Caminar es el mejor ejercicio, ¡pero necesitamos caminar!
Nuestro cuerpo fue hecho de una forma maravillosa, sin embargo, necesita de nuestra participación para funcionar bien.
El consejo médico actual para la actividad física consiste en 150 minutos por semana de ejercicio moderado; y caminar llena este requisito. Esto significa 30 minutos por día, cinco días por semana. Pero este consejo es solo para mantener la salud y para los que no tienen una enfermedad o problema de salud que necesita tratamiento. Sí, hoy el ejercicio puede ser considerado un tratamiento, pero, sin embargo, esos 150 minutos por semana pueden no ser suficientes.
Así, cuando el ejercicio es prescripto como tratamiento, los 150 minutos por semana deberían multiplicarse por dos, o sea, una hora por día cinco veces por semana. Por lo tanto, si la persona quiere perder peso, controlar la diabetes, la presión arterial, disminuir el colesterol, controlar el estrés y activar el sueño, necesita caminar una “segunda milla”.
Me acuerdo de un paciente que había perdido 50 kilos y por más de cinco años no había vuelto a su peso original. Cuando le pregunté cuál era su secreto, relató lo siguiente: “Tengo cuidado con la comida, no hago dieta, pero no como demasiado. En relación al ejercicio, solo hago caminatas. Pero no son caminatas “sedentarias” de algunos minutos por día. Llego del trabajo antes de la puesta del sol, como algo liviano y salgo a caminar por dos horas con mis dos perros”.
Dos horas parece un poco exagerado, ¿no es cierto? Pero el nivel aconsejado a los seguidores de los pasómetros es de 10 mil pasos por día. ¿Cuánto tiempo nos lleva dar 10 mil pasos y cuánta distancia tenemos que andar para alcanzar el blanco? Por coincidencia, hace pocos minutos terminé mis diez mil pasos, y caminé 7.5 kilómetros en aproximadamente 1 hora y media. En verdad, no es tan simple alcanzar los diez mil pasos por día, pero es una buena indicación de la cantidad de ejercicio que necesitamos. Y no está muy lejos del nivel de ejercicios de nuestro amigo del párrafo anterior.
Ok. Uno de los secretos es practicar pequeños períodos de caminatas durante el día. Hoy se sabe que varios intervalos de ejercicio de solo 15 minutos intercalados durante el día, tienen casi el mismo valor, como ejercicio, que un período continuo de 60 minutos. Si es así, al final de día es mucho más fácil alcanzar la meta de los 10 mil. Caminar tiene varias ventajas: cualquier persona puede hacerlo, no hay ningún secreto ni requiere ningún equipo especial, no cuesta dinero y puede realizarse en prácticamente cualquier ambiente. También se sabe que un enfermo en el hospital debería, en lo posible, caminar, especialmente después de una cirugía.
Pero existe una razón más importante para caminar: es un ejercicio que mueve los músculos de las piernas. La importancia está en que fuimos creados por Dios para caminar. La situación funciona más o menos así: El corazón impulsa la sangre a través de las arterias hasta que esta llega a los pies. Colaboran con esto, la presión arterial que mantiene los músculos de las arterias y la fuerza de la gravedad que ayuda a la sangre a ir hacia abajo. Esto se realiza automáticamente. Pero, el regreso de esta sangre al corazón y pulmón, no es tan automática así, pues no existe un corazón en los pies para bombear la sangre de vuelta, contra la fuerza de gravedad. El único corazón que existe en las piernas se llama “gastrocnemio” (comúnmente llamado gemelo) es el músculo que presiona las venas de la pierna prácticamente bombeando la sangre para arriba. Pero esto no se realiza automáticamente, es necesario hacer un movimiento que contraiga el músculo, caminar es el ideal, pero cualquier otro ejercicio que mueva las piernas tiene el mismo valor.
Este factor es tan importante que, para prevenir la trombosis o el edema de los miembros inferiores durante un viaje prolongado o para los que permanecen mucho tiempo sentados, se aconseja mover las piernas. La manera de hacerlo es levantar el pie dejando solo los dedos apoyados en el suelo. Este ejercicio puede realizarse tanto de pie como sentado y debe repetirse varias veces durante el período de inactividad. Para verificar si el movimiento está siendo eficiente, debe apoyarse la mano en la parte posterior de la pierna y constatar que el músculo está contraído cuando se efectúa el movimiento.
Por lo tanto, el ejercicio ideal fue planeado por Dios, quien creó al ser humano con dos corazones: uno automático, el corazón situado en el tórax, y el otro, el situado en la pierna, o gastrocnemio que depende totalmente de la decisión de la persona. Nuestro cuerpo fue hecho de una forma maravillosa, pero necesita de nuestra participación. ¿Usted está activando estos dos corazones?
Piense en esto: “Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras;
Estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien” (Salmos 139:14).