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Linfoma, un villano que puede ser evitado

Una alimentación saludable puede ser la clave para no convivir con la enfermedad.


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Abstenerse del uso de tabaco, alcohol y alimentos inapropiados contribuyen a que la enfermedad sea evitada (Foto: Shutterstock)

Linfoma es un tipo de cáncer de las células blancas de la sangre llamadas linfocitos. Ellos son los principales tipos de leucocitos (células blancas) responsables por la inmunidad contra infecciones. Los linfomas (también llamados Non Hodgkin Linfomas) pueden ser muy agresivos o más benignos.

Los linfomas ocurren, en general, en órganos linfáticos, como los linfonodos del tórax y abdomen, así como el bazo, médula ósea, amígdalas y el aparato digestivo. No es fácil diagnosticar la enfermedad en las fases iniciales, pero, en general, la presencia de nódulos en el cuello, axilas y región pélvica pueden ser indicadores de la enfermedad.

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En términos de prevención, hay algunos factores de riesgo, los cuales parecen predisponer a la enfermedad. Pero es necesario dejar bien en claro que existen pacientes con linfoma que no presentan ninguno de los riesgos mencionados a continuación. Por otro lado, hay quien tiene riesgos, pero que nunca ha tenido linfomas.

Parece que la enfermedad tiene cierta relación con infecciones virales (VIH, Epstein Barr y HCB) o bacterianas (Helicobacter pilori, chlamydophila psittaci y Campylobacter Jejuni). Otros factores son las enfermedades autoinmunes como el lupus, la artritis reumatoide y la celiaquía (que producen alteraciones en el sistema inmune, pudiendo activar el crecimiento anormal de los linfocitos).

El poder del estilo de vida saludable

Un historial de linfoma en parientes de primer grado (hijos, padres o hermanos) también aumenta el riesgo de la enfermedad. El tratamiento previo de otros tipos de cáncer con radioterapia o quimioterapia son factores de riesgo. Pacientes con un historial de supresión del sistema inmune (trasplantes de órganos) tienen mayor riesgo de cáncer, así como aquellos que fueron expuestos a herbicidas (principalmente los agricultores). Y, finalmente, el riesgo es mayor en fumadores o personas que fueron expuestas a derivados del benceno.

En términos de prevención, el consejo es mantener el sistema inmune en buen funcionamiento y evitar tanto como sea posible la infección por los microorganismos mencionados anteriormente. Por ejemplo, la prevención de la infección por IVH y HCV ha sido eficaz evitando el uso de drogas intravenosas y el sexo promiscuo y sin protección.

No fumar y evitar el contacto con herbicidas son otros factores preventivos. Y claro, la prevención de otros factores de cáncer, como una dieta basada en plantas, evitar el alcohol, la carne roja, hacer ejercicio frecuentemente, perder o mantener un peso saludable y controlar el estrés. Recuerde que un cáncer previo aumenta más el riesgo por el tratamiento aplicado que por el diagnóstico.

Por último, existen algunas evidencias de que un estilo de vida saludable puede prevenir directamente la enfermedad. Sin embargo, eso no ha sido totalmente comprobado. El exceso de peso, la obesidad y dietas ricas en carne y grasa animal deberían evitarse. Así, el estilo de vida puede ser un factor de prevención de la enfermedad o de otros precursores de la misma. Cualquiera sea la razón, seguir un estilo de vida saludable solo puede producir resultados positivos.

“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31).

Hildemar Santos

Hildemar Santos

Salud y Espiritualidad

Cómo prevenir enfermedades y tener una vida saludable.

Médico y docente de la Faculdad de Salud Pública en la Universidad de Loma Linda, Estados Unidos.