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El ejercicio del Maestro

Sabemos que el ejercicio físico hace bien a todos, ¿pero alguien ya se puso a pensar cuál fue el ejercicio que Jesús practicaba?


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Mantener el cuerpo en movimiento hace la diferencia para una vida saludable. (Foto: Shuttrstock)

Practiqué deportes durante toda mi vida, incluyendo fútbol, vóley, básquet, etc. Pero, con el tiempo y la edad tuve que restringirlos por lesiones, dolores y limitaciones de movimientos. Finalmente, terminé solo caminando, que es mi ejercicio actual. Yo diría que camino por lo menos una hora todos los días.

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Basados en la anatomía de nuestro cuerpo, fuimos creados para estar en constante ejercicio. Considerando nuestras articulaciones, músculos y nervios, queda claro que fuimos diseñados para estar en movimiento. Pero ¿cuál es el mejor tipo de actividad para el ser humano? ¿Cuál es el ejercicio que produce suficiente movimiento para activar todas las estructuras sin dañarlas?

Por lo general, yo investigaría en Google Scholar o en otra plataforma científica para encontrar el tipo de ejercicio ideal. Sin embargo, decidí ‘googlear’ la Biblia para ver la respuesta. Y así comencé a imaginar cuál era el tipo de ejercicio que Jesús promovió cuando vino al mundo hace más de dos mil años o cuál es el tipo de ejercicio que él practicaba. Como Creador del ser humano, sin duda él debe haber dejado alguna indicación acerca de eso.

¿Cuál era el deporte de Jesús?

Correr definitivamente no era su deporte, porque no tenemos ningún relato en la Biblia sobre Jesús corriendo. Nadar tampoco era, pues prefería caminar sobre el agua (Marcos 6:45-50). Andar en bicicleta es muy improbable, ya que el ciclismo todavía no había sido inventado. ¿Cabalgar? La única mención fue andar en burro y una vez durante una corta distancia (Marcos 11:1-11). Pero ¿quién dijo que andar a caballo es un buen ejercicio? Tal vez para el caballo.

Deportes, gimnasia, levantamiento de peso y atletismo no existían o por lo menos no eran muy populares en ese tiempo. Pablo mencionó que los atletas deberían disciplinarse para vencer sus carreras y hasta mencionó el boxeo. Pero esta fue una ilustración de la disciplina que el cristiano debería tener (1 Corintios 9:24-27). Y el boxeo va totalmente en contra de los principios de amor de Cristo, definidos por Mateo 5:44: “Pero yo os digo: ‘Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen’”.

Si miramos a Jesús como carpintero, antes de iniciar su misión, podemos concluir que su trabajo involucraba mucha actividad física natural con la parte superior del cuerpo, porque no había equipos eléctricos en esa época. Por lo tanto, serruchar, martillar, lijar y levantar muebles podrían ser considerados buenos ejercicios de fortalecimiento incorporados por el Maestro. Pero, nuevamente, no hay de mención de ellos durante el ministerio de Jesús después de que salió de su casa.

Estamos llegando a la conclusión de que Jesús y los apóstoles solo practicaban ejercicios naturales que hacían parte de una vida funcional. En sus parábolas, Jesús mencionó la siembra, la cosecha, el cuidado de los animales y así en más. Las tareas cotidianas, como limpiar, cocinar, construir, etc., estaban implícitas.

Pero su ejercicio más común era caminar. Ese es el único ejercicio mencionado claramente en las Escrituras. Jesús era un caminante. No se menciona a Jesús andando a caballo o cualquier otro animal, excepto el burro, ni andando en carruaje o carroza. ¿No es interesante? Él estaba siempre caminando. Pienso que aquí hay un mensaje contra la crueldad a los animales o por lo menos contra el uso abusivo de los mismos.

Caminar con Cristo

Caminar era el ejercicio del Maestro. Algunos estiman que él caminó cerca de cinco mil kilómetros durante sus tres años y medio de ministerio. La palabra “andar” aparece casi cien veces en el Nuevo Testamento, pero no siempre está relacionada con la acción de caminar. Sin embargo, usar la palabra figurativamente describe su popularidad como modo de vida.

Jesús y sus discípulos, sus seguidores, su público, todos eran caminantes. Jesús sabía que mover las piernas era la única manera de bombear la sangre de los miembros inferiores al corazón. Y las piernas contienen los mayores músculos del cuerpo y los mayores vasos sanguíneos. ¿Cómo sabía él eso? Como ya dije, él creó el sistema. Entonces, si usted quiere practicar el ejercicio del Maestro, ponga más caminatas en su vida diaria.

“E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido. Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos. Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen” (Lucas 24:14-16). 

Hildemar Santos

Hildemar Santos

Salud y Espiritualidad

Cómo prevenir enfermedades y tener una vida saludable.

Médico y docente de la Faculdad de Salud Pública en la Universidad de Loma Linda, Estados Unidos.