No necesito decir que soy un entusiasta de Internet. A diferencia de los que tienen una visión extremadamente pesimista del ciberespacio, prefiero ir por la línea de que ese ambiente vino para potenciar nuestra vida fuera de él. Utilizo diversos medios sociales (y cada día aparecen más), además de la web, lo que hace que las fronteras de mi mundo hayan disminuido considerablemente. Las personas están apenas a un teclado de distancia unas de otras.

La tan aclamada ubicuidad del ciberespacio (la casi ‘omnipresencia’ de la red: donde estemos allí también estaremos conectados) se está haciendo una realidad en nuestra sociedad. La cibercultura más todavía. Las economías están siendo transformadas. Cada vez encontramos una cantidad mayor de gente conectada, accediendo a la red en diversos lugares del mundo, ricos y pobres.

¿Hablamos de Brasil? En una investigación reciente de la consultora “We are social”, se identificó a los brasileños como uno de los pueblos que más tiempo pasa en Internet, con cerca de nueve horas por día conectados. Aquí se pasa más tiempo ingresando a la red vía computadora, tableta y smartphone que cualquier otra forma de comunicación. ¿Televisión? ¿Diarios? ¿Revistas? Son cosa del pasado... Al brasileño le gustan los medios sociales. No es por casualidad que nos convertimos en “reyes” de cualquier medio social que se lanza. Facebook, Twitter, Instagram, Snapchat, los brasileños, sino es en cantidad, lideran en utilización.

Como Iglesia, las oportunidades de escenarios como este son gigantescas. En esta columna ya hice varias exposiciones sobre el impacto positivo que Internet puede tener en nuestras actividades. Y no hablo solo de evangelismo, sino también de las infinitas posibilidades de optimizar tiempo, disminuir burocracia y construir puentes para mejorar las actividades de la Iglesia y el crecimiento de los miembros. Felizmente, la Iglesia como institución está teniendo en cuenta este potencial. Es más: ha emergido en el tema.

Una vez más tuvimos la reunión sudamericana del Global Adventista Internet Network, cariñosamente llamado GAiN. Con el tema “Misión creativa”. Fueron cinco días de conversaciones sobre cómo se puede potenciar el uso de Internet en las actividades de la Iglesia. Una vez más fue un evento grande y relevante. No pude estar presente todos los días, pero asistí las transmisiones vía web, y el día que yo pude participar, noté cómo la Iglesia, en todas sus instancias, está integrada y empeñada en un objetivo común: ser una Iglesia conectada y relevante en la red.

Podría hablar durante horas sobre lo que vi, leí y escuché en el GAiN 2016. Clases buenas e intrigantes, proyectos destacados, líderes motivados y motivando a liderados. Pero ver a una Iglesia remando unida para conquistar también el ciberespacio es muy alentador. Y, por qué no decirlo, escatológico. No tengo dudas de que Dios está guiando su Iglesia también en las páginas web, en las plataformas sociales y en los diversos dispositivos.

Sin embargo, nuestro desafío es grande. Como miembros, es el deber de cada uno de nosotros, a quiénes nos gusta navegar y dedicar tiempo de vida a las páginas digitales, de integrarnos en esta cosecha virtual. Infelizmente, todavía hoy vemos líderes y miembros que tienen diferencias contra el uso de las tecnologías digitales en nuestro medio. Tenemos que vencer esas posiciones. Cada uno puede sumarse a este gran desafío.

Y si usted no tiene toda esta habilidad o agilidad para ser un evangelista virtual o de usar Internet en favor de algún ministerio de la Iglesia, no hay problema. Usted puede hacer uso del lema del GAiN de este año: No Pray, no GAiN. Ore por esos grandes proyectos. Incentive a quien los utiliza. Apoye intercediendo en oración.

Ahí, en ese medio social, en ese foro, en aquel blog… hay alguien que también tiene derecho de ser salvo.

P/D: Felicitaciones al pastor Rafael Rossi, Carlos Magalhães y todo el equipo que organizó el maravilloso GAiN 2016. Que Dios sea alabado por el trabajo y la dedicación de todos.

PARA LEER, VER Y OIR MÁS

GAiN 2016 “Misión Creativa” Vea qué maravilloso fue el evento: http://gain.adventistas.org/2016/