Familias bendiciendo familias
La promesa hecha a Abraham “serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Génesis 12:3) incluiría a todas las familias no solo de su época, sino también se extendería hasta los días de hoy. Abraham recibió la bendición del “sacerdote del Dio...
La promesa hecha a Abraham “serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Génesis 12:3) incluiría a todas las familias no solo de su época, sino también se extendería hasta los días de hoy.
Abraham recibió la bendición del “sacerdote del Dios Altísimo” (Génesis 14:18) después de volver de una guerra para rescatar a sus parientes, Lot, su familia y todos sus bienes. La familia de Abraham fue una bendición para la familia de Lot.
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Primero Dios en las relaciones y la búsqueda por la paz
- Dios bendice primero: “y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo” (Génesis 14:19). La teología Adventista cree que primero Dios bendice, y en respuesta somos fieles. No lo contrario como la teoría de la prosperidad quiere enseñar, con la pretensión de determinar la bendición por medio del “pensamiento positivo” como forma de negociar con Dios. Abraham fue bendecido primero y reconoció que la bendición provenía de su Creador y dueño de todo.
- Dios es dueño de todo: “Creador de los cielos y de la tierra” (Génesis 14:19). Dios “era” lo más importante y debemos comprender que Dios siempre existió. Él “era“. Está implícito en Génesis 1:1: “En el principio, creó Dios los cielos y la tierra“. Si él siempre existió, todo lo que creó es de él.Nadie puede pensar que es dueño de alguna cosa, aunque haya hecho algo, porque somos creaturas que nacemos, existimos en esta Tierra gracias a Dios.
Dios es el Creador incomparable “Yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí” (Isaías 46:9).
El Creador es el dueño de todo:
Salmos 24:1, 2 (el mundo y todas las personas).
Salmos 50:10, 11 (los animales y las aves)
Samos 89:11 (el cielo y el universo)
“Jehová reinará eternamente y para siempre”. (Éxodo 15:18)
“Dios es amor” (1Juan 4:7, 8; Juan 3:16).
“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. (Romanos 5).
- Plan de salvación: Abraham fue salvado de los enemigos y alaba a Dios: “y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano” (Génesis 14:20).
- Fidelidad en los diezmos: Primero Dios bendice, después viene la comprensión de que él es el Creador y dueño de todo, entonces Dios salva y como reconocimiento y gratitud la fidelidad por medio de los diezmos y ofrendas: “Y le dio Abram los diezmos de todo”. (Génesis 14:20). Considerando que “Abraham era riquísimo en ganado, en plata y en oro” (Génesis 13:2). Y fue fiel en todo lo que Dios le daba.
La promesa bendice a todas las familias por medio de Jesús
Elena de White aclara que “La esperanza de Israel se incorporó en la promesa hecha en el momento de llamarse a Abrahán y fue repetida después vez tras vez a su posteridad: “Serán benditas en ti todas las familias de la tierra.” Génesis 12:3. Al ser revelado a Abrahán el propósito de Dios para la redención de la familia humana, el Sol de Justicia brilló en su corazón, y disipó sus tinieblas. Y cuando, al fin, el Salvador mismo anduvo entre los hijos de los hombres y habló con ellos, dio testimonio a los judíos acerca de la brillante esperanza de liberación que el patriarca tenía por la venida de un Redentor. Cristo declaró: ‘Abraham vuestro padre se gozó por ver mi día; y lo vio, y se gozó’ (Juan 8:56)” (Profetas y reyes, p. 503).
Bendecido para bendecir
Hoy cada miembro bendecido y fiel bendice también a las familias de la tierra. Por medio de los diezmos y ofrendas, la iglesia (o sea, las personas) esparcen el amor de Dios en todo el mundo. Y con sus dones, cada persona bendice a los que están cerca de donde vive.
La Iglesia Adventista es la única iglesia que está presente en 217 países de los 236 reconocidos por la ONU. Y parte del diezmo es para cumplir esta promesa de bendecir a todas las familias de la tierra.
De acuerdo a este infográfico:
Además, la División Sudamericana (DSA), por medio de la fidelidad de sus miembros, mantiene 25 familias y proyectos evangelizadores que comparten el amor de Dios en la ventana 10/40, parte del mundo con menor presencia cristiana porque allí está prohibido predicar una religión o creencia diferente. Es el lugar donde Abraham recibió la promesa de bendecir a todas las familias de la tierra.
Familias que bendicen a familias
Un dato muy interesante que tenemos es el modo de conversión en las cinco uniones del territorio de la DSA (regiones administrativas de la Iglesia). En esas regiones que más miembros fieles poseen (48% de los miembros de estas cinco uniones en promedio son diezmadores), existe una correlación de factores en común por la forma como conocieron a Jesús y sus verdades y son bautizados:
1º El 31,2% son bautizados por medio de las familias de la iglesia.
2º El contacto con un adventista 18%.
3º Clase bíblica 16,6%.
4º Estudio bíblico 11,2%.
5º Evangelismo 10,2%
Esto nos señala como foco a las familias que, cuando bendicen a otras familias con oración, apoyo, visitación, conocimiento del amor transformador de Dios, discipulado, resulta en fortalecimiento de las mismas y de toda la iglesia.
Familias que bendicen a las nuevas generaciones
La Ventana 4/14 está compuesta de niños y adolescentes de 4 a 14 años que están presentes en todo el mundo. Vea en el cuadro que sigue las cantidades por región:
La importancia está relacionada en primer lugar con la responsabilidad de que nuestras familias traten de que esos niños y adolescentes lleguen a ser discípulos, porque son los que tienen una probabilidad mayor de aceptar a Jesús. Los datos de abajo lo confirman:
5-12 años = 32% (niños y adolescentes entre 5 y 12 años son más receptivos en aceptar a Jesús).
13-18 años = 4%
19 años o más = 6%
El Señor nos advirtió: “Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe. Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar” (Mateo 18:5, 6).
Dios cumplió la promesa de bendecir a todas las familias de la tierra por medio de su infinito amor al rescatar a sus hijos enviando a Jesús. Esta promesa está en las manos de los que fueron bendecidos. 3 Juan 4 declara la mayor alegría de Dios: “No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad”. Esta verdad vivida en cada familia será el mayor testimonio para que las nuevas generaciones hagan lo mismo.
Ore para pedir a Dios que le muestre una familia para que su familia la bendiga.
El llamado de Dios hoy es: “serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Génesis 12:3).