¡Mi problema es la falta de motivación!
Para hacer ejercicio físico, como casi todo en la vida, se necesita motivación.
Después de una hora de caminata con mis dos perros, todos estábamos cansados, especialmente Ula, el más gordito del grupo. En realidad, Ula suele cansarse pronto durante las caminatas y siempre busca una sombrita para acostarse. Esta vez venía “arrastrándose” bastante tiempo. De pronto, una ardilla cruzó corriendo frente a nosotros , subiendo una pequeña cuesta en el terreno.
Nuestro amigo Ula tuvo una reacción instantánea. Se le pasó el cansancio, dejó de “arrastrarse” y en un impulso de perro de caza, salió a perseguir a la ardilla con una velocidad fenomenal. ¡Ni yo sabía que podía correr de esa forma! Y no había manera de hacer que parara. Persiguió a la ardilla subiendo y bajando con una energía y motivación que yo nunca había observado. Después de mucho correr, volvió a mí con un aire de satisfacción y orgullo. Claro que no logró atrapar a la ardilla, pero, aun así, parecía satisfecho.
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Me quedé pensando en el animalito. La caminata podía ser una motivación para mí, pero no para él. Caminar bajo el sol, en un lugar lleno de piedras, polvo, hoyos y sin ninguna recompensa, no le daba a Ula ninguna inspiración. Pero en el momento en el que vio una motivación, o sea, la ardilla, todo el cansancio y el desánimo se fueron y el perro se transformó en “Superperro”. Repentinamente, el ejercicio físico fue realizado con inmenso placer.
Lo mismo ocurre con los seres humanos. Necesitamos motivación para hacer ejercicio. Si no la tenemos, necesitamos encontrarla. Y no solo ocurre con respecto al ejercicio físico; otros factores de salud también requieren motivación. Por ejemplo, con mis clientes que quieren dejar de fumar, el primer paso es descubrir por qué. Y cuando les pregunto, siempre tengo respuestas como: “quiero mejorar mi salud”; “está prohibido fumar en el trabajo”; “mi esposa no lo tolera”; “¡mis hijos no lo aguantan más!”. Cuando la motivación es realmente fuerte, el individuo es capaz de cambiar el hábito.
Para ilustrar mejor el tema, me acuerdo de Juan (pseudónimo). Él ya había intentado dejar de fumar varias veces, sin éxito. Sin embargo, esta vez, su esposa estaba embarazada, y dentro de poco una nueva criatura viviría en su casa. Eso casi que lo obligaba a dejar de fumar para proteger al bebé. Ese fue el paciente para dejar de fumar más fácil que tuve. En dos semanas, Juan fue capaz de abandonar completamente el cigarrillo.
Encuentra tu motivación
Por lo tanto, el secreto, es descubrir la motivación correcta. ¿Cuál es su motivación para hacer ejercicio? Para nosotros, humanos, una ardilla en nuestro camino no provocaría ninguna gran reacción. En mi caso, la motivación ha sido en dos áreas. Primero, los perros. Como mis perros saben que mi llegada significa “salir a caminar”, cada vez que me ven, hacen una gran fiesta. Aunque no tenga muchas ganas de salir, me da un sentimiento de culpa si no llevo a mis mascotitas a dar una vuelta a la manzana. De esta forma, si usted no tiene una mascota, adopte un perro. Los peces, pajaritos, loros y tortugas no ayudan; tiene que ser un animal que lo haga caminar.
Mi segunda motivación es la salud, o mejor, la enfermedad. Tengo una herencia diabética tremenda. Mi padre era diabético y murió de esa enfermedad. Mi abuelo era diabético, así como todos mis tíos por parte de padre. Como médico, estudié la enfermedad y su mecanismo biológico a nivel molecular. El problema ocurre en la célula del receptor de la insulina. Existen vesículas llamadas GLUT 4 que se activan por el receptor de insulina y estas vesículas cuando llegan cerca de la membrana celular, promueven la absorción de glucosa hacia dentro de la célula. Normalmente, estas vesículas son activadas por la insulina, pero de alguna forma, en el caso de la diabetes, estas se desactivan. La dieta es importante, pero el ejercicio físico puede activar las vesículas GLUT 4 con o sin insulina. Eso ha sido suficiente motivación para mantener mis 10 mil pasos por día y evitar estar sentado por horas prolongadas. Creo que estas dos motivaciones son suficientes.
Y, para terminar, voy a sugerir algunos métodos para encontrar motivación para la salud:
- Trate de observar la situación de otras personas o aprender con los errores de los demás;
- Chequee en su familia los problemas más comunes de salud e intente comparar el estilo de vida de los parientes que aún están vivos con el suyo. Tal vez, una conversación con algunos de ellos pueda darle la motivación que usted está buscando;
- Busque motivación espiritual. Nuestro cuerpo fue hecho por Dios y debe ser preservado. Así, pídale a Dios fuerza y poder para cambiar. “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (1 Corintios 6:19).