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Comunicación, ESG y organizaciones religiosas

Lo que ofrece el concepto de ESG (preocupaciones ambientales, sociales y de gobernanza) en términos de oportunidad comunicativa para las organizaciones religiosas.


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La preocupación por el medio ambiente es bíblicamente parte del estilo de vida cristiano. (Foto: Shutterstock)

En el mundo corporativo, la sigla ESG ha aparecido con frecuencia en los últimos cinco años. ESG quiere decir, en inglés, environmental, social y corporate governance [criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo]. Muchos líderes corporativos han definido que estos tres criterios (medioambientales, sociales y de gobierno) deben nortear las evaluaciones de los negocios del mundo. Y que funcionan como referencias importantes para medir la reputación de las organizaciones.

Yo no resumiría todo lo que es importante para las organizaciones en solo estos tres factores. Entiendo, sin embargo, que hay una gran preocupación por eso en la actualidad. Y es innegable que la comunicación estratégica de las empresas, instituciones e iglesias necesitará tener en cuenta, cada vez más, estos factores ante los públicos. Nos guste o no, crece el número de personas atentas a los aspectos sociales, medioambientales y, también, a la manera en la que las organizaciones son administradas o lideradas.

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Quiero incluir aquí algunos extractos de una entrevista que realicé con Bruna Ribeiro. Ella es comunicóloga con énfasis en Relaciones Públicas, MBA en Gestión de la Comunicación Empresarial (ABERJE) y Sustentabilidad Corporativa. Está cursando la maestría en Administración de empresas, con estudios en las áreas de Aprendizaje y Educación para la Sustentabilidad.

Además, actúa como consultora de sustentabilidad institucional y docente en el área. Bruna, también es miembro de la Comunidad Raizes 

Reputación en perspectiva

Felipe – El concepto de responsabilidad social, medioambiental y de gobierno es un poco antiguo, pero parece que se volvió importante ahora para, digámoslo así, evaluar la reputación de las organizaciones. ¿Por qué?

Bruna – El término ESG en realidad no es nuevo. Esta sigla se refiere a activos que consideran estos aspectos en los negocios, además de los financieros. En los últimos años, los inversionistas, tanto en Brasil como en los demás países, están percibiendo la importancia de hacer inversiones en empresas que, además de ser lucrativas, administren sus negocios de forma adecuada para el medio ambiente y para la sociedad.

Como ejemplo, tenemos a la tradicional carta de Larry Fink, fundador y CEO de BlackRock, la mayor administradora de recursos del mundo. La carta, publicada en enero de 2020, propone un cambio estructural en las finanzas e inserta la sustentabilidad en el corazón de las inversiones. Tampoco podemos no considerar todo el escenario pandémico que estamos viviendo hace poco más de un año. La pandemia misma reforzó las desigualdades y la urgencia de medidas que consideren las cuestiones sociales y medioambientales. Las inversiones en esos aspectos reflejan cuán preparada está una organización para lidiar con crisis, incluso las socio ambientales.

Coherencia

Felipe – ¿De qué manera ve usted que la preocupación con estos factores debe ser enfrentada de forma más pragmática por las organizaciones, teniendo en cuenta no solamente una estrategia de comunicación disociada de un cambio en procesos organizativos?

Bruna – No es posible ser indiferente de eso. La sociedad y demás stakeholders (públicos con los cuales las organizaciones se relacionan), de forma general, están cada vez más sensibles y atentos al discurso y las prácticas de las organizaciones, independientemente del porte o del sector. No sirve de nada desarrollar una excelente estrategia de comunicación sin prácticas reales establecidas.

Incluso existen nombres para eso. Greenwashing, o lavado verde, y sus derivados (ODSwashing, diversity washing, ethicwashing, etc.) son términos en inglés que remiten al llamado de empresas, productos o servicios que de hecho no presentan argumentos y evidencias para una verdadera posición en estos frentes; sin embargo, aun así, lo hacen. ¡Se espera coherencia!

Organizaciones religiosas

Felipe – Y en el caso de una organización religiosa, ¿cómo percibe las oportunidades de actuar de forma coherente en estas áreas, sin perder sus valores fundamentales?

Bruna – Los compromisos y las prácticas éticas, medioambientalmente adecuadas, socialmente justas y económicamente viables deben ser responsabilidad de todas y todos, incluso de las organizaciones, independientemente del porte o sector. O sea, ¡incluso las organizaciones religiosas! Es incoherente no fortalecer esa visión y establecer prácticas en ese sentido. Bajo esa perspectiva, hace por lo menos dos años, ya se desarrollan iniciativas por parte de la ONU, Organización de las Naciones Unidas, con diferentes organizaciones religiosas en el mundo.

Rescatando una declaración hecha hace unos años en un artículo de la Revista Adventista (2015), si hace casi dos mil años el apóstol Pablo ya declaraba que toda la creación gemía y estaba con dolores de parto (Romanos 8:20-22), imagine actualmente. El planeta está al límite y la sociedad está sufriendo las desigualdades.

Consideraciones para realidad de iglesias

Después de leer sobre las implicaciones más generales de esta idea de ESG en el universo corporativo en general, solo quiero destacar tres aspectos más para la realidad de las iglesias:

  • Según la Biblia, especialmente los libros de Génesis, Éxodo y Levítico, cuidar del medio ambiente es una actitud que se espera de los cristianos que se relacionan con Dios en una condición en la que él es el Creador y Sustentador de todo lo que existe. Por lo tanto, la concepción bíblica del celo ambiental, para las organizaciones religiosas especialmente fundamentadas en el texto bíblico, va mucho más allá de iniciativas para reducir el impacto a la fauna y la flora. Es un aspecto de responsabilidad y respeto a Dios.
  • En los libros de Levítico y Deuteronomio, sin mencionar en los profetas mayores como Isaías, Jeremías y Ezequiel, el papel social de los líderes religiosos es fundamental. Y, también, el interés de Dios de que, tanto individual como orgánicamente, las personas puedan ayudar a reducir el sufrimiento de los otros. Es parte de la vida cristiana, en una concepción integral, actuar en favor de sus semejantes.
  • Finalmente, un liderazgo organizado, responsable éticamente y comprometido con una actitud correcta ante todos sus públicos está totalmente identificado en la historia bíblica. Basta con leer los libros de Jueces, Reyes (1 y 2), Crónicas (1 y 2), Esdras, Ester, Nehemías, por ejemplo, para tener una idea de eso. Evidentemente, hay buenas y malas referencias de líderes en el Libro sagrado del cristianismo; sin embargo, Dios muestra en la Biblia un ideal de liderazgo, que tiene que ver, esencialmente, con una profunda dependencia de él y armonía con los principios y enseñanzas que él nos dio.

 

Felipe Lemos

Felipe Lemos

Comunicación estratégica

Ideas para una mejor comunicación personal y organizativa

Periodista, especialista en marketing, comunicación corporativa y maestro en la línea de Comunicación en las Organizaciones. Autor de crónicas y artículos diversos. Gerencia la Asesoría de Comunicación de la sede sudamericana adventista, ubicada en Brasilia. @felipelemos29