta ver a sus nietitos, por lo menos? Si su respuesta es positiva, entonces, ¿ya se hizo un electrocardiograma? ¿Sabe sus niveles de colesterol, triglicéridos, HDL, LDL y azúcar? ¿Sabe sus niveles de presión arterial? ¿Su cintura es menor de 100 cm? Cualquier respuesta negativa a las preguntas anteriores significa una señal de muerte precoz. Y tal vez esta sea la pregunta más importante: ¿Está haciendo alguna cosa en relación a esas situaciones?
Los factores principales de enfermedad cardíaca son el colesterol, la presión y el peso aumentados, y el humo y la falta de ejercicio. La mayoría de mis lectores no fuman, pero deberían controlar los otros cuatro factores. No es mi objetivo hacer un sermón aquí (¿o será que ya es?), pero tener bajo control esos cuatro factores pueden agregar años y mayor calidad a su vida, o si los descuida, conducirlo a una muerte precoz.
Por ejemplo, mi padre murió a los 65 años y mi abuelo (su padre) murió a los 86. Una diferencia de 21 años de vida. ¿Sería el estilo de vida el responsable de esa diferencia? Mi abuelo vivía en el interior, caminaba diariamente, nunca fumó, nunca bebió, ni comió carne de cerdo. Comía muchas frutas y vegetales, tenía un peso normal, dormía poco después de la puesta del sol y se despertaba al salir el sol, y creo que nunca miró televisión en su vida. Mi padre comenzó bien en su infancia, pero fue a vivir en la ciudad y cambió su estilo de vida completamente. Comenzó a fumar y beber alcohol. Bebía con moderación (con algunos episodios de embriaguez), comía en exceso, comía carne en exceso y hasta carne de cerdo y no practicaba ejercicios. Consecuencia: se hizo obeso, tuvo diabetes, quedó ciego y murió cuando le amputaron la pierna. Trágico, ¿verdad?
El abuelo también tenía diabetes, pero la enfermedad se la descubrieron solo cuando estaba en el hospital, en sus últimos días de vida. Diferencia: el estilo de vida, la calidad de vida y 21 años de longevidad. Estoy apostando en el abuelo, así porque todos mis tíos y tías del lado paterno tienen diabetes. Intento influenciar a mis hijos en la misma dirección. Ok, soy vegetariano por más de 40 años, camino y corro diariamente (por lo menos 10.000 pasos) y no me quedo sentado por más de una hora seguida por día. Pero la herencia está ahí, las generaciones más jóvenes siempre son más afectadas, así continuo en el estilo del abuelo tanto como me es posible.
Pero el estilo de vida no quiere decir que vamos a vivir para siempre, pues sabemos que la muerte, si Jesús no regresa en nuestro tiempo, vendrá tarde o temprano. Pero cuando ella llega más temprano de lo que uno se imagina, ahí está el problema. Por ejemplo, cuanta falta para la familia hicieron mis tres amigos que murieron a los ‘cincuenta’, probablemente sin ver los nietos, sin dar más apoyo a la familia y hasta trayendo dificultades a la familia.
Y la pérdida en el sentido profesional. Perdimos nuestro director de investigaciones en la escuela de salud pública. Y en medio de un proyecto científico en el que era el principal investigador. Y al comienzo de un programa nuevo de salud pública en el que era uno de los idealizadores. ¡Qué pérdida!
Pero, la mayor pérdida es la oportunidad de servir, de ayudar a otros, de compartir el evangelio. Todos nosotros tenemos una misión en esta tierra, ya sea con nuestra familia, vecinos, amigos o con la comunidad. Todos tenemos una influencia y si esta es positiva, mucho mejor sería si pudiéramos multiplicar nuestros días y no abreviarlos.
Por ejemplo, en el pasado muchos miembros, y también pastores de la Iglesia Adventista morían precozmente. Y esa fue una de las razones por las cuales se inició la reforma entre los adventistas. De otra forma solo tendríamos enfermedad, huérfanos y viudas en la iglesia. Con la reforma de la salud, los ocho remedios (aire puro, luz solar, agua pura, temperancia, dieta saludable, ejercicio, descanso y confianza en Dios) nuestra iglesia, que en el siglo 19 estaba siendo diezmada, especialmente jóvenes y niños que morían prematuramente de neumonía, tuberculosis y otras enfermedades infeccionas, pasó a ser la iglesia que tiene la mayor proporción de personas ancianas y saludables en todo el mundo.
Y aquí hay más milagros. En los años 1800, no había cáncer, enfermedades cardíacas ni diabetes. Las enfermedades infecciosas eran las que más mataban, así la reforma de salud aumentó la resistencia contra esas enfermedades. La misma reforma hoy es el arma principal contra las enfermedades crónicas mencionadas anteriormente que hoy son las principales causas de muerte en todo el mundo. ¿Cómo puede ser esto? Simplemente porque la reforma de la salud fue ideada por Dios, el Creador y sustentador de nuestro cuerpo.
Por lo tanto, la prevención de la muerte precoz fue desarrollada hace muchos años. ¿Por qué entonces todavía sufrimos de presión alta y diabetes y muchos de nosotros tienen ataques cardíacos? Debemos volver a los orígenes, comer una alimentación más basada en vegetales, hacer ejercicio diariamente, reposar adecuadamente y así en adelante.
Finalmente, el factor principal de vida, longevidad y salud es tener comunión íntima con Dios. Además, él nos da la esperanza de una vida después de nuestra vida terrenal. Aunque muramos, lo que más tarde o más temprano va a suceder con todos nosotros, tenemos la esperanza de la vida eterna. ¿Usted está preparado para esta vida nueva?
Versículo para meditar:
“Y ésta es la vida eterna, que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien tú has enviado”. Juan 17:3.
Debemos volver a los orígenes, comer alimentos a base de vegetales, ejercitarnos diariamente y descansar de manera adecuada.