¡Simplifique!
¡Simplifique! Un desafío bien interesante que el columnista Hebert Boger propone a todos nosotros como estilo de vida.
"Simplifique. Aléjese de lo complejo y diga no a lo superfluo”, Steve Jobs
Al finalizar esta lectura, le sugiero que haga un análisis para ver dónde están los desperdicios de su vida. Qué puede ser eliminado de su agenda cargada que no le hará ninguna falta. Cuando el entusiasmo se apodera de usted por saber con claridad qué debe realizar, se le hace muy fácil decir NO a lo que puede robarle su foco.
Reflexione: ¿Dónde se están consumiendo sus preciosas energías?
¿En qué gasta su salud? ¿Su tiempo? ¿Su dinero? ¿Sus relaciones? Entonces note cómo puede ahorrar y canalizar mejor sus energías para la realización de lo que realmente vale la pena.
Nuestros pensamientos están demasiado acelerados y tomamos las decisiones por impulso. Vemos cómo el mundo se enferma y suceden tragedias familiares nunca imaginadas.
Los “cansados”, “sobrecargados”, “ansiosos” y “desconformes” son tanto los que oyeron las palabras de la Biblia en su época, cuanto prácticamente todas las personas de la actualidad. Hoy, sin embargo, con un agravante, la tecnología que surgió para simplificar la vida por un lado, terminó complicando del otro lado. La Biblia también habla de una vida abundante”, “plena” y “llena del Espíritu Santo”. (“Experimente” http://www.adventistas.org/pt/mordomiacrista/2016/02/15/experimente/ )
Así como Apple simplificó el computador a un botón y a clics en la pantalla, algunas citas de la autora norteamericana Elena de White pasaron a tener todavía más sentido.
Simplificar en el estilo de vida:
“La claridad de mente y la firmeza de propósito de Daniel, su fortaleza de intelecto para adquirir conocimientos, se debían en extenso grado a la sencillez de su régimen, en relación con su vida de oración”. [1]
Sencillez en las relaciones:
“Millares pueden ser alcanzados de la manera más sencilla y humilde. Los más intelectuales, aquellos a quienes se los considera los hombres y las mujeres más dotados de todo el mundo, son a menudo refrigerados por las sencillas palabras de alguien que ama a Dios, y que puede hablar de ese amor tan naturalmente como los mundanos hablan de las cosas que les interesan más profundamente”. [2]
Simplifique al enseñar:
“Sus lecciones causaban una honda impresión en sus oyentes, eran hermosas y profundas, y no obstante tan sencillas que un niño podía entenderlas. La verdad que presentó era tan insondable, que los maestros más sabios y cultos nunca pudieron agotarla”. [3]
Simplifique los planes:
“Las leyes del reino de Cristo son tan sencillas, tan concisas y a pesar de ello tan completas, que cualquier adición de factura humana sólo crearía confusión. Y cuanto más simples sean nuestros planes para trabajar en el servicio de Dios, más será lo que lograremos”. [4]
Algunas sugerencias para que usted simplifique y energice su vida:
Más conexión con Dios y menos con Internet: Al oír cada día la voz de Dios, recordando que usted es su “mayor alegría” (3 Juan 1:4), debería llenar su corazón de placer por buscarlo en “primer lugar”.
Familia: Programe en su agenda tiempo diario, semanal, mensual y anual. “Los hijos que tenemos son un regalo de Dios. Los hijos que nos nacen son nuestra recompensa” (Salmo 127:3 TLA).
Trabajo que satisface: “El placer que se siente al hacer bien a otros, imparte un resplandor a los sentimientos que se irradia por los nervios, estimula la circulación de la sangre e induce salud mental y física”. [5]
Recreación: Comprenda que “recrear” significa volver a recibir energía y vitalidad.
Ejercicio físico: “Ejercicios físicos y esquemas de reposo adecuados responden por 20% del aumento de energía diaria, semanal y mensual. Una buena fuente sobre ese asunto es esta:
http://news.uga.edu/releases/article/low-intensity-exercise-reduces-fatigue-symptoms-by-65-percent-study-finds/
Es tiempo de no perder tempo, pues este es el momento de ajustes necesarios para que Dios nos use más y más para cumplir sus propósitos en la vida que él nos dio para cuidar.
NO LA DESPERDICIE. ¡SIMPLIFIQUE!
Referencias:
[1] Elena de White. Consejos sobre el régimen alimenticio. (Bs. As., ACES. 1995), p. 97.
[2] Ellen G. White. El colportor evangélico. (Bs. As., ACES. 1999), p. 41.
[3] Elena de White. Hijos e hijas de Dios. (Bs. As., ACES. 1955), p.268.
[4] Elena de White. Alza tus ojos. (Bs. As., ACES. 1982), p. 193.
[5] Elena de White. Testimonios para la iglesia, (Florida, EE.UU, APIA.2008), t. 4, p. 60.