Detrás del mayor símbolo sexual del planeta
El mundo está repleto de personas que son iguales a un paquete de papas fritas. Por fuera, parecen estar llenos, pero por dentro… ¡qué decepción! “¡Wow! Ella tenía todo para ser feliz”, decimos. Juzgamos con un aire tan grande de sabiduría cuáles son...
El mundo está repleto de personas que son iguales a un paquete de papas fritas. Por fuera, parecen estar llenos, pero por dentro… ¡qué decepción! “¡Wow! Ella tenía todo para ser feliz”, decimos. Juzgamos con un aire tan grande de sabiduría cuáles son los requisitos para la felicidad y la autoestima, y nos olvidamos de que esos sentimientos no son un objetivo a alcanzar, sino un estado diario del espíritu. Vea la historia de Norma Jeane Mortenson. Ella tuvo una juventud difícil e inestable. Sin haber conocido al padre, fue criada por la madre, quien sufría de problemas mentales. Cuando todavía era niña, Norma se vio totalmente desamparada cuando su madre fue internada en un manicomio. Su infancia no fue fácil, pero la pesadilla más grande estaba por llegar cuando, sin padre ni madre, fue entregada a la tutela del Estado. Fue entonces que pasó de un hogar adoptivo a otro, como si fuera un objeto. En total, pasaron 11 intentos de ser aceptada y amada por alguna familia. Tartamudeando cuando habla de esos acontecimientos que ensombrecieron su vida, ella declaró que en esas casas sufrió maltratos, incluso golpes. Revela además que, por lo menos en tres de ellas, fue abusada sexualmente.
Ni siquiera cuando Grace, la mejor amiga de la madre, la adoptó, encontró un puerto seguro. Ervin Doc Goddard, el nuevo marido de la mujer, abusó de ella varias veces cuando apenas tenía 9 años de edad. Entonces tuvo que ser llevada a otro hogar. Esta vez probaría suerte en la casa de su tía abuela. Si usted piensa que por estar bajo la responsabilidad de alguien de su propia sangre ella estaría protegida, se equivoca. En aquel lugar, uno de los hijos de aquella señora también abusó sexualmente de ella. Desamparada una vez más, Norma fue enviada a otro lugar: ahora a la casa de su tía Ana. Por primera vez, sintió un poco de respeto y felicidad, pero duró poco, porque Ana envejeció y fue quedando débil, y nuevamente llevaron a Norma a otro lugar. ¡Adivine dónde tuvo que volver! A la casa de Grace y Ervin, donde había sido abusada. Pero unos meses después, el matrimonio debió mudarse al recibir una propuesta mejor de trabajo, y decidieron no llevarla con ellos.
Desesperada al imaginar que sería llevada a una pesadilla más, pensó en un plan de fuga. Aprovechó su romance con un vecino, conocido como Jim, y le sugirió que se casaran. Al principio él dudó, porque ella tenía solo 16 años. Pero, al pensar mejor en el asunto, aceptó la propuesta. ¿Será que finalmente Norma tendría un hogar feliz? ¿Será que su historia cambiaría una vez más? Mire lo que sucedió. ¡No lo podrá creer!
Una realidad dura
Debido a su belleza deslumbrante, se convirtió en la mujer más deseada del siglo XX. Su apariencia vulnerable e inocente, junto a su innata sensualidad, hicieron de ella un ícono. Pero ¿cómo fue eso? La mirada curiosa de un fotógrafo la convirtió en modelo y luego su carrera llegó al auge como actriz de Hollywood. Su nuevo nombre: Marilyn Monroe. Este sería un marco en la historia. Posiblemente, ella fue la figura femenina más emblemática de la cultura norteamericana, también considerada el símbolo sexual más conocido de todos los tiempos en el planeta. Su imagen le puso cara a muchas películas, carteles y revistas. En la tapa de la edición de mayo de 1952 de la revista Life, ella aparecía con una linda sonrisa y, al lado, un texto donde ella retrataba su historia:
¿Parezco feliz? ¿Usted quiere que yo lo sea? Bueno, porque en mi infancia nadie lo quería. Yo era una niña solitaria con un sueño que despertó y ahora se está convirtiendo en realidad. Soy Marilyn Monroe. Lea mi historia de Cenicienta.
La pobre niña sufrida se convirtió en una de las celebridades más famosas de la historia. Todos querían ser Marilyn. En los días de hoy, podríamos decir que ella estaba rodeada de envidiosas. ¿Ese era un cuento de hadas real? Desgraciadamente, no. Pero ¿no tenía ella todo para ser feliz y confiar en ella misma? No. Cuando todavía estaba en su carrera de éxito, fue llevada a prestar servicios íntimos a sus superiores en la industria del entretenimiento para crecer en su carrera. El título de esclava sexual la perseguía. Perturbada por el pasado y asombrada por el presente, tenía problemas para relacionarse con otras personas. Se casó tres veces, intentando encontrar amor y seguridad en cada “los declaro marido y mujer”. Pero la fama, los traumas, las traiciones, la inseguridad y las relaciones interpersonales no podían andar juntos.
Por detrás de la rubia fatal, había una pobre mujer al borde de la locura, adicta al sexo y las drogas, en el desesperado anhelo de llenar el vacío. Como no sabía tratar con la depresión, se llenaba de remedios, alcohol y calmantes, porque le parecía mejor vivir de manera inconsciente. Intentó suicidarse varias veces, tomando cócteles de pastillas, pero siempre la encontraban a tiempo para hacerle un lavado de estómago. Todos decían que esa era su estrategia para llamar la atención. Hasta que una noche de sábado, en su soledad, Marilyn intentó nuevamente ponerle fin a su vida. Esta vez, ya nadie pudo socorrerla. La linda estrella de solo 36 años fue encontrada muerta en su casa, acostada en la cama, boca abajo y con el teléfono en la mano, como se hubiera pedido socorro una vez más, pero en vano. En la escena, había cajas de pastillas vacías esparcidas por toda la habitación. Incluso rodeada de fanáticos, flashes y fama, vivió en soledad y murió sola.
Me convenzo cada día más de que no podemos tomar a otros seres humanos como espejos de vida. Vemos la carcasa humana y juzgamos la vida a través de ella. Deseamos tanto la imagen y terminamos ignorando la esencia, la historia cruda de cada uno, como lo hacía la legión de fanáticos Marilyn. Soñaban con su apariencia exuberante y cerraban sus ojos al lado humano. Es muy frustrante poner tanta fe y admiración en alguien y, al luchar para ser como ella, ver que las cosas no son como parecen. Usted puede hasta inspirarse en acciones humanas y convertirse en una persona mejor al admirarlas, pero nadie en este mundo puede ser espejo de vida. Si vamos a contemplar a alguien, que sea alguien perfecto, porque aunque nunca logremos igualarlo totalmente, estaremos cultivando poco a poco una imagen más pura. Eso va mucho más allá de un cambio estético. Es una transformación moral.