Necesitamos hablar de innovación
Innovación tiene mucho que ver con una forma diferente de intentar las cosas. Reflexión de nuestro columnista de creatividad.
Sí, necesitamos. Es tan cierto que podría concluir el texto por aquí, y por mí ya estaría excelente, pero probablemente usted pensaría: “ese tipo es tonto” y nunca más volvería… mejor no.
Necesitamos hablar sobre los cambios que vemos a nuestro alrededor que afectan directamente el comportamiento de los miembros de la Iglesia. Y dejar claro que cuando digo “Iglesia”, me refiero a todos los que son parte de ella, los líderes administrativos, los miembros recién bautizados. Todos somos responsables de hacer la Iglesia más relevante en la sociedad.
No hace mucho tiempo un joven fue a la sala donde trabajo para quitarse algunas dudas y para que lo ayude a decidir qué carrera debería seguir. Me sentí feliz con su interés y me dispuse rápidamente a ayudarlo. Enseguida, le hice la pregunta: ¿En qué te gustaría trabajar? Y, sin pensar dos veces, él me dijo: Quiero tener mi canal en YouTube y ganar dinero poniendo videojuegos. Su cara debe ser la misma que la mía en ese momento; me quedé sin palabras.
¿Estaba equivocado? ¿Estaba totalmente desorientado? No, estaba más lúcido que muchos de nosotros. Según una encuesta de la revista Forbes de 2015, el sueco Felix Kjellberg de 25 años, dueño del Canal PewDiePie facturó el año pasado cerca de 12 millones de dólares. ¿Haciendo qué? Colocando videojuegos en su canal en YouTube. El joven que entró en mi sala es solo un ejemplo de cómo será la próxima generación de la Iglesia, una generación que tiene todo el conocimiento a su alcance, con infinitas posibilidades y herramientas creativas, pero que al mismo tiempo no quiere salir de su cuarto. Una generación con millones de seguidores, pero que ni siquiera se los invita a presentar la lección de la Escuela Sabática.
¿Innovar o renovar?
Imaginemos una casa con un caño perforado. Al elegir RENOVAR, los pisos y paredes serán destruidos y la incomodidad del polvo y el ruido harán que las personas se retiren. Pero al elegir INNOVAR, lo que era una gotera puede transformarse en una fuente de irrigación para una huerta orgánica, o puede caer en un recipiente para reutilización del agua. ¿Se entiende? La innovación viene de adentro, es una cultura, mejora y maximiza potencias, resuelve problemas antiguos con soluciones creativas y dinámicas. La renovación destruye todo lo que fue construido y comienza de cero, cambiando la identidad y hasta algunos fundamentos.
Seamos sinceros, no todas las personas están preparadas para esos y otros cambios sociales. Por eso debemos hablar de innovación. Los especialistas en comunicación y gestión de personas dicen que uno de los principales motivos del fracaso de algunas empresas es la falta de un diálogo interno, personas que se junten que pregunten y busquen mejoras en todos los procesos y servicios. Siempre buscando una actualización del conocimiento para fomentar la creación de ideas.
Vea el caso de Blockbuster, antigua red de alquiler de películas en cintas VHS y DVD. En 2011 se vendió en una subasta de quiebra, cerrando casi 9 mil locales en los Estados Unidos. La historia podría haber sido diferente si John Antioco, antiguo CEO de la red hubiera aceptado y escuchado la propuesta de comprar la Netflix, en la época, una pequeña empresa con la idea de disponer películas por Internet. Hoy la Netflix vale 33 billones de dólares y tiene más de 50 millones de usuarios en 40 países. No fue falta de dinero, fue falta de visión.
La innovación no es opcional. Hoy es una exigencia para cualquier tipo de organización que quiere hacer la diferencia en el mundo.
En la Biblia tenemos varios ejemplos de personas que innovaron para predicar. ¿Quiere alguien más innovador que Jesús? Rompió todos los paradigmas sociales, llevó todo hasta las peores consecuencias a fin de mostrar el plan real de la redención. Al llamar a los doce discípulos, Jesús no quería estar rodeado de lo obvio, muy por el contrario. Llamó a un grupo diversificado (Marcos 3:13-19), lleno de defectos y problemas personales. Un grupo donde la misión era aprender lo máximo que podía con el Maestro, y después, esparcir las buenas nuevas de salvación al resto del mundo.
Este es el llamado para nosotros en los días de hoy, escapar de lo obvio, intentar caminos nuevos, usar otras herramientas de comunicación. Descubra su papel en ese grupo de personas que buscan ideas nuevas, creativas e innovadoras para expandir el mensaje del evangelio.