La ropa nos construye y tiene poder sobre nosotros
Los objetos que usamos envían mensajes sobre quienes somos, como queremos ser vistos y aspiramos ser.
“La ropa es lo primero que habla”, leí en un artículo sobre el poder de la imagen. El asunto me interesó tanto que agregué un estudio a otro. Quise leer todo lo que encontraba sobre el tema. Es muy importante saber que nuestro estilo de vestir expresa diversos ángulos de nuestra personalidad y hasta revela nuestros conflictos internos.
De acuerdo con Sergio Lage, maestro en sociología y consultor en el área del comportamiento, “la ropa nos construye y tiene poder sobre nosotros”. O sea, ella tiene el poder de crear nuestra identidad personal y social: quiénes somos y cómo queremos ser vistos. “Los objetos que usamos envían mensajes acerca de quiénes somos, cómo queremos ser vistos y cómo aspiramos ser”, continúa Lage. Según él, “hablamos a través de nuestra ropa, y ella es un signo visible de nuestra condición social y de nuestra expresión personal”.
La psicología y ciencia nunca abordaron tantos asuntos sobre la imagen personal. Si hay algo que los artículos y estudios concuerdan es que la ropa y los accesorios son mensajes que la persona usa para transmitir algo sobre el YO. En el libro “El lenguaje de la ropa”, la autora Alison Lurie comenta que “podemos mentir en el lenguaje de la ropa o intentar decir la verdad: pero, a menos que estemos desnudos o seamos calvos, es imposible quedar en silencio”. O sea, inevitablemente la ropa que vestimos transmite un mensaje. Antes de abrir la boca, ella ya comunicó algo en relación a nosotros, por eso se la considera una de las primeras palabras. Es posible, por ejemplo, descubrir la profesión de alguien solo por su vestimenta.
La ropa no sirve solo para cubrir la desnudez. En el Edén ya se notó eso, pues el marido y la mujer no tenían necesidad de esconder su cuerpo uno del otro. La ropa de luz transmitía un mensaje de gloria, y la ropa de piel de animal, de vergüenza. Umberto Eco, en el libro “Psicología del vestir” hace un resumen interesante sobre el código del vestuario: “La mitra no es un sombrero para protegerse de la lluvia y sí para comunicar que quien lo usa es un obispo. En un autoanálisis honesto se verifica que, nuestro vestuario, el que sirve para cubrir el cuerpo no supera el 50% del conjunto. El 50% restante, que van desde la corbata hasta las suelas de los zapatos, son una opción ideológica, o por lo menos, opción de lanzar un mensaje en códigos y convenciones”.
Las elecciones por determinadas piezas, combinaciones de colores y accesorios a veces revelan mucho más de lo que al individuo le gustaría (por ejemplo, sobre su higiene y su comportamiento). La ropa puede ser una gran aliada en la conquista del éxito personal, social y profesional, pero también puede ser una influencia negativa y hacer que la persona pierda oportunidades. Fernanda de Barros, en el libro “Elegancia”, dice: “Por lo tanto, si usted quiere ser realmente elegante, adopte un estilo propio que combine con su personalidad [y creencias], tipo físico y edad, y jamás pierda de vista el principio básico de vivir”.